Arturo McFields Yescas 16 de noviembre de 2024
Michael
Waltz, Congresista Republicano de Florida, y el Senador Marco Rubio, son las
dos pesadillas de esos regímenes
El
efecto Trump ya ha comenzado. En Venezuela la
dictadura de Maduro está liberando presos políticos, en Nicaragua Ortega está
desterrando sacerdotes y opositores aceleradamente, mientras en Cuba redoblan
represión y vigilancia. El pánico es total.
Maduro
tiene miedo. Ha felicitado a Trump por su victoria
aplastante, elogiado el civismo de Estados Unidos e implora dialogar con su
archienemigo. Con casi dos mil presos políticos, el ungido de Chávez suplica
clemencia, pero no abandona el poder.
Los
dictadores no aprenden. Maduro ha escuchado a los mismos
analistas y tankers de Washington que predijeron la derrota de Trump. Esos
expertos juran que habrá negociación porque a Trump, según ellos, le gustan los
hombres fuertes como Maduro.
El Chavismo quiere repetir fórmula. Así como le levantaron sanciones, liberaron a sus narcos sobrinos y le dieron en bandeja de plata a Alex Saab ahora buscan un nuevo “deal” con Trump. Se equivocan. Los tiempos han cambiado y hay un nuevo sheriff en la ciudad.
Daniel
Ortega también está en modo de pánico. Nicaragua es un estado
policial. Se ha redoblado la actividad de espionaje en todos los niveles.
Dentro y fuera del estado. Han comenzado a desterrar sacerdotes, músicos y
cualquiera que diga esta boca es mía.
Ortega
y su temor a Marco Rubio. En 2018, durante la rebelión de
abril, el Canciller Denis Moncada y el embajador Francisco Campbell llegaron de
rodillas hasta la oficina del Senador Rubio. Le juraron con pies y manos que
querían diálogo y paz. Al final Ortega mintió. Jamás cumplió.
Cuba
responde al temor con represión. El régimen con 1.200 presos
políticos y 65 años en el poder, sabe que se vienen días amargos. La
administración Trump y particularmente su anunciado Secretario de Estado,
conocen al régimen y no tendrán clemencia.
Cuba
en tinieblas y en represión. El estado no puede administrar la
industria ni los servicios básicos. Han destruido la agricultura y la pesca. La
única excusa sigue siendo un bloqueo internacional que hace rato que no existe
y en el que ya nadie cree.
Michael
Waltz, Congresista Republicano de Florida y el Senador Marco Rubio, son las dos
pesadillas de las dictaduras de Cuba, Nicaragua y Venezuela. Waltz en el Consejo
Nacional de Seguridad y Rubio en el Departamento de Estado, llevarán el tema de
las dictaduras al escritorio de Trump en el West Wing.
La
relación de Cuba, Nicaragua y Venezuela con Irán, Rusia y China son una amenaza
a la seguridad nacional de Estados Unidos. La nueva administración no apoya la
política de diplomacia suave, el multilateralismo o el apaciguamiento de
sanciones. Eso se acabó.
“Estas
dictaduras, la de Venezuela, Nicaragua y Cuba, no sobreviven cuatro años de
Trump”, dijo acertadamente el Congresista Mario Díaz Balart. Sin embargo, serán
los dos primeros años los que garanticen el respaldo total de Senado y Congreso
para garantizar el fin de las tiranías comunistas.
Los
opositores de Cuba, Nicaragua y Venezuela ya han comenzado acercamientos
con la administración Trump. Ellos están convencidos que quizás esta
sea la última oportunidad para salir de las dictaduras. El tiempo es el
correcto y el liderazgo también. Manos a la obra.
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