Miguel Molero 06 de enero de 2023
Este
año que recién se inicia nos convoca a los venezolanos a reflexionar sobre la posibilidad
de tener una Venezuela democrática fuera del tutelaje de la inteligencia
cubana, y en función de este objetivo todos estamos convocados.
Venezuela
cumple este año (2023) 24 años gobernada por el llamado “chavismo-madurismo”
que pareciera haberse perpetuado en el poder y que ha llevado a una buena parte
de los venezolanos a emigrar (7 millones), mientras que los que nos hemos
quedado porque decidimos no irnos de Venezuela, otros porque no han podido
salir, viven en su mayoría una precaria subsistencia.
Pero es el caso que en estos 24 años las direcciones políticas de la oposición, no han podido construir una explicación política convincente de la permanencia en el poder del “chavismo-madurismo” el cual ha demorado demasiado tiempo su salida del poder (24 años) y hoy se muestra mucho más fuerte, pues no se le ve agotado, por lo que nada hasta ahora augura su pronta salida, mientras que en paralelo las direcciones políticas de la oposición continúan impertérrita con su sola política electoral que hoy luce diezmada, deslucida e incoherente, sin ningún rumbo claro ante las mañas electorales del CNE del régimen.
Las
direcciones políticas de nuestra oposición no han podido hasta ahora liderar un
camino medianamente exitoso, y esto ha hecho que hoy no sean referente de nada,
pues la gente esta desencantada de la política y desconectada de lo público, es
decir, tenemos un venezolano despolitizado que fortalece el autoritarismos del
régimen, mientras paralelamente existe una orfandad de liderazgo de cráter general
(empresarial, eclesiástico, cultural, sindical, comunal, y por supuesto
político) cuestión está que pudiera tal vez estar asociada a la crisis de la
democracia liberal en el mundo.
El
caso es que en Venezuela no existe hoy ninguna conexión electoral con el
ciudadano común a un cuándo el Economista Andres Caleca, quien fuera presidente
del Consejo Nacional Electoral entre marzo de 1999-20 de diciembre de 1999 ha
venido desarrollando un esfuerzo encomiable por superar esta desconexión
electoral del venezolano
Esta
realidad de desconexión electoral del venezolano común impone que, hoy sea
esencial e imprescindible emprender como una tarea insustituible, la
participación inclusiva de todos los sectores sociales del país en la lucha
política, es decir, no basta solo una lucha dirigida hacia lo puramente
electoral, pues se hace urgente y necesario elaborar una política mucho más
amplia que sea capaz de trascender lo meramente electoral, es decir, una
política que sea capaz de elaborar acciones de mitigación y adaptación
transformadoras encaminadas a hacer perceptible ante el común del venezolano,
la resiliencia de los impactos del conflicto geopolítico en que se encuentran
hoy inmersa Venezuela.
La
sola política electoral en estos 24 años contra el “chavismo-madurismo” ha
llevado a la oposición venezolana a cometer los mismos errores de Gorbachov,
que quiso resolver la parálisis de la URSS con su perestroika y su glasnost y
no le funciono, pues se cometieron muchas improvisaciones políticas desde
arriba (la superestructura), sin un anclaje organizado en las mayorías, lo que
provocó un salto al vacío de lo más absoluto en la esfera económica, hoy el
vacío se produce en la esfera geopolítica.
Fue
así como la figura de Gorbachov paso a la historia como trágica, pues quiso
hacer un cambio importante para resolver un problema muy serio (la debacle
económica de la URSS), pero lamentablemente desembocó en la disolución de lo
antiguo sin una ruta para alcanzar lo nuevo.
El
caso es que, nuestra oposición venezolana en 24 años no se acercado ni siquiera
a la disolución del “chavismo-madurismo”, esto debido a que los partidos no han
permitido a sus cuadros dirigentes discutir política e ideológicamente las
salidas, lo cual desencanto a los cuadros mejor formados haciendo que estos se
retiran de la discusiones políticas e ideológicas internas, y se sumaran la
lucha electoral clientelar de las elecciones regionales para recuperar los
espacios de “poder”.
Esta
actitud política de los partidos ha llevado a que hoy no tengamos una
vanguardia política bien formada que sea capaz de entender que el baluarte mas
fuerte contra el autoritarismo es tener una Venezuela con justicia social donde
la población tenga oportunidades justas para salir adelante, y esto no se logra
con narrativas simplistas e inexacta de batallas electorales, pues se hace
necesario contar y evaluar las desagradables verdades sobre nuestros errores
políticos en los últimos 30 años.
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