Por Carlos Vilchez Navamuel, 11/05/2015
Hace cerca de cinco años escribimos un artículo titulado “Fidel Castro
cambia su imagen antes de morir” Allí dijimos entre otras cosas que “Pareciera
que el longevo comandante cubano Fidel Castro recuperado de salud y consciente
de su edad, empezó -como buen conocedor del manejo de la información- una
estrategia mediática para cambiar su imagen antes de morir, las almas de los
muertos fusilados en el paredón deben de revolotear en su cabeza senil”.
En el mismo escrito señalamos una serie de señales que demostraban esa
clara intención de parte de Fidel por cambiar su imagen antes de morir, todos
tomados de su columna “Reflexiones de Fidel” donde el dictador más longevo
habla de la paz mundial, cuando él fue uno de los que impulsó aquél programa
para colocar misiles en Cuba que casi lleva nos a una guerra nuclear, ahora
también se preocupa por el ambiente y se arrepiente de todas las barbaridades
que cometieron con los homosexuales en la isla.
Dos años después hicimos otro comentario titulado “En Cuba, los Castro
cambian su imagen antes de morir” Allí recordábamos entre otras cosas una serie
de medidas tomadas por el gobierno cubano dirigido por su hermano Raúl para
eliminar ciertos procedimientos y permitir la salida del país de sus ciudadanos
de manera fácil y algunas cosas del artículo anterior.
Con el tiempo hemos confirmado lo afirmado hace cinco años, los
hermanos Castro diseñaron toda una estrategia para cambiar su imagen antes de
morir, lo vimos al firmar el acuerdo con el gobierno de los EEUU para restaurar
relaciones diplomáticas y lo vemos ahora en la visita que hace Raúl Castro al
Vaticano donde dijo entre otras cosas “Yo me leo todos los discursos del Papa.
Si continúa hablando así, les aseguro que volveré a rezar y regresaré a la
Iglesia. Y no lo digo en broma”.
Todo esto nos demuestra que los hermanos Castro trazaron un plan con el
propósito de que se olviden de aquellos años negros del sistema cubano donde
por orden de estos señores asesinaron a sangre fría a miles de personas en el
paredón y, encerraron por décadas a miles de cubanos por opinar diferente a las
políticas impuestas por los ahora octogenarios, pretendiendo así dar una buena
imagen al final de sus vidas para que sean recordados como lo que no fueron.
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