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miércoles, 31 de agosto de 2016

Un ojo de la cara pagan consumidores de Maturín por alimentos traídos de Brasil



Treinta de agosto de 2016

Pese a los rumores de que los productos brasileños que se venden en la zona carecen de permisos sanitarios, y de su altísimo costo, a los consumidores de Maturín no les queda otra salida que comprarlos ante la alternativa de morir de hambre debido a la escasez de alimentos en el país.

“Salen bien onerosos los artículos de Brasil, pero tenemos que hacer un sacrificio para llevar a la casa. Yo gasté más de 12 mil bolívares y compré 4 kilogramos de arroz y uno de azúcar negra, que es la disponible”, manifestó Alida Infante al equipo enviado al oriente del país por Prensa Unidad Venezuela.

La declarante dijo que el gobierno nacional tiene que acercarse más al sufrimiento de los habitantes. “El pueblo venezolano ha sido muy paciente: en otras partes, ya la gente se hubiera alzado”.

Irónicamente, afuera de los locales, se observaban gandolas pertenecientes a Petróleos de Venezuela (Pdvsa), mientras no pocos sostenían que en dichos vehículos se trasladaba la mercancía extranjera y que lo comercializado carecía de permisos sanitarios.

“Aquí en Monagas estamos muriéndonos del hambre; es más, me consta que en mi barrio hasta se han muerto muchachas por la terrible situación, dejando a niños huérfanos”, denunció la fémina.

“En comparación con los ‘bachaqueros’, es mejor comprarlos aquí”, dijo a las puertas de un establecimiento comercial asiático un hombre que prefirió no suministrar su nombre.

Tócame la samba…

Entretanto, el joven Dioner Navarro – por cierto, homónimo del grandeliga criollo – desmintió, sin embargo, que, tal como han lo han pregonado las autoridades, ‘los anaqueles se encuentren llenos’. “Aquí estamos golpeados tanto en el bolsillo como en el estómago”.

“Esos productos los traen los chinos, que son quienes los importan. Luego, debe tomarse en cuenta que hay gente que los revende. Yo hago mi cola desde las 4 de la madrugada para tomar un número. El costo de la harina de trigo se ubica en 1900 bolívares, el azúcar en 1600. No son regulados”, afirmó este cliente, domiciliado en la parroquia La Toscana, en el municipio Piar.

Mientras, Daniela Sanjuan reveló a nuestros periodistas que los productos no son entregados de manera individual al público. “Todo se vende por combo, para lo cual cada persona tiene que desembolsillar Bs. 7000. Es decir, no son accesibles para un trabajador que perciba salario mínimo”, expresó la dama.

“En mi caso tengo que ahorrar mucho. Te ves obligado a contar con mucha plata, cuestión que afecta gravemente a los estratos de bajos recursos. Además, como si no fuera poco, hay que soportar horas de sol hasta que te atiendan”, aseveró en torno al viacrucis cotidiano.

“Todo esto ocurre porque aquí no hay producción nacional”, concluyó la entrevistada, con una lamentable verdad tan inmensa como las colas de los venezolanos que buscan paliar el hambre.

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