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jueves, 25 de octubre de 2018

Los huevos de Sidor por @froilanbarriosf



Por Froilán Barrios


Los lineamientos emanados desde el Ministerio del Trabajo el pasado 11 de octubre para ser implementados en las negociaciones colectivas de trabajo, con ocasión de la implementación del Programa de recuperación, crecimiento y prosperidad económica, reafirman la decisión del Poder Ejecutivo de desmantelar la contratación colectiva y las relaciones de trabajo en nuestro país.

Mediante estas directrices se crea una comisión de control y seguimiento de las contrataciones colectivas, siendo su función, “proteger el cumplimiento y racionalización de los beneficios laborales tanto en el sector público como en el sector privado, de manera tal que todos los trabajadores y trabajadoras del país gocen de la justa distribución de la riqueza, garantizando a su vez la protección de las fuentes de trabajo así como la producción de las entidades de trabajo”.

Dicha comisión está integrada únicamente por funcionarios del Ministerio del Trabajo, a quienes se les ha otorgado cualidades plenipotenciarias de adecuar toda convención colectiva pública o privada, a partir del nuevo salario mínimo de 1.800 bolívares soberanos y del tabulador autoritario, cuya característica primordial es desconocer la meritocracia laboral.

Ahora bien, ¿cuál ha sido el resultado del programa de recuperación económica?: un rotundo fracaso, ya que las cifras de inflación suben vertiginosamente, a tal extremo que el Cendas-FVM registra una canasta alimentaria superior a los 28.000 bolívares soberanos, y una canasta familiar básica de 42.000 bolívares soberanos, indicadores que han pulverizado el actual salario mínimo de 1.800 bolívares soberanos, fijado el 17 de septiembre de 2018, y la canasta de 52 productos acordada por el Estado alrededor de 2.200 bolívares soberanos.

En tan solo 2 meses el poder adquisitivo del trabajador ha sido reducido a la miseria, ya que el nuevo salario impuesto a 8.000.000 de trabajadores de la población formal, en los que se incluye a públicos y privados, a 4.300.000 jubilados y pensionados unifica la condición de pobreza y precariedad de toda la población, que al mismo tiempo agrava la situación de más de 5.000.000 de trabajadores informales que trabajan a destajo y se les remunera a partir del concepto del nuevo salario del bolívar soberano, bajo características de exclusión total.


24-10-18




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