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martes, 9 de agosto de 2022

Sin maestros no hay escuela / Luisa Pernalete

 Por Luisa Pernalete

@luisaconpaz

Confieso que tenía otro tema para esta columna, ya en agosto se supone que mes de vacaciones para muchos, pero después de haber visto la cantidad justas protestas y los testimonios gráficos de obreros, administrativos y docentes, en donde muestran lo que recibieron de bono vacacional y lo que debían haber recibido. Y después de un año escolar tan difícil, lo mínimo que se esperaba, no para hacerse ricos, ni para ir a pasear a hoteles 5 estrellas, era un bono completo.

Recordemos que este año escolar ha sido realmente duro. La reincorporación paulatina de los estudiantes a clases presenciales, a pesar de los malos o nulos servicios públicos -escuelas sin agua, por ejemplo, o transporte público casi inexistente-; la realidad de alumnos que volvieron muchos sin hábitos, con desaprendizajes más que aprendizajes en muchos casos; la falta de acompañamiento a los maestros para enfrentar dificultades…

Recordemos también todos los esfuerzos de muchos maestros para mantenerse en sus aulas, prácticamente subsidiando su trabajo educativo, puesto que se vieron obligados a ocuparse en otras actividades para conseguir más ingresos, muchas veces en oficios alejados de su profesión docente… Nos consta que muchos llegan a sus trabajos caminando por el transporte público deficiente o ante la imposibilidad de pagar pasaje todos los días. Nos consta las horas extras dedicadas a dar atención especial a los que menos estaban rindiendo, o visitando hogares de alumnos que estaban faltando… Y cuando escribo estas líneas, recibo unos mensajes de mi amiga Belkis, coordinadora pedagógica de un núcleo rural en el estado Bolívar: “No nos vamos a cansar de trabajar para trasformar realidades. Ya estamos pensando cómo hacer para actualizar al grupo de Madres Promotoras Paz para el próximo año. La gente ha sufrido mucho y hay que ayudar”. ¿No merecen esos educadores bonos vacacionales completos?

Podía seguir enumerando ejemplos de malabarismos y de heroísmo de docentes, y se puede entender que la suma de esfuerzos merecía un final de año escolar distinto, acorde con esos esfuerzos y no estos bonos incompletos, calculados en base al sueldo de diciembre del 2021 y no al actual, que sería lo legal.

Quiero compartir esos datos que he visto de lo que se suponía debían haber recibido y lo que recibieron y ustedes dirán sino es como para compartir la indignación: una docente I indica que debía recibir de bono de 1.279, 20 y recibió 159,06; una docente IV recibió 540,20 y debió haber recibido 3.069, 74; un docente V recibió 449, 19 y lo debido es 2.654,80; un coordinador, con 4 años de servicio, recibió 229,90 y el monto legal es 1.400,76… ¿Cómo lo ven? Las diferencias entre lo recibido y lo que deben recibir -porque se está luchando para ello- es muy grande. Y no se trata de esperar ese bono para irse a pasear, la mayoría esperaba su bono completo para pagar deudas y gastos que tienen que ver con la salud de la familia.

Nadie elige ser educador para hacerse rico, se hace elección y se persevera por vocación, pero al menos se espera poder vivir de manera digna, se espira que se cumpla con el artículo 91 de la CRBV que dice que  “Todo trabajador o trabajadora tiene derecho a un salario suficiente que le permita vivir con dignidad y cubrir para sí y su familia las necesidades básicas materiales, sociales e intelectuales”. Como verán, no se está inventando nada. El bono vacacional solo ayuda a equilibrar un poco esos bajos salarios que tiene en personal que labora en las escuelas.

Y es que hay que hacer consciente que sin maestros no hay escuela. Sin docentes es posible ni la educación presencial ni a distancia tampoco. Siempre recordamos, cuando fui directora Zonal de Fe y Alegría en el Zulia y luego en Guayana, que tuve solicitudes para crear escuelas en zonas muy pobres, en zonas rurales e indígenas, y cuando decía que no teníamos dinero para locales, los solicitantes respondían que ellos se encargaban de buscar algún local prestado, o en el caso de los indígenas, decían que ellos construían la churuata y las mesitas, pero yo sabía cuál era la parte que no podían cubrir: “Usted pone al maestro”.

Así que ya estamos en agosto sin alumnos, pero los educadores no se han ido a descansar, están muchos de manera muy creativa, por cierto, manifestando su descontento y exigiendo lo que consideran justo. Salvar a la educación en este país pasa por ingresos decentes para los docentes. Y hablamos de docentes y de todo el personal.

Los niños tienen derecho/ a salud y educación/ y para ello se requiere/ buena remuneración// No solo estamos pidiendo / el bono vacacional/ solo para los docentes/ sino para todo el personal//Se está pidiendo lo justo / un bono vacacional/ acorde con lo debido/ un maestro es esencial// Sin maestros no hay escuela/ ni ninguna educación/ pagar bien a los docentes/ no es favor, es obligación.

https://correodelcaroni.com/opinion/hagamos-las-paces/sin-maestros-no-hay-escuela-3/


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