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martes, 29 de enero de 2019

Presidencia de Transición, por Miguel Méndez Rodulfo




Miguel Méndez Rodulfo 28 de enero de 2019

En este momento nos encontramos en las horas postreras de este régimen oprobioso y tenemos la gran expectativa que caiga de un momento a otro. Dios así lo quiera. Inteligentemente el Presidente Encargado Juan Guaidó está articulando una estrategia muy creativa destinada a dar por terminada la macabra era del chavismo. A medida que este período de la encargaduría transcurre, caracterizado por el refinamiento de la táctica política y en tanto que Guaidó no se siente en Miraflores, no pasará a ser el Presidente de la Transición, algo que toda Venezuela anhela con ansia. Entonces debe comenzar un período de esperanza, de grandes cambios, en que muchas cosas serán posibles. ¡Preparémonos a presenciar milagros! Habrá un gobierno inclusivo en alianza con las demás fuerzas políticas lo que le dará un carácter férreamente unitario y un Presidente, junto con el alto mando político, formulando lineamientos, definiendo prioridades y solicitando ayuda al FMI, BID, BM países amigos y ONG internacionales; en tanto que los técnicos se encontrarán gerenciando su área de especialidad. Debe haber pocos ministros políticos (Relaciones Interiores, Secretaría de la Presidencia) y los demás ministros deben ser técnicos especialistas en las áreas que les toque dirigir.

En este punto debo insistir, para que el gobierno sea más eficaz, que el Plan País, no es un Plan de Gobierno sino un acuerdo para la transición, muy conveniente, pero no suficiente ni efectivo para abordar este extremadamente difícil tiempo de reconstrucción. Para ello hay que tener, sector por sector de la gobernabilidad del país, un “Programa de Acciones Definidas” que aborde las medidas específicas que corresponde tomar en cada área de especialidad para reconstruir la infraestructura, los procesos, los equipos humanos, los sistemas, la mística, la disciplina y la eficiencia, de manera de restituir la normalidad operativa de la administración pública para volver a tener gobernabilidad en el país.

En mi experiencia, a menudo, los especialistas no entienden cuando se les pide realizar un documento de transición para su sector, creen que deben hacer propuestas o piensan que se trata de aspectos administrativos, como tener buena gerencia, dar entrenamiento al personal, tener buenos salarios, etc. Si este error se comete en la esfera de los técnicos, con más facilidad se puede cometer en el mundo político. Equivocarse de escenario es algo que puede ocurrir, pero que traería serias consecuencias. El caso es que es un error detallar propuestas, cuando éstas no son viables de aplicar si no hay condiciones para su implementación: si la infraestructura está destruida, los equipos humanos casi no existen y se carece de normalidad operativa en la gestión de la administración pública. Por ejemplo, para poner algunos casos: no se puede comenzar por retomar la construcción del Tuy IV, intentar sustituir los 5,5 MM de metros de tuberías del Acueducto Metropolitano que requieren ser reemplazados; concluir Tocoma, iniciar el nuevo tendido eléctrico de 765 Kv que viene de Guri; abordar la construcción de un nuevo mejorador de petróleo pesado en Jose, plantearse la exploración de nuevas áreas prospectivas; acometer la realización de grandes sistemas de riego, construir nuevos silos, etc. Sin embargo, hay que tener claro que no iniciar tales obras no significa que las actividades previas de planificación no se puedan comenzar; esto si se puede hacer, porque es posible caminar y mascar chicle a la vez.

Aunque la transición trata de reconstruir lo existente, no significa que no se pueden iniciar nuevos proyectos, en una dimensión acorde a la recuperación de los servicios públicos, los cuales atraigan inversión, generen empleo (en buena medida de mano de obra poco calificada) y paguen impuesto. Estaríamos hablando de suelo urbanizado, vivienda social, nuevas áreas de cultivos, obras públicas, pesca, áreas de tecnología, etc. Pero sin duda, hay que agudizar la creatividad, porque hay una serie de proyectos, relativamente fáciles de iniciar, que generarían divisas, como por ejemplo exportar el coque de Jose, permitir la exportación del gas de Perla, exportar plátano, ajonjolí, cacao porcelana, exportar rones de categoría premium, etc. En el próximo artículo expondremos ampliamente medidas específicas para la transición.

Miguel Méndez Rodulfo

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