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domingo, 20 de noviembre de 2016

Disparen a la MUD por @leomoralesP


Por Leonardo Morales


La MUD terminó siendo el partido que agrupa a todas o casi todas las organizaciones partidistas democráticas de Venezuela; la no concurrencia de los partidos con sus tarjetas en las pasadas elecciones parlamentarias trajo como consecuencia la desaparición de muchos ellos, hecho que se hará más notorio cuando tengan que cumplir con los absurdos requerimientos –uno de tantos– que impuso el TSJ para la renovación de los partidos políticos. De tal modo que, por lo pronto, el país cuenta con dos partidos claramente establecidos: la PSUV que representa a los sectores autocráticos y que sirve de precario sostén de la dictadura de Maduro, y la MUD que agrupa a los sectores democráticos.

En su breve existencia, la MUD ya ha cosechado importantes avances en la lucha democrática: con Ramón Guillermo Aveledo se concurrió unitariamente a un proceso electoral y, finalmente, con Chuo Torrealba, como Secretario Ejecutivo, se reedita un gran acuerdo nacional que le permite obtener las dos terceras partes de la AN.

Los éxitos de la MUD no solo desagradan al gobierno, también dentro de sus integrantes tales avances se convierten en un obstáculo para sus intereses.


En la MUD muchos venezolanos, seguramente la mayoría, han depositado su representación política, no para que defienda los intereses particulares de algunos sino el interés general del país. Desde allí se aspira alcanzar a una salida democrática, pacífica y electoral que devuelva a los venezolanos la posibilidad iniciar un proceso de recuperación nacional en todos los órdenes.

Diálogo estigmatizado

La asistencia a un diálogo entre gobierno y oposición ha servido para agitar las difíciles relaciones entre los distintos actores que hacen vida en la MUD. Queda claro que para muchos ese espacio se ha convertido en una camisa de fuerza para el desarrollo de su política, pero la realidad de su importancia en la sociedad no les ha dejado otro camino que someterse democráticamente a sus decisiones.

El anuncio de los resultados del dialogo azuzó a algunos sectores e individualidades de la MUD ha actuar como batallón de fusilamiento. Cualquiera que hubiera sido el resultado del diálogo, un plan, que compite con el gobierno, para destruir a la MUD, estaba preparado; la sra. Machado y los “mariacorinos” de las redes sociales dispararon y disparan frenéticamente para intentar acabar con la MUD.

Es una visión que entiende la política como existencial, profundamente antagonista, donde el adversario, devenido en enemigo, ha de ser liquidado físicamente si fuera necesario. Esta idea desarrollada por el jurista nazi Carl Schmitt, en su planteamiento amigo-enemigo, poco dista de aquella abominable expresión “Voy a freír en aceite la cabeza de los adecos.”

La MUD ha actuado responsablemente al pretender superar los antagonismos extremos que el gobierno ha venido acentuando con las decisiones de los poderes sometidos a sus intereses. Aquellos han tratado, sigilosamente y sin abandonar sus convicciones, de convertir una posible confrontación existencial en una agonal, donde las reglas establecidas o que puedan diseñarse, acorde con las dificultades presentes, sirvan a los intereses del país y no de particulares.

La organización democrática, sin estridencias ni desplantes populistas y efectistas, no ha cejado ni un instante en los propósitos que interesan a los venezolanos. Quienes de estos objetivos disienten tienen el derecho a expresarlo, de actuar según sus intereses y su visión de la política, pero resulta repugnante verlos mimetizados en la oscuridad.

19-11-16




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