Rafael Veloz García 10 de agosto de 2022
@Rafaelvelozg
Es
posible que muchos piensen que la ola de protestas del sector educativo de las
últimas semanas tiene que ver en forma exclusiva con el tema concreto de los
beneficios económicos, pero no es así. Puedo asegurar que no es así, porque
como coordinador nacional del sector Gremios de Voluntad Popular me ha tocado
desde hace varios años empaparme muy bien de la tragedia educativa del país. En
ese tiempo he estado en estrecho contacto con los educadores venezolanos,
quienes si bien es cierto les han violado todos sus derechos laborales,
incluyendo sus reivindicaciones salariales, también lo es la profunda tristeza
y el dolor que sienten al ver como se ha desarrollado el proceso de destrucción
del sistema educativo del país y en toda su dimensión durante los últimos 22
años.
En la estructura de organización de VP-Gremios contamos con equipos temáticos, los cuales se traducen en equipos de trabajo diario conformados por profesionales y técnicos de diversas disciplinas, quienes están encargados de hacer seguimiento, diagnósticos, evaluaciones, propuestas, etc., de las situaciones y problemas en que están inmersos los sectores a los cuales pertenecen. Educación es uno de ellos y aunque todos estos equipos temáticos tienen por nuestra parte un mismo grado de prioridad y de atención, no cabe duda que el trabajo orientado al sector educativo es uno de los más complejos. Hay que recordar que no solo se trata de profesores y maestros, sino que en ese enorme universo convergen los estudiantes, los padres y representantes, todo lo relacionado a los planteles educativos, así como lo relativo al proyecto educacional o plan educativo, algo tan importante por ser la carta de navegación de los que el día de mañana serán los encargados de conducir los destinos de Venezuela.
Pero
hay mucho más todavía, porque para el efectivo funcionamiento de la educación
también es importante la tecnología, los servicios públicos, la salud y la
alimentación. En lo que respecta al último aspecto, bastante se ha dicho lo
mucho que afecta para el aprendizaje y el rendimiento escolar la falta de una
adecuada alimentación.
Y
todos sabemos muy bien el golpe que ha significado la crisis humanitaria
compleja generada por la dictadura de Maduro en todos lo puntos antes
señalados.
Una
delegación de alto nivel de la Organización Internacional del Trabajo (OIT)
estuvo presente en Venezuela a finales de abril y se reunió con el régimen de
Maduro y Fedecámaras para tratar temas relevantes de los convenios números 26
(fijación de salarios mínimos), 87 (libertad sindical y protección del derecho
de asociación) y 144 (consulta tripartita). El objetivo de este foro de diálogo
social es alcanzar acuerdos y para ello la OIT regresará a nuestro país en
septiembre. En otras palabras, se encontrará con un escenario de alta
conflictividad por las maniobras de quien usurpa la silla de Miraflores para
escamotear a los trabajadores del sector educativo sus reivindicaciones
económicas. Pero tengan la seguridad que ya la OIT sabe muy bien lo que está
sucediendo en Venezuela con el llamado Instructivo Onapre (Oficina Nacional de
Presupuesto).
Este
inconstitucional instructivo salió a la luz en marzo pasado y se trata de las
normas que aplican a raíz del aumento salarial decretado por Maduro en ese mes.
Desde que se divulgó surgieron voces de alerta, porque a través de ese
instrumento se violan las convenciones colectivas de trabajo, se afectan los
montos de bonos y trae consigo rebajas salariales. Y para colmo ha servido de
base para borrar de un plumazo o para intentar cancelar fraccionado el bono de
vacaciones de los educadores, quienes están dispuestos a ir a un paro nacional.
Hay
algo que debemos aclarar, el Instructivo Onapre no solo afecta a los educadores
y a los gremios de la salud, que son los que más han protagonizado las
recientes protestas, sino que también golpea a todos los trabajadores públicos.
La
respuesta de la tiranía, como es su costumbre, fue la de perseguir
sindicalistas, lanzar a sus esbirros a las calles para tratar de amedrentar a
los trabajadores, acciones a la que se sumó la amenaza de Mario Silva, a través
de su bodrio televisivo, de soltar “la marea roja” a los educadores si van a un
paro nacional. Sus palabras se enmarcan en la incitación al odio y a un llamado
a la violencia, como bien señalaron los usuarios de la red social Twitter.
Este
martes, sin un ápice de miedo, los trabajadores de la educación se movilizaron
en buena parte del interior del país y en Caracas para alzar la voz, en clara
demostración de que no abandonarán la lucha hasta lograr sus objetivos. Lo cierto
es que este nuevo ciclo de protestas de rechazo al Instructivo Onapre y por el
respeto a sus derechos sociales y económicos, continuará, porque este jueves
está anunciada la realización de la III Jornada Unitaria de Protesta, como la
han llamado y sabemos que no será la última.
Hay
quienes dicen que los líderes sociales están extraviados y no es así. Los
líderes sociales están en la calle y entre ellos hay líderes políticos.
En
la gira que hicimos por todo el país, por llano adentro, montaña adentro, por
cada rincón de nuestra Venezuela, nos reunimos con muchos líderes gremiales y
sindicales de los sectores de educación, salud, así como de otros y ellos están
sumamente claros de que el sistema político rojo, que ha borrado los derechos
constitucionales de los venezolanos, nunca va a garantizar esos derechos.
El
artículo 29 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (CRBV)
establece que el trabajo es un hecho social y gozará de la protección del
Estado. Y, por otro lado, el 91 habla de que los trabajadores tienen derecho a
un salario suficiente para cubrir sus necesidades básicas. Entonces, ¿por qué
estos derechos quedan en poesía y no se pueden cumplir? Sencillamente porque no
existe un Estado, porque lo que hicieron fue desarticular a todas las
instituciones.
Así
como los partidos son el medio para el acceso al poder los sindicatos, según el
artículo 59 de la CRBV, son los llamados a defender los derechos de los
trabajadores. Es por ello que la dictadura crea sindicatos paralelos a los democráticos
y existe una conjura con el CNE, que no permite la renovación de los cuadros
sindicales por medio de procesos de elección, lo que afecta a los trabajadores.
Luego montan un show y firman acuerdos con los sindicatos piratas que solo
responden a los intereses de Maduro y que están a espaldas de los trabajadores.
Los
que protestan están conscientes de que el gobierno usurpador no tiene la
disposición de resolver sus problemas y saben que la situación de todo esto es
política. Y por qué es política, porque no hay Estado sino un sistema que
descuartiza a las instituciones para poder mantenerse.
De
ahí entonces que el mundo democrático, conformado por los académicos, los
trabajadores informales, por los que están en organizaciones políticas y
sociales, en fin por todos, tenemos juntos que ir a la búsqueda del cambio
político, el cual se logra por medio de la unidad, dejando de lado las tarjetas
de las partidos políticos aunque estas se respeten, para agruparse en la de la
manito, llegado el momento de las presidenciales tras la primaria de la
oposición. Esos días están por llegar.
Doy
fe de que los que integramos la legítima Asamblea Nacional electa en 2015,
junto al Presidente (E) de Venezuela, Juan Guaidó, estamos del lado de los
educadores y de los trabajadores, porque es una protesta de todos y una sola
lucha que no es solo de los educadores sino de todos los venezolanos, por lo
que se requiere que participemos unidos para poder triunfar.
Rafael
Veloz García
@Rafaelvelozg
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Para comentar usted debe colocar una dirección de correo electrónico