Ahiana Figueroa 05 de noviembre de 2024
La
última vez que la autoridades monetarias y financieras venezolanas se reunieron
formalmente con una misión del FMI fue en 2004, para realizar una revisión
anual o análisis de gestión del país. Acudir a este organismo multilateral
significaba mostrar todas las estadísticas, lo que dejaría ver la realidad de
la economía, algo a lo que el gobierno no estaba dispuesto
La
reunión anual del Fondo Monetario Internacional (FMI) y del Banco Mundial (BM)
se llevó a cabo entre el pasado 21 y 26 de octubre en la ciudad de Washington,
Estados Unidos. Y es propicia la ocasión para recordar que Venezuela lleva 20
años sin una reunión formal con el organismo multilateral.
La última vez que las autoridades monetarias y financieras venezolanas se reunieron formalmente con una misión del FMI fue en 2004, para realizar una revisión anual o análisis de gestión del país. Los estatutos del Fondo y específicamente el artículo IV señala que los países miembros deben tener reuniones cada año a manera de consulta.
Venezuela
canceló todos sus compromisos con el multilateral tiempo después que Hugo
Chávez asumiera la presidencia en 1999, y luego de una serie de
cuestionamientos al Fondo al calificarlo de «instrumento del colonialismo» de
EEUU. El gobierno también expresó su descontento con las proyecciones que el
FMI daba sobre el país y que a su juicio «eran pesimistas». El
organismo se vio forzado a cerrar sus oficinas en el territorio nacional a
finales de 2006, y Chávez también cerró la puerta a las misiones de
asesoría y colaboración.
«Vamos
a retirarnos. Quiero firmar la cuenta (de formalización de salida) y solicitar
que nos devuelvan lo que nos corresponde. No nos hace falta estar viajando a
Washington, ni al Fondo Monetario ni al Banco Mundial ni nada (…) yo quiero
formalizar la salida de Venezuela del Banco Mundial, del Fondo Monetario
Internacional y de todo eso», anunció Chávez en 2007 durante una cumbre de la
Alternativa Bolivariana para las Américas (ALBA), un cártel de países amigos
que fundó su gobierno como contrapeso a los multilaterales.
Hasta
la fecha, aunque las relaciones están congeladas, Venezuela sigue siendo
miembro del Fondo.
Varios
de los voceros del gobierno de Chávez como de la administración de Nicolás
Maduro afirmaron que el FMI otorga financiamiento a los países miembros a
cambio de cumplir con medidas económicas consideradas «leoninas». Expertos
recuerdan que los gobiernos en problemas deben seguir las recomendaciones del
Fondo para la recuperación y/o saneamiento fiscal y financiero, pero que en
muchas ocasiones son criticadas debido a la exigencia del correcto desembolso
del gasto público que deben tener las autoridades.
Con el
congelamiento de las relaciones con el Fondo, Venezuela se abalanzó
para contratar financiamiento con otros gobiernos como China y
Rusia, y colocó bonos de deuda externa en gran cantidad. De acuerdo a
cálculos de economistas, la deuda pública externa asciende a 161 mil millones
de dólares, una cifra que excede significativamente la capacidad económica y
financiera del país.
El
economista Gustavo García recordó sobre el retraso de las reuniones formales
entre Venezuela y el FMI que los altos niveles de deuda, limita a los gobiernos
también acudir a los organismos multilaterales y al crédito internacional. Pero
que en caso de que el país quiera reestructurar su deuda tendrá que mostrar
cifras y ser evaluadas por auditores externos como los multilaterales.
«Hay
que poner en orden las cuentas fiscales del sector público, saber cual es la
situación fiscal, financiera y real. Al igual que la balanza de pagos para
conocer cuál es la sostenibilidad externa del país y por supuesto esto implica
cifras reales de la economía y su impacto en la población. Tiene que haber un
organismo con la credibilidad del Fondo Monetario que actúe como una especie de
auditor de las cifras», indicó García este martes 5 de noviembre en un foro
organizado por el Observatorio Venezolano de Finanzas (OVF).
Al
chavismo liberarse de la exigencia de informar al Fondo sobre cómo se
encontraban las finanzas públicas, punto crucial para llegar a un acuerdo con
el multilateral, desde esa época, hace 20 años, los ministerios de Finanzas, de
Planificación, de Petróleo y el Banco Central de Venezuela (BCV) comenzaron a
publicar data incompleta sobre la actividad económica del país y hasta hoy, aún
se desconocen muchas de ellas.
Por
años, expertos en materia económica han señalado que contar con poca
información pública dificulta la capacidad de hacer análisis sobre la economía,
tales como el déficit fiscal, los ingresos y egresos detallados de la Nación,
las exportaciones e importaciones, la ejecución presupuestaria, entre
otros. Por lo que acudir al Fondo significaba entregar todas las
estadísticas y dejaría ver la realidad de la economía, algo que el
gobierno parecía no estar dispuesto.
«El
gobierno se empeñó en no hacer accesible las finanzas públicas venezolanas. Hay
que recordar que una misión del Fondo presta dinero si se está dispuesto a
permitir una revisión de la economía para realizar un diagnóstico y así evaluar
el tamaño del préstamo; y segundo, se tendría que dar garantías, pero no del
tipo financiero, sino sobre medidas que tendría que tomar el gobierno», explicó
un analista que pidió mantener su anonimato.
Reiteró
la fuente consultada que el FMI presta a los países en la medida en que éstos
estén dispuestos a ejecutar un plan de ajuste o de estabilización
macroeconómica que permita que la economía se recupere.
En el
año 2018, el Directorio del organismo determinó que Venezuela no había
implementado medidas correctivas ni suministrado información sobre una serie de
datos adicionales requeridos. En ese entonces, el Fondo emitió «una
declaración de censura en contra de Venezuela por no haber
implementado las medidas correctivas ni haber cumplido con su obligación en
virtud del Artículo VIII, Sección 5. El Directorio Ejecutivo instó a Venezuela
a adoptar medidas correctivas concretas y volverá a reunirse dentro de un plazo
de seis meses para evaluar el progreso de Venezuela en su implementación». Hoy
en 2024, este sigue siendo el mismo panorama.
«El
Fondo está dispuesto a trabajar de manera constructiva con Venezuela para
resolver su crisis económica cuando Venezuela esté preparada para reanudar su
compromiso con el Fondo, incluyendo mediante la provisión de datos en forma
regular y a tiempo y la reanudación de las consultas del Artículo IV», señaló en su comunicado.
En
diciembre de 2023, el directorio del FMI publicó otro comunicado en el cual reseñaba las
reuniones informativas informales con Venezuela. «Siguiendo los procedimientos
de rutina aplicados a miembros cuyas consultas conforme al Artículo IV con el
FMI se encuentran sumamente demoradas, el 1° de diciembre de 2023, el personal
técnico informó al Directorio Ejecutivo sobre los recientes desarrollos
económicos en Venezuela. Las reuniones informales en relación a los miembros
cuyas consultas bajo el artículo IV se retrasaron más de 18 meses se celebran
de manera rutinaria aproximadamente cada 12 meses para informar al Directorio
Ejecutivo y están basadas en información pública disponible. La
consulta del Artículo IV con Venezuela se encuentra demorada 203 meses».
Los
DEG
Venezuela
cuenta en el Fondo con un monto de 3.568 millones en Derechos Especiales de Giro (DEG) que
equivalen a 5.000 millones de dólares, aproximadamente. Estos instrumentos
fueron creados en 1969 por el FMI para dotar de liquidez a las economías y
poder brindar reservas adicionales a los países miembros en caso de dificultad.
Desde
el reconocimiento del gobierno interino de Juan Guaidó por parte del multilateral
se bloqueó el acceso a la administración de Maduro a estos recursos. Sin
embargo, terminado el interinato, el Fondo aún no reconoce al directorio del
BCV mientras «no haya un reconocimiento de la comunidad internacional en la
administración de Maduro», según explicó el Fondo en 2021.
Durante
los encuentros con representantes de la oposición venezolana y del gobierno de
Maduro en la mesa de negociaciones con Noruega, se debatió el tema de
los DEG, no obstante, la interrupción de esas conversaciones tras el
retiro de los funcionarios, tiró por la borda la posibilidad de que el país
pudiera tener acceso a estos recursos financieros.
Economistas
que trabajaron en la elaboración del programa económico del candidato de la
oposición a la presidencia, Edmundo González Urrutia, señalaron en su
oportunidad la necesidad de restablecer las relaciones con los organismos
multilaterales para recuperar la economía venezolana. Según sus estimaciones,
el país requiere una inversión equivalente al 6% del Producto Interno Bruto
(PIB) en infraestructura y servicios públicos.
Top 5
Recientemente,
el Directorio del FMI en su último informe «Perspectivas Económicas Globales
para el 2024» indicó que Venezuela se encuentra en el top 5 de las economías
que prometen mayor crecimiento para finales de este año en América Latina y
Sudamérica.
En la
misma publicación también se señaló que el PBI venezolano se
incrementaría 4,2% y el consumo privado 2,5%. Mientras que la
inflación del 2024 estaría en torno al 50%, «de mantenerse la tendencia de los
últimos meses».
«Venezuela
precede con 4% este top 5 de países a la vanguardia de la economía para este
2024. Le seguirían Paraguay con 3,8%, Uruguay con 3,7% y Perú con 2,5% y México
con 2,4%».
La
proyección de crecimiento para la economía venezolana por parte del FMI es
similar a las estimaciones de consultoras privadas que prevén una tasa de entre
4% a 6%.
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