Julián Alvarado 18 de agosto de 2022
@juliandatos
"Se
veía como un boom, un salvavidas o una válvula de escape", así se refiere
Simón Salas, Vicepresidente de la Cámara de Comercio, sobre el surgimiento de
un número importante de bodegones a nivel nacional durante el
año 2020.
En medio de una de las situaciones más críticas económicamente en Venezuela y con una producción nacional muy mermada, se proyectó y se elevó la creación de comercios, que con la importación de productos, lucían con estanterías repletas de opciones. Los ciudadanos, conservando el recuerdo de aquellas grandes cadenas de supermercados que por largos años acompañaron a muchas generaciones, notaron un ligero respiro o alivio para poder percibir la existencia en los anaqueles de alimentos esenciales o no tan trascendentales, de diversas marcas y precios.
El
Economista Gerardo Álvarez, explica que el nacimiento de tantos bodegones en
una época de crisis no representa una mejoría en el flujo de la economía local,
pues señala que solo entre el 10% o 15% de la población en
Venezuela acude a los bodegones.
"Este
tipo de comercios puede resolver unos problemas puntuales, pero la gran mayoría
de las personas no cuentan con 200 o 300 dólares para realizar compras en estas
empresas de alimentos", aseguró Álvarez.
Enfatiza
en que los bodegones se convierten en un área que genera muy pocos empleos para
un desarrollo real de la economía de la región y detalla que el
"boom" de tantos negocios de esta índole se suscitó porque el
Gobierno permitió la creación de establecimientos y que los mismos trajeran a
Venezuela productos importados sin pagar ningún tipo de impuestos.
Dada
la escasez de alimentos y la necesidad de tantos venezolanos, se presentó una
alternativa importante para los emprendedores o empresarios, de crear bodegones
y lograr establecerse en el comercio del país. Sin embargo, actualmente la
realidad es diferente.
La
modificación a las grandes transacciones extranjeras, el debilitamiento del
poder adquisitivo del venezolano, independientemente de la moneda con la que
trabaje y la existencia de otras alternativas comerciales, han generado que
sigilosamente la concurrencia de la ciudadanía a los bodegones sea cada vez
menor.
"Dueños
han percibido que los ingresos no se acercan a los manejados en los primeros
meses del establecimiento comercial, ha surgido una competencia con grandes
cadenas de Supermercados que han iniciado en el país, las familias pueden
organizarse y traer alimentos o mercancías por su cuenta desde otros países y
los usuarios tienen muchas opciones actualmente para comprar sus productos. Por
ejemplo: ferias, bodegas, deliverys o ventas en hogares", indicó Simón
Salas, al precisar algunos de los motivos por el cual el usuario cuenta con más
posibilidades de adquirir los productos en el estado Lara y el resto de
Venezuela.
El
economista Luis Oliveros, explica que con un 53,8% de la población que
ronda entre los 15 y 64 años de edad trabajando y con una cifra de más de ocho
millones de adultos en edad productividad que no generan ingresos
autónomos, según datos del Economista, Omar Zambrano, el surgimiento de más
bodegones no aportaría más que el 1% del Producto Interno Bruto. Además
considera que el número de bodegones ha disminuido por la alta competencia y la
inflación.
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