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jueves, 20 de junio de 2019

Alex Saab y los negocios con el oro de sangre, por @TablanteOficial




Carlos Tablante 19 de junio de 2019
@TablanteOficial

En Octubre de 2016, CuentasClarasDigital.org publicó una nota cuyo título era un interrogante: Arco Minero del Orinoco: ¿Oro de sangre? Lamentablemente, dos años y medio después, la respuesta a esta pregunta es un rotundo SÍ.

El diputado por el estado Bolívar, Américo De Grazia, ha denunciado permanentemente la acción de bandas y pranes protegidos por autoridades civiles y militares, que controlan las minas y extorsionan y asesinan a los trabajadores. Ello le ha costado tener que asilarse en la embajada de Italia en Caracas.

Sostiene De Grazia que ha habido alrededor de treinta masacres de mineros en el arco. Solo en el mes de Julio de 2016 se produjeron cuatro: dos en Sifontes, una en El Manteco y otra en el Alto Caura.

La localidad más violenta del país es El Callao, centro del comercio del oro, que registra un índice de muertes violentas similar al de Medellín en tiempos de Pablo Escobar. La minería legal e ilegal y la presencia de grupos guerrilleros que participan en el control de las explotaciones son parte de los factores que inciden en los elevados niveles de violencia de la zona.

Se trata de un territorio rico en diamantes, hierro, bauxita, coltán y sobre todo oro, siendo el productor del 20% de todo el continente americano. Las reservas auríferas de la zona han sido calculadas en 200 mil millones de dólares.

Desde su creación por decreto de Maduro, el Arco Minero ha sido objeto de denuncias por parte de ecologistas y agrupaciones indígenas, de trabajadores y defensores de derechos humanos que sostienen que el proyecto ha traído destrucción ambiental, enfermedades, violencia y delitos. Desde 2016 han ocurrido una docena de masacres vinculadas con la explotación de oro, matanzas que han cobrado la vida de 107 personas, según el Observatorio Venezolano de Violencia.

Eso sin contar con los muertos por enfermedades que han regresado como el paludismo, sin prevención ni tratamiento en gran parte debido a la misma situación de ilegalidad y caos que se vive la zona.

Varias investigaciones periodísticas han dado cuenta en los últimos meses que el régimen de Maduro viola sanciones internacionales utilizando oro para pagar la importación irregular de alimentos del programa CLAP y otros bienes y servicios.

El oro proveniente del BCV, Minerven y de la Compañía Anónima Militar de Industrias Mineras, Petrolíferas y de Gas (CAMIMPEG) se envía ilegalmente a países como Rusia, Turquía, Uganda y Arabia Saudita, entre otros, y se convierte en efectivo para pagar alimentos y otras mercancías de mala calidad, con sobreprecio.

Parte de las misma se despacha desde Turquía, pero la mayoría se sigue obteniendo en México, a pesar de la multa de 3 millones de dólares que la Procuraduría de ese país impuso a las empresas vendedoras y a las compañías de maletín de Alex Saab el año pasado, en el marco de un una críptica investigación que ha sido reactivada por las nuevas autoridades mexicanas.

Desde finales de 2016, el proveedor de alimentos casi exclusivo del programa CLAP ha sido Alex Saab, que ha registrado decenas de empresas que están en manos de asociados de confianza y testaferros en México, Venezuela, Hong Kong y Turquía.

Alex Saab es el proveedor exclusivo de Nicolás Maduro. Vende de todo. Después de haber hecho jugosos negocios con Cadivi, el Sucre y Cencoex, ahora está raspando la olla con el oro.

La venta del oro de Venezuela viola las leyes nacionales y las sanciones internacionales. Se trata de oscuras operaciones que no cuentan con la aprobación de la Asamblea Nacional e incumplen todos los controles administrativos establecidos para este tipo de transacciones.

¿Cómo sale el oro de Venezuela? ¿Por cuál puerto o aeropuerto? ¿Qué trámite – si alguno – se realiza en la aduana ante el SENIAT y la GNB? ¿Quién lo compra? ¿Qué empresa lo transporta? ¿Cuál es la compañía internacional de seguros que le da cobertura a la operación? ¿Qué trámite se realiza en la aduana de los países receptores de la mercancía? ¿Quién certifica y refina el oro?¿Quiénes y cómo lo monetizan? ¿Quiénes son los beneficiarios finales de los pagos? ¿A través de qué compañías y bancos?

Son solo algunas de las muchas preguntas que deben ser contestadas a través de una extensa y seria investigación que ya adelanta la Asamblea Nacional.

Las autoridades de los distintos países que han reconocido a Juan Guaidó deberían investigar también y sancionar las actividades ilícitas relacionadas con el comercio del oro bañado en sangre de Venezuela.

Carlos Tablante
@TablanteOficial

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