Marta de la Vega 05 de octubre de 2022
@martadelavegav
Por
supuesto que todos los días ocurren nuevos hechos para el inventario de la
infamia continuada del gobierno de usurpadores que controlan las estructuras
del Estado, que dominan las instituciones políticas y que mantienen el poder
real y de coacción contra quienes se subleven. Pero no pasa nada. Ni siquiera
el instructivo de la ONAPRE (Oficina nacional de presupuesto) puede ser
derogado porque el sumiso tribunal supremo de Venezuela lo declaró inexistente,
a pesar de ser implacablemente aplicado para cortar sueldos y beneficios de
quienes son parte de la administración pública o de las instituciones
oficiales.
Por supuesto que, a diario, con testimonios desgarradores, pasan las protestas de los jubilados y pensionados, de los maestros y profesores; los reclamos laborales de los sindicalistas y trabajadores de industrias básicas metalmecánicas y de otras ramas del sector público. Pero no pasa nada. Sabemos que empleados de PDVSA y sus filiales van a las oficinas, y no todos los días, para cumplir horarios, pero no hacen absolutamente nada porque no hay nada que hacer. Cobran sus magros salarios, pero a la vez se dedican a otras actividades remuneradas, más allá de sus cargos técnicos o burocráticos. Estado clientelar.
El
Estado no responde a las demandas sociales ni a las necesidades básicas de los
ciudadanos. No se trata de regalar sino de cumplir mínimamente la función de
garantizar dignidad, atención a la salud, servicios públicos básicos,
instalaciones habitables e idóneas de planta física, buen estado de la red vial
del país, adecuada alimentación, empleo formal y seguridad a la población. Nada
de esto sucede porque no hay Estado, solo estructuras criminales que se han
apoderado de las instituciones, sin excepción. Son una camarilla militar y
civil mafiosa, integrada por un grupúsculo de beneficiarios y oportunistas que
ejercen el poder como cleptocracia.
Son
parásitos que, cual sanguijuelas, chupan la sangre y destruyen el alma y los
bienes de la república. Estado ausente o Estado forajido. Con un
presidente ilegítimo cuya captura tiene precio internacional: 15 millones de
dólares, al igual que la de otros cercanos colaboradores. Sigue en el palacio
de Miraflores, sin gobernar, pero mandando, aferrado al poder, decidido a
acallar cualquier disidencia, denuncia, reivindicación, petición o queja,
mantenido por una cúpula militar corrupta y por el crimen organizado
transnacional. La posición estratégica de Venezuela en el plano geográfico y
sus valiosos recursos naturales la hacen botín de cínicos y depredadores, con
alianzas geopolíticas a favor de los intereses particulares de los más
execrables regímenes antidemocráticos: Rusia, Irán, China, Cuba, Nicaragua y
hasta Corea del Norte, para citar solo los peores.
En
este contexto desolador, ha sido publicado un nuevo informe de la Misión
Internacional Independiente de Determinación de los Hechos sobre Venezuela
(FFM) de la ONU, cuyas conclusiones y recomendaciones fueron presentadas el
lunes 26 de septiembre de 2022 ante el Consejo de los Derechos Humanos de la
Organización de Naciones Unidas en Nueva York. Su contenido resulta
espeluznante y demoledor. En esta oportunidad se dan los nombres de los
responsables en la cadena de mando de perpetradores y autores intelectuales de
los crímenes de lesa humanidad y son descritas las atrocidades cometidas en el
llamado “Arco Minero” contra las poblaciones indígenas y los territorios
amazónicos, así como contra defensores de derechos humanos, Provea, por
ejemplo, y su director Javier Tarazona.
Siguiendo
la reseña del portal de internet La Patilla, “La tortura es
una de las características más atroces del régimen de Maduro”, según experta en
DDHH. Patricia Tappatá, en entrevista con la Voz de América,
precisa que su mayor preocupación es la persistencia de seis estructuras
coordinadas en su funcionamiento para ejecutar una política de Estado destinada
a silenciar toda voz opositora, cuya existencia fue demostrada desde 2020, con
informes documentados y contundentes. Y la situación no se ha modificado. El
diario Tal Cual realizó seis documentales que también ponen de
manifiesto, con testimonios apabullantes, el horror, las torturas y el pánico
cotidiano de los perseguidos de Maduro mediante sus organismos de seguridad.
Es un
deber ético y ciudadano difundir lo más ampliamente posible los informes acerca
de estos delitos que no prescriben, cuya magnitud alcanza el grado de
exterminio y en especial el de la Misión Independiente de la ONU, que ha de
servir a la investigación de la Fiscalía de la Corte Penal Internacional con
sede en Holanda. No es posible dejar que no pase nada y que tanta miseria
humana y política permanezca en la impunidad.
Marta
de la Vega
@martadelavegav
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