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lunes, 15 de agosto de 2022

Gran corrupción, combustible y militares en Venezuela, por Nelson Freitez


En Venezuela no se mueve una gandola de combustible sin el control de la Fuerza Armada (FANB). Todo el proceso de vigilancia y control del suministro tanto de la gasolina como el diésel, se encuentra plenamente bajo el mando de las Zonas de Defensa Integral (ZODI) en cada entidad federal del país, principalmente comandadas por altos oficiales de la GNB y del ENB. De igual manera, en el país el control de las fronteras y de los puertos y aeropuertos se encuentra asignado a la FANB.

De allí que resultó resaltante que desde el alto gobierno se emprendiera durante el primer trimestre del año 2022 un operativo de seguridad con un gran despliegue propagandístico denominado Operación Mano de Hierro, cuyo objetivo oficialmente expresado estaba destinado a Acabar con las mafias del combustible. Asimismo, la Operación señalada se propuso enfrentar el Contrabando agravado del combustible.


En el marco de tal Operativo fueron removidos de sus cargos al frente de las ZODI en estados del país, dos Generales de División, un comandante de una Compañía de la GNB (Anzoátegui) y un Mayor, Jefe de Inteligencia de la ZODI Trujillo.

También toda la directiva de la PNB del estado Bolívar. Asimismo, fueron destituidos fiscales del Ministerio Público y detenidos ex diputados e incluso una diputada del partido de gobierno. Según las reseñas por los medios de comunicación de tales remociones y detenciones obedecieron a la vinculación de tales funcionarios militares y civiles con actividades ilícitas relacionadas con el combustible.

Las magnitudes de los subsidios que aún se les asignan a los combustibles en el país, constituyen un gigantesco incentivo a la Gran Corrupción. La gasolina venezolana al pasar para Colombia puede aumentar su valor 3.700 veces. Un exministro de petróleo y expresidente de Pdvsa señaló al respecto. Tenemos en nuestra frontera terrestre con Colombia, a la altura del estado Zulia, una sangría de nuestra gasolina; salen todos los días más de 45.000 barriles. También contrabando por la vía marítima. Me atrevo a decir que es mucho más por la vía marítima que por la terrestre; llegamos a tener un total de 100.000 barriles al día de contrabando de combustible.

La pregunta obvia a formularse entonces, es acerca de las responsabilidades en el tráfico ilegal del combustible. Si la FANB tiene tanto el control de su distribución como el de las fronteras y los puertos, es imposible pensar en un tráfico ilegal del combustible sin participación de sectores de la FANB, como lo expresó la analista de los temas de seguridad y defensa Rocío San Miguel en el Foro referido.

De allí que una evaluación de los resultados de la Operación Mano de Hierro necesariamente apunte, en primer término, a señalar lo limitado y puntual de esta iniciativa anticorrupción. Logró identificar alguna mafia del combustible, pero no llegó hasta las últimas consecuencias en cuanto a procedimientos y sanciones, tal como exigía algún dirigente del partido de gobierno.

En segundo lugar, así como se pudo detectar a altos funcionarios militares con responsabilidades en el tráfico del combustible, puede ser altamente probable que existan otros con similares prácticas ilícitas, ya que la actividad de distribución del combustible en el país aún goza de elevados incentivos para la corrupción y, sigue siendo de estricta competencia de cuerpos militares sobre los cuales los procedimientos de contraloría y rendición de cuentas están al margen de cualquier escrutinio público.

Una tercera conclusión, estaría referida al verdadero propósito de esta Operación. Pareciese que más que eliminar las mafias del combustible se estaría enviando un mensaje disciplinario al resto de las existentes. Se envió el mensaje con las remociones de algunos muy pocos altos funcionarios y cesó a la Operación, dejando mucho que pensar sobre los verdaderos propósitos de la misma. Y particularmente, sobre la voluntad política real de enfrentar verdaderamente a las Mafias del Combustible

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