VOA 17 de septiembre de 2024
Los
arrestos de extranjeros en Venezuela podrían servir para buscar ventajas en
negociaciones, aseguran expertos. Los canjes de prisioneros son propios de
países en situaciones de conflicto y con dudas sobre su democracia, reiteran.
Los
recientes arrestos de extranjeros en Venezuela podrían formar parte de un
“patrón” que busca ventajas entre negociaciones y generar distracciones de los
asuntos políticos, como ocurre en países en conflicto y bajo presiones
internacionales, según expertos consultados por la Voz de América.
El gobierno de Venezuela comunicó el fin de semana la detención de dos estadounidenses, dos españoles y un checo bajo acusaciones de formar parte de un presunto plan de “desestabilización” que buscaría afectar la gestión del presidente Nicolás Maduro, contra quien atentarían, de acuerdo con el oficialismo.
Esas
detenciones forman parte de “un patrón” con distintas razones y “mensajes” en
medio de la referencia recurrente a atentados y conspiraciones contra el
gobierno venezolano, de acuerdo con la experta en relaciones internacionales,
Elsa Cardozo.
Los
españoles José María Basua y Andrés Martínez Adasme fueron detenidos en Puerto
Ayacucho, en el estado sureño de Amazonas. También fue apresado el checo Jan
Darmovzal, identificado por medios locales como un reservista activo del 43vo.
Regimiento en Chrudim, República Checa, y funcionario del Ejército checo.
Caracas
también informó sobre las detenciones de los estadounidenses Estrella David y
Aaron Barren Logan, que se suman a la aprehensión el 1 de septiembre de Wilbert
Joseph Castañeda, un militar perteneciente a la rama militar Navy Seals. El operador
tiene además la nacionalidad mexicana, según reportes de la prensa.
Si
bien son frecuentes las denuncias en Venezuela sobre planes desestabilizadores
y magnicidas con presunta complicidad de gobiernos extranjeros, las acusaciones
recientes ocurren en medio del escalamiento de tensiones políticas entre el
gobierno de Maduro y Estados Unidos y Europa, especialmente el poder ejecutivo
de España.
El
arresto de los dos ciudadanos españoles se conoció apenas días después de que
el gobierno de España recibiera y concediera asilo político al excandidato presidencial de
la oposición venezolana, Edmundo González Urrutia. Según Caracas, formarían
parte de los servicios de inteligencia de su país, lo que ha sido negado por el
gobierno del Pedro Sánchez.
Además,
las detenciones se comunicaron días luego del anuncio de sanciones individuales del
Departamento del Tesoro de Estados Unidos contra 16 funcionarios venezolanos
acusados de “obstruir el proceso electoral presidencial” de julio y reprimir a
la disidencia.
¿Agentes
de canje?
El
primer propósito de las detenciones sería “justificar” la represión del
activismo político democrático dentro del país, asociándolo a planes
subversivos, dijo a la VOA Elsa Cardozo. También, son
útiles para “descalificar” a los gobiernos que apoyan la recuperación de la
democracia en Venezuela, vinculándolos directa o indirectamente a
conspiraciones, resaltó.
Otro
propósito sería “sumar advertencias” a los gobiernos que se pronuncien o
participen en iniciativas sobre el desconocimiento de la legitimidad del
gobierno venezolano y su “versión” de la soberanía nacional, según Cardozo.
Además,
buscarían “utilizar a los detenidos como recurso de presión y negociación”,
apuntó. Este martes, el ministro de relaciones exteriores de España, José
Manuel Albares, dijo que actúa "pensando" en la democracia y los
derechos humanos en Venezuela, pero también en los 200.000 españoles que están
en ese país, incluyendo a los dos detenidos.
Los
gobiernos de Estados Unidos y Venezuela intercambiaron detenidos en diciembre pasado
como parte de conversaciones directas, dos meses después de firmarse los
Acuerdos de Barbados sobre garantías políticas en Venezuela.
Aquel
canje incluyó la liberación en Estados Unidos de Álex Saab, un
empresario colombiano identificado por Caracas como su enviado especial para
asuntos humanitarios, detenido en Cabo Verde y extraditado a Florida. Según
fiscales norteamericanos, Saab utilizó el sistema económico estadounidense para
lavar capitales y sobornos a funcionarios venezolanos.
Venezuela
repatrió a 10 estadounidenses detenidos en su territorio bajo distintos cargos
penales, que iban desde el ingreso ilegal al país hasta conspiraciones
políticas.
Alias
“Fat Leonard”, quien orquestó el mayor escándalo de corrupción en la historia de
la Marina norteamericana, detenido en Venezuela cuando intentaba viajar a
Rusia, fue retornado a EEUU como parte de ese intercambio de arrestados.
Un año
antes, en octubre de 2022, los gobiernos de Joe Biden y Maduro habían
concretado otras excarcelaciones, las de dos sobrinos de la esposa del
mandatario venezolano condenados por narcotráfico en Estados Unidos y de siete
estadounidenses detenidos en Venezuela, entre ellos 5 de los 6 exdirectivos de
la empresa petrolera Citgo y un exmarine.
Instrumento
útil en conflictos
El
canje de prisioneros no sólo se utiliza en conflictos abiertos o de guerra,
como en el enfrentamiento bélico entre Rusia y Ucrania, sino también donde no
hay “una guerra abierta” y existen gobiernos poco democráticos, explicó a
la Voz de América el politólogo Carlos Romero, profesor
jubilado de la Universidad Central de Venezuela.
“El
instrumento del canje de prisioneros puede ser utilizado por gobiernos que se
sienten amenazados por situaciones internacionales que no son de su agrado. Lo
estamos observando en Venezuela”, apunta el especialista en relaciones
internacionales.
Romero
subrayó que las detenciones de extranjeros y las sucesivas acusaciones de
presuntas conspiraciones contra el gobierno venezolano ocurren mientras gran
parte de los países de América y Europa sostienen la tesis de que hubo fraude
electoral en Venezuela.
“Es
otro malestar importante que tiene el gobierno, apostando al tiempo para que se
olviden las cosas. Se contribuyen con ese tipo de alarmas a que haya una
especie de normalidad dentro de la anormalidad”, indicó.
Las
presiones al poder ejecutivo de Maduro no sólo provienen de Estados y
gobiernos, sino además de organizaciones no gubernamentales y multilaterales,
como la Misión Independiente de Determinación de Hechos de Naciones Unidas.
Este
martes, esa misión adelantó que el Estado venezolano intensificó su aparato represivo y
reactivó “una modalidad más dura y violenta” contra opositores o disidentes
tras las elecciones presidenciales de julio.
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