Opus Dei 02 de noviembre de 2024
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Comentario
al Evangelio del domingo de la 31° semana del tiempo ordinario (Ciclo B).
”¿Cuál es el primero de todos los mandamientos?” La respuesta del Señor ante la
profunda pregunta del escriba nos invita a recordar que la causa última y el
sentido de todos los mandamientos de la vida cristiana es ni más ni menos que
el amor a Dios y a los demás.
Evangelio
(Mc 12, 28b-34)
Se
acercó uno de los escribas, que había oído la discusión y, al ver lo bien que
les había respondido, le preguntó:
¿Cuál
es el primero de todos los mandamientos?
Jesús
respondió:
—El
primero es: Escucha, Israel, el Señor Dios nuestro es el único Señor; y
amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma y con toda tu
mente y con todas tus fuerzas. El segundo es éste: Amarás a tu
prójimo como a ti mismo. No hay otro mandamiento mayor que éstos.
Y le
dijo el escriba:
—¡Bien,
Maestro! Con verdad has dicho que Dios es uno solo y no hay otro fuera
de Él; y amarle con todo el corazón y con toda la inteligencia y con toda la
fuerza, y amar al prójimo como a sí mismo, vale más que todos los
holocaustos y sacrificios.
Viendo
Jesús que le había respondido con sensatez, le dijo:
—No
estás lejos del Reino de Dios.
Y
ninguno se atrevía ya a hacerle preguntas.
Comentario al Evangelio
El
evangelio de la liturgia de hoy nos presenta un profundo e interesante diálogo
entre un escriba, es decir, un experto en el conocimiento de las Escrituras y
Jesús. La pregunta que le dirige es de gran importancia, porque se trata de
saber cual es el sentido último de los mandamientos. Este hombre quizá sentía
el peso de la gran variedad de cosas que debía cumplir como miembro del pueblo
elegido y se preguntaba el porqué de tanto esfuerzo. Con este fondo, podemos
compartir su inquietud, y su pregunta al Maestro: ¿Cuál es el primero de todos
los mandamientos?
La
respuesta de Jesús no se hace esperar, y saliendo a su encuentro usa las
Escrituras para responder. Le recuerda así unas palabras del Deuteronomio que
todo varón piadoso repetía al menos dos veces al día: “Escucha Israel: el Señor
es nuestro Dios, el Señor es Uno. Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu
corazón, con toda tu alma y con todas tus fuerzas” (Dt 6, 4-5). Jesús usa esta
oración, conocida como el Shema Israel (escucha Israel, en
hebreo), señalando de este modo que en el centro de la fe de Israel se
encuentra la razón última y el sentido de todos los mandamientos: el amor a
Dios.
Y
aunque el escriba solo había preguntado por el más importante, el Señor
aprovecha para recordarle también el segundo en importancia, y usa nuevamente
un libro de la Escritura. Esta vez toma prestadas unas palabras del Levítico:
“Amarás a tu prójimo como a ti mismo” (Lv 19, 18).
Jesús
recuerda así que el amor a Dios y al prójimo son la esencia de la fe y la
fuente de la que manan todos los mandamientos. Nos invita así a levantar la
mirada y a entender que estamos llamados no sólo a cumplir con unas
determinadas obligaciones, sino a vivir un amor grande y generoso, que abarque
todos los aspectos de nuestra vida, porque como recordaba san Josemaría: “Jesús
no se satisface compartiendo, lo quiere todo” (Camino, n. 155).
Desde
aquí se puede comenzar a entender que al igual que nuestra existencia es
compleja y tiene muchas dimensiones, del mismo modo algunos mandamientos serán
complejos y no evidentes en un primer momento. Lo importante es saber que todos
los mandamientos, aún aquellos que nos parezcan más enrevesados, tienen como
razón de fondo este amor intenso y grande que nos pide Dios. En otras palabras,
que los mandamientos son modos concretos de amar a Dios y a las personas que
tenemos al lado y modos de declinar el amor en las situaciones concretas.
Quizá
podemos aprovechar el día de hoy para pensar el modo en que vivimos los deberes
y mandamientos de la vida cristiana -en modo especial los que más nos cuesten-,
y preguntarnos si los vemos como un peso con el que hay que cargar o si, por el
contrario, sabemos poner en práctica lo que el Señor nos enseña hoy y los vemos
como modos de concretizar nuestro amor por Dios y por los demás.
Tomado
de: https://opusdei.org/es-ve/gospel/
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