Francisco Olivares 13 de agosto de 2022
@folivares10
Mientras la guerra que sostiene Rusia
contra Ucrania ha polarizado aún más el enfrentamiento entre las democracias
occidentales y los regímenes autocráticos, Nicolás Maduro endurece sus posturas
anti-occidente y alinea a Venezuela con el nuevo bloque de poder que aspira a
desplazar a EEUU y Europa como grupo de países dominantes.
El
gobierno de Nicolás Maduro abre las puertas de Venezuela a Rusia, Irán y China,
a quienes ofrece concesiones en las industrias básicas, injerencia en el área
militar y de seguridad, dando prioridad al juego geopolítico por encima del
bienestar de la población sumergida en la pobreza. A lo interno, mantiene a
raya a la disidencia, a los productores nacionales y a quienes reclaman sus
derechos los amenazan con enviarles “la marea roja”.
En ese contexto de enfrentamiento de poderes mundiales, Venezuela será sede por primera vez de los Octavos Ejercicios Militares Internacionales, liderados por Rusia con participación de 37 países. Una fase de los Ejercicios Militares se llevarán a cabo en el territorio venezolano este fin de semana, del 13 al 27 de agosto.
Es la
primera vez que estos ejercicios militares se realizarán en América del Sur,
según informó el ministro de Defensa de Rusia, Serguéi Shoigu. Entre los países
que lideran las maniobras bélicas, aparte de Rusia, están China e Irán, dos
importantes miembros de esta nueva alianza. Varias delegaciones ya han arribado
al país.
Desde
hace semanas, la mayor promoción de estos ejercicios militares las hace el
gobierno de Maduro a través de las redes:
Según el medio conservador The
Washington Free Beacon, los ejercicios militares son una de las señales más
fuertes de que la coalición anti-Washington de América Latina está fortaleciendo
sus relaciones con Rusia, China e Irán.
“Rusia
y sus aliados, Irán y China, están a punto de realizar una gran demostración de
fuerza con los Ejercicios Militares en Venezuela”, dijo Joseph M. Humire,
analista de Seguridad Global y director ejecutivo del Center for a Secure Free
Society.
Advierte
que “fuerzas armadas rusas se están preparando para traer, por primera vez,
algunos de estos juegos militares al hemisferio occidental”. También hay
señales de que el Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica de Irán (IRGC),
la fuerza de combate paramilitar del país, está aumentando su presencia en
América Latina.
Siguiendo
esta tendencia, el pasado 7 de junio, la Asamblea Nacional de Nicaragua renovó
un pacto militar con Rusia que “autoriza a las tropas, aviones y barcos rusos a
patrullar las fronteras del país centroamericano y realizar ejercicios
militares conjuntos”.
A
pesar que el decreto también incluye el apoyo militar de Estados Unidos a
Nicaragua, el subsecretario del Departamento de Estado para Asuntos
Hemisféricos, Brian Nichols, criticó las medidas tomadas por la Asamblea
Nacional, argumentando que Nicaragua está permitiendo la ayuda de un país que
está violando los derechos humanos al invadir Ucrania, y calificó la entrada de
tropas rusas como una “provocación”.
Putin
y el nuevo eje de poder
El
presidente ruso, Vladímir Putin, durante su intervención en el Foro Económico
Internacional de San Petersburgo, el pasado mes de junio, predijo el ocaso
político y económico de Occidente, desde Estados Unidos hasta la Unión Europea,
y consideró «irreversible» el advenimiento de un mundo multipolar, del que
sería parte la actual campaña militar rusa en Ucrania.
Según
la reseña de la agencia EFE, de su participación en el foro, Putin acusó a las
potencias occidentales de negarse a aceptar los cambios “revolucionarios y
tectónicos” en marcha en el mundo y la aparición de nuevos centros de poder.
Putin
insistió en que los viejos “patrones” occidentales ya no funcionan, ya que las
normas que rigen las relaciones internacionales se manipulan a gusto de una
sola potencia y sus satélites. Específicamente se refirió a China, India y a
otros países asiáticos, latinoamericanos y africanos.
“Parece
que no se dan cuenta de que en las últimas décadas en el planeta se han formado
y cada vez se hacen oír más nuevos y poderosos centros. Creen que la hegemonía
de Occidente en la política y economía mundial es una constante, es eterna. No
hay nada que sea eterno, no sólo niegan la realidad, sino que intentan
obstaculizar la marcha de la historia, piensan como en el siglo pasado, son
rehenes de sus propias mentiras”, enfatizó.
Putin
predijo que en el nuevo orden mundial únicamente tendrán voz y voto los países
“fuertes” y “soberanos”, por lo que Rusia aprovechará las “enormes posibilidades”
que se abren ante ella para “ser aún más fuerte”.
Maduro
cierra la rendija
Siguiendo
esa premisa de Putin, en la política interna, Maduro ha ido cerrando cada vez
más los espacios a las disidencias, las posibilidades de diálogo y un posible
giro hacia la apertura, que muchos todavía esperan.
Un
ejemplo de ello fue el proceso aplicado contra los acusados por el presunto
intento de magnicidio contra Nicolás Maduro, que incluyó al diputado por
Primero Justicia, Juan Requesens y al dirigente opositor Julio Borges, quien
fue presidente del Parlamento entre 2017 y 2018. La justicia chavista condenó
con sentencias de 30 a 12 años a los 17 imputados, entre civiles y militares,
sin evidencias, según lo señalaron abogados defensores.
A
pesar de los intentos de recuperar el diálogo con el gobierno de parte de los
más importantes partidos opositores y organizaciones de la sociedad civil
venezolana con el propósito de recuperar la economía y la vida institucional,
los principales voceros del chavismo madurismo promueven campañas para
neutralizar los esfuerzos de países y organizaciones internacionales que buscan
ser intermediarios para sentar a las partes en una mesa de negociación.
Al
mismo tiempo el régimen culpa a Occidente de todos los males que padece
Venezuela.
Desde
Alex Saab hasta el avión de Conviasa
El
último incidente fue protagonizado por Jorge Rodríguez, presidente de la
Asamblea Nacional de 2020, quien exigió la devolución del avión de carga
venezolano-iraní retenido desde el 6 de junio en Buenos Aires, Argentina, en el
cual se encontraban cinco ciudadanos venezolanos y 14 iraníes.
El
caso es investigado por la justicia de Argentina por la presencia en ese avión
de miembros de la Guardia Revolucionaria Islámica. El FBI aseguró, en un
informe enviado al juez que se ocupa del caso, que el piloto iraní, Gholamreza
Ghasemi, está relacionado con la Fuerza Quds, el poderoso brazo paramilitar de
élite de la Guardia Revolucionaria, definida por EEUU como organización
terrorista.
Luego
de utilizar el caso de la detención del empresario colombiano Alex Saab como exigencia para
volver al diálogo, Rodríguez exige ahora la liberación de este avión y sus
pasajeros y tripulantes a quienes identifica como venezolanos, como condición
para regresar a un diálogo con la oposición venezolana y culpa a la justicia
argentina de estar sometida a EEUU y de recibir sobornos de la embajada
estadounidense.
Irán
el gran aliado
La política
que sigue Maduro con Irán es una continuidad de la de su antecesor Hugo Chávez
y está en sintonía con las que promueven los gobiernos del Foro de Sao Paulo.
En ella se afianzaron especialmente los acuerdos en el área militar, de
seguridad y petrolera.
Desde
su primera visita a Venezuela en septiembre de 2006, Mahmud Ahmadineyad, quien
presidió la República Islámica, vino acompañado por 70 empresarios con el fin
de concretar negocios para lo cual crearon un fondo por $2.000 millones.
“Estamos
aquí para darte la bienvenida a ti, hermano Mahmud Ahmadineyad. Líder, hermano,
compañero. Yo diría, incluso, gladiador de las luchas antiimperialistas. (…)
Sólo un pueblo libre puede recibirte como te recibimos. (…) Cristo y Mahoma nos
alumbran el camino para derrotar las amenazas del imperio”, le dijo Chávez.
Ahmadineyad
viajó a Venezuela seis veces; mientras que Chávez lo superó con nueve visitas.
Ese acercamiento de Irán se hizo extensivo a los países que conformaron el ALBA
con los nuevos presidentes de izquierda y se tradujo en establecimiento de
embajadas y acuerdos políticos y económicos en la región.
Además
del sospechoso caso del avión venezolano-iraní, nuevos acuerdos han
profundizado los vínculos entre Venezuela e Irán. En la pasada gira de Maduro
en junio por el Medio Oriente, se firmó un “acuerdo estratégico” de 20 años en
diversas áreas, con el actual presidente de Irán, Ebrahim Raisí, en el palacio
Saad Abad de Teherán.
Sobre
ellos señaló Maduro: “Tenemos grandes frentes de cooperación entre Irán y Venezuela
a niveles energético, del petróleo, del gas, de las refinerías, de la
petroquímica; financiero, de defensa”.
Un
millón de hectáreas para Irán
Recientemente
Maduro sorprendió a los productores agropecuarios con el anuncio de que
otorgará un millón de hectáreas a sus aliados de Irán. De inmediato los gremios
de productores y organizaciones civiles se pronunciaron en contra de ese
acuerdo.
El
presidente de Fedenaga, Armando Chacín, señaló que mientras se ofrecen esas
tierras a Irán los productores venezolanos son víctimas de invasiones y
expropiaciones como está ocurriendo en Barinas, entre otras entidades. Sostiene
que mientras no se resuelve el conflicto de tierras que afecta a los
productores venezolanos no se resolverán los problemas de producción y
abastecimiento. Hay 500 casos en conflicto documentados por Fedenaga a nivel
nacional, sobre los cuales no hay respuesta.
Irán y
la refinerías
Según
la agencia oficial de noticias iraní IRNA, la empresa estatal Oil Engineering
and Construction Company firmó un contrato de 110 millones de euros (casi $115
millones) para reparar y reactivar la refinería El Palito, ubicada en Puerto
Cabello, estado Carabobo, cuya producción es de 146 mil barriles diarios.
El
acuerdo fue el resultado de las negociaciones en Caracas que llevaron adelante
el ministro de Petróleo iraní, Javad Owji y su homólogo venezolano, Tareck El
Aissami. Este acuerdo se produce paralelamente a los envíos de combustible que
está haciendo Irán a Venezuela, ante la paralización de las más importantes
refinerías nacionales.
Según
una nota de Reuters, el contrato incluye las reparaciones y puesta en marcha de
El Palito, de acuerdo a declaraciones de Farhad Ahmadi, director general de la
Compañía Nacional de Petróleo y Distribución de Irán (Niordc).
Desde
finales de mayo, sectores sindicales de la planta denunciaron el despido de 800
trabajadores de la refinería El Palito, para dar paso a trabajadores iraníes
que serían incorporados a partir de los nuevos acuerdos para la recuperación
del centro refinador carabobeño.
Luis
Hernández, presidente del Frente de Trabajadores Petroleros “Rompiendo
Cadenas”, declaró que estas desincorporaciones tienen como fin dar espacio a
los trabajadores iraníes para poner en marcha la deteriorada refinería, con
amplio historial de accidentes y explosiones.
Para
Hernández es poco viable que la mano de obra iraní logre algún cambio
importante dado que la maquinaria de El Palito es de fabricación
estadounidense, por lo que a su juicio los iraníes no contarían ni con el conocimiento,
ni con la tecnología para lograr su cometido; además del deterioro del Sistema
Eléctrico Nacional que afecta las unidades de procesamiento de crudo.
El
país inviable
Maduro
y la cúpula gobernante atribuyen a las sanciones el deterioro que han sufrido
las industrias venezolanas y celebran la ligera recuperación que se ha generado
en el país, no por las supuestas inversiones de los aliados internacionales,
sino por la parcial liberación de precios y controles.
Como
lo señalan los expertos, hasta ahora las relaciones económicas con estos
aliados han sido limitadas. Para esos países priva el rol geopolítico, en el
que juega un papel principal tener presencia en Venezuela, por encima de las
ganancias económicas que pueden ofrecer sus inversiones aquí.
En
algunos casos representantes de esos países han exigido cambios en las
políticas internas del país y seguridad sobre sus inversiones, pero su objetivo
principal es tener un aliado incondicional en Latinoamérica.
Para
el gobierno de Maduro, la geopolítica juega un rol primordial, y en la práctica
se le da mayor relevancia que a las necesidades internas. De allí el deterioro
en que ha caído la infraestructura del país, la inseguridad extendida y la
corrupción.
Ahora
se anuncian una vez más grandes planes de inversión extranjera que difícilmente
se traducirán en recuperación del aparato industrial venezolano, de la economía
y la vida institucional, en tanto continúe el mismo modelo de conducción que
mantiene excluida a la mayoría del país.
Tomado
de: https://twitter.com/folivares10
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