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viernes, 25 de julio de 2014

Zona gris, @JuanAndresMejia


Por Juan Andres Mejía, 23/07/2014

Vivimos en una sociedad que se ha venido pervirtiendo desde hace mucho tiempo. Es difícil encontrar a alguien que nunca haya tenido que cometer algún acto ilegal o inmoral. Desde quienes compran una película "pirata", hasta el que en algún momento se sintió obligado a adquirir divisas en el mercado negro, todos los venezolanos vivimos en una especie de zona gris, en donde lo que está "bien" y lo que esta "mal" esta cada vez menos claro.

Cuando cumplí 18 años conseguí una cola para ir hasta El Llanito para sacarme la licencia de conducir. Me habían dado un manual para estudiar para el examen y me sentía tranquilo. No obstante, al momento de presentar la prueba se me acercó un funcionario para ofrecerme su "ayuda". Por supuesto que no la acepte, y de igual forma pasé mi examen.

Hace algunas semanas, un amigo cometió una infracción y fue detenido por un policía. Mi amigo aceptó su error y le pidió al funcionario público que le entregara su multa, pero este se negó y ofreció llegar a un "acuerdo". Entraron entonces en un debate en donde mi amigo pedía la multa y el policía buscaba el acuerdo. No hubo consenso, y el policía, de mal humor, le dijo a mi amigo que se fuera.

Durante mi época universitaria recuerdo que varios de mis compañeros decidían copiarse en los exámenes. Yo estaba convencido de que a esas alturas de nuestra vida, eso solo iba en nuestro perjuicio. Pero más allá de eso, me llamaba la atención que ni siquiera se copiaban para pasar las materias, sino que algunos lo hacían para intentar graduarse con honores. Siempre me he preguntado la diferencia entre la actitud de algunos de ellos y la del policía matraquero que tanto nos gustaba criticar.

Otro amigo mío trabaja en un banco, tiene un hijo y está buscando la manera de ahorrar para comprarse un apartamento y no tener que molestar más a su suegra. Los créditos hipotecarios que le ofrecen son ínfimos. Trabaja de 7 am a 6 pm, pero aún así no ve el momento en los que sus ahorros sean suficientes para lograr su objetivo. Lo más difícil para él ha sido tener que ver cómo el mismo banco donde trabaja otorga créditos millonarios a empresas que, según me comenta, parecieran ser de maletín.

No todo el mundo coincide en las causas que nos han llevado a la grave crisis que estamos viviendo. En más de una oportunidad, me he encontrado con personas que afirman que los problemas que padece nuestro país son culpa de "la misma gente", y aunque esta postura nunca me ha convencido hoy me tomo la molestia de analizarla con más calma.

Estamos claros que este problema no comenzó hace quince años, pero no cabe la menor duda de que durante el período revolucionario la corrupción ha llegado a niveles nunca antes vistos. Esta corrupción ha permeado en la sociedad y cada vez llega más lejos. Gran responsabilidad cae en manos de quienes nos gobiernan, a ellos les corresponde atacar parte de las causas de esta tragedia, pero ésta también es una tarea de cada una de nuestras familias que deben entender que si no cambiamos nosotros, tampoco lo hará el país.

Juan Andres Mejía
@juanandresmejia
jam_mejia@hotmail.com

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