Por Shaylim Castro y Mayela
Armas
A tres años del “Dakazo”, el
sector de electromésticos sigue contra las cuerdas. El recorte en la entrega de
dólares para importar equipos y materia prima ha sido severo, por lo cual
muchas fábricas operan al mínimo y los negocios tienen poco que ofrecer.
Aquellos que subsisten han
usado sus propias divisas para traer aparatos, pero igual la oferta es
restringida. A lo que se suma una clientela escasa. Los que van, lo que hacen
es echar un ojo y comparar precios, sin llegar a comprar.
Este sector ya venía con
dificultades por la menor asignación de billetes verdes, pero el 8 de noviembre
de 2013 tuvo una estocada: ese día, el presidente Nicolás Maduro inició la
denominada “ofensiva económica” y bajo el argumento de atacar la especulación,
ordenó rebajar en más de 70 % los precios de todos los artículos que estuviesen
en las tiendas Daka.
“He ordenado la ocupación de
esa red de tiendas y sacar los productos a la venta a precio justo, que no
quede nada en los anaqueles, que no quede nada en los almacenes”, dijo. Medida
que luego se extendió al resto de los locales de ventas de electrodomésticos y
establecimientos de ropa y calzados.
Cuando las tiendas quedaron
sin casi nada, el Gobierno —a principios de 2014— se comprometió a autorizarle
dólares para su recuperación, pero lo aprobado fue poco y desde 2015 el sector
está paralizado.
Edgar Berríos, presidente de
la Asociación Nacional
de Fabricantes y Distribuidores de Electrodomésticos (Anafade),
señaló que “hay una parálisis. Entre 2015 y 2016 no habido acceso a los
dólares. De nuestros afiliados unos pocos recibieron divisas y el monto no
llega a los 200.000 dólares, lo que es insuficiente para pagar las
obligaciones”.
La deuda de los fabricantes
e importadores con los proveedores se encuentra en 270 millones de dólares. Y
aunque los empresarios sostuvieron reuniones en compañía del Ejecutivo con
el objeto de buscar vías para saldar esos compromisos, al final no hubo humo
blanco.
La radiografía es que muchos
trabajan a una baja capacidad y el desabastecimiento de electrodomésticos es de
70 %, según las cifras de la organización. “Todo se ha visto afectado”, comentó
Berríos.
Daka: un mundo paralelo
En un recorrido realizado
por Crónica.Uno se evidenció que en tiendas como Pablo Electrónica,
Nasri, JVG y aquellas ubicadas a lo largo de la avenida San Martín, el centro
de Caracas y el oeste de la ciudad, la variedad de marcas y modelos es
limitada. Algunos establecimientos a duras penas tienen cocinas y
lavadoras.
Pero en otras la realidad es
diferente: Samsung, Panasonic, LG, Frigilux, son algunas de las marcas que dan
la bienvenida a los clientes en las tiendas Daka ubicadas en la avenida Rómulo
Gallegos y la principal de Bello Monte.
Daka es la que tiene más
variedad de electrodomésticos
La red que el Gobierno
calificó de especuladora hace tres años, ahora es la que más cuenta con
artículos. Eso se debe a que el Estado le asigna divisas preferenciales para
importar productos, reveló una investigación del portal Armando.info.
Durante los recorridos se
intentó consultar a los encargados de las tiendas, pero indicaron que no tienen
permitido hablar con los medios. Sin embargo, una empleada de una de las
sucursales contó que esperan más mercancía para este año “aunque no sabemos
cuándo llegará”.
Los altos precios
Los comercios que todavía
ofrecen aparatos es porque han tenido que usar sus propias divisas para
adquirirlos, por ello, los altos precios de neveras, lavadoras, cocinas,
aires acondicionados, microondas y equipos de sonido.
Josefina Vásquez y su
esposo, Alexis Maldonado, querían cambiar artículos de su casa y decidieron
visitar las tiendas de electrodomésticos que están en la avenida San Martín.
Tras haber pasado por varios establecimientos, no lograron conseguir precios
que se acomodaran a sus bolsillos, pues los costos varían de un día para otro.
“Hace dos semanas, por
ejemplo, vimos un fregadero y costaba 52.000 bolívares, luego fuimos a la
semana siguiente y ya estaba en 62.000 bolívares. El año pasado con 350.000
bolívares adquirimos varias cosas para la casa, pero este año con eso solo
alcanza para un aire acondicionado”, contó Josefina.
Por la elevada inflación, el
ingreso del venezolano ha caído 42 %, según las estimaciones de Datanálisis. De manera que lo que
perciben las familias se reduce. Edgar Berríos indicó que “se requieren unos 40
salarios mínimos para adquirir una nevera. No todos pueden comprar y ello
afecta el mercado”.
En las tiendas, un aire
acondicionado como el que busca la pareja antes mencionada oscila entre 229.000
bolívares y 480.000 bolívares, dependiendo de la marca. Hace un año se
conseguía en 18.000 bolívares, de manera que el costo se ha elevado en más de
1.000 %.
Una nevera de dos
puertas hoy día puede valer 1,1 millones de bolívares, mientras que hace 12
meses se podía encontrar en 600.000 bolívares. Las lavadoras también se han
encarecido y en los negocios se ofrecen desde los 358.500 bolívares hasta
los 728.900 bolívares. En 2015 se vendían en máximo 280.000 bolívares, con lo
cual su precio se duplicó.
Las cocinas están entre
212.000 y 449.000 bolívares, el pasado año el costo más alto era de 65.000. Los
televisores también son inalcanzables y algunos modelos se encuentran en 1
millón de bolívares.
El encargado de una tienda
en el oeste —que pidió mantener su nombre en reserva— relató que los precios
para la adquisición de la mercancía varían velozmente. Sostuvo que a partir del
15 de noviembre los precios volverán a aumentar por la inflación que se vive en
el país —que diferentes firmas estiman en 800 %—, y por el comportamiento del
dólar paralelo, que se ha disparado en parte por el gasto público.
Frente a los altos precios y
la poca variedad, las ventas caen. Trabajadores consultados en las tiendas
indicaron preocupados que no esperan que la situación mejore para finales de
año.
En tiendas del oeste de la
ciudad apenas se consiguen lavadoras y cocinas
“No tenemos expectativas de
mejoras. En un día pueden venir solo 10 personas, cuando hace dos o tres años
hasta 150 clientes terminaban comprando en la tienda. Todos los precios se han
disparado y eso ahuyenta a mucha gente. La venta seguirá lenta y no hay
variedad en la mercancía”, relató un empleado.
El presidente de Anafade
apunta que la crisis se extiende hasta los servicios: “Antes se tenían 950
empresas que prestaban servicio técnico, hoy no llegan ni a 300”.
Fotos: Mariana Mendoza
02-11-16
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