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domingo, 20 de mayo de 2012

Sistema excluyente


Por Rafael Díaz Casanova, 18/05/2012

Dice la Constitución de la República de Venezuela que se hizo aprobar el régimen que nos destruye durante el año 1999, que nuestro país tiene todas las características de una nación democrática y para ello, una de las más importantes es la de la igualdad de y para todos los ciudadanos. La realidad es bien distinta.

Durante los largos trece años que han transcurrido desde comienzos de 1999 son infinitas las divisiones que se han establecido para que sintamos que no tenemos un gobierno equitativo.

Hoy día, la mitad del electorado está enfrentado y recibe el desprecio, el antagonismo y el odio de sus supuestos gobernantes.

Toda persona que dedique su tiempo a construir país mediante trabajo productivo asociado con empresas que creen bienes y servicios para el bien general, son perseguidos del Gobierno.

Así, se robaron, expropiaron, expoliaron y condujeron a la miseria a un número importante de explotaciones agropecuarias que producían los alimentos necesarios para la población. Como contrapartida se realizaron y realizan importaciones masivas de alimentos desde naciones distintas a la nuestra, con las consabidas ventajas para sus productores, empresarios y trabajadores, que venden a precios convenientes incrementos que le son altamente rentables. Paralelamente, como el Estado es incompetente para manejar empresas, hemos visto como se pudrieron y se siguen perdiendo cantidades muy importantes de dichas importaciones.

Personeros del régimen comenzaron por comprar y el Estado pronto expropió, confiscó o robó empresas productivas que procesaban materias primas importadas o producidas en la nación y hoy vemos que han desaparecido un número muy importante de centros de producción y puestos de trabajo.

El problema es infinito, debemos centrarnos en tres temas: vivienda, educación y salud.

Durante los recientes dos años, el régimen decidió, después de un fracaso total en la construcción de viviendas, rubricar la tragedia criminalizando la construcción de viviendas de promotores privados. Para ello expolió y robó desarrollos que se estaban construyendo dentro de condiciones absolutamente normales y basó sus acciones en situaciones puntuales, denunciadas con segundas intenciones y sin tener soluciones a los problemas y a su futuro.

La educación privada también ha sido atrapada en unas pinzas terribles. Se limita los incrementos del costo de las matrículas a niveles que apenas cubren la mitad de la inflación de la que el régimen es culpable y se decretan aumentos de salarios y de otros costos que cada día colocan en peores situaciones a los institutos de educación, privados.

La salud es atacada y vulnerada también por varios frentes: los hospitales están en las peores condiciones de la historia venezolana, se ha pauperizado la profesión importando pseudo médicos desde Cuba y graduando inconvenientemente a estudiantes que no han cumplido con los requisitos mínimos para curar a nadie. Ellos no son culpables. Los responsables son quienes equipararon una instrucción deficiente con los infinitos estudios que han realizado los médicos verdaderos.

Otra vertiente muy importante es la dificultad de disponer de medicamentos adecuados en forma oportuna. Cada día, el control de cambios y los controles de precios y de las industrias hacen menos viables las operaciones de laboratorios farmacéuticos, situación que también afecta a los laboratorios que sirven a los médicos y a la reposición de equipos y dotaciones de los hospitales.

Cambiar estas situaciones es urgente y el 7 de octubre tendremos la única oportunidad de que disponemos los ciudadanos que creemos en la democracia y en una Venezuela mejor.

@rafael862

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