Fernando Luis Egaña 28 de noviembre de 2024
La
ilegítimidad de la hegemonía no se logra aliviar. Al contrario, se proyecta
cada vez más notoria. Su aliado por excelencia, la gerontocracia cubana, está
cerca del fin y por tanto se deberían abrir nuevos caminos para Cuba.
Se
percibe que el continuismo se vuelve insostenible, a pesar de que el poder no
hace más nada sino tratar de continuar, y algunos cuantos alacranes se empeñan
en ello.
Pero los hechos son tercos, como gustaba decir el camarada Lenin. Y diversos hechos han venido modificando el panorama.
La
ilegítimidad de la hegemonía no se logra aliviar. Al contrario, se proyecta
cada vez más notoria. Su aliado por excelencia, la gerontocracia cubana, está
cerca del fin y por tanto se deberían abrir nuevos caminos para Cuba.
El
triunfo de Trump y la confección de su equipo de gobierno, en el dominio de la
política exterior, van en ese sentido. Rusia, Irán, Turquía y hasta China serán
muy prudentes con sus contrapartes despóticas en nuestra región. Toda una
hipocresía, pero así son las cosas con los «amigos» que se convierten en
rémoras.
El
rechazo nacional al poder establecido no disminuye sino aumenta. En casi todos
los sectores. La represión no cesa, pero en un contexto muy negativo para sus
responsables.
¿Estas
líneas expresan una ingenuidad que no se atiene a la realidad? No lo creo.
Escéptico he sido y ahora me sumo a los que piensan que vendrán cambios
importantes. Hay que luchar y perseverar para que sean cambios positivos.
Fernando
Luis Egaña
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