David Placer 01 de septiembre de 2019
@dplacer
Hace
apenas un mes, tres venezolanos que cantaban por su cuenta en las calles de
Madrid decidieron unirse. Y el experimento ha dejado momentos estelares en la
calle peatonal más transitada de España en pleno centro de Madrid. Españoles y turistas
forman una enorme rueda encantados con la música, hacen coros colectivos y les
regalan coreografías. Estos tres venezolanos se han convertido en el fenómeno
viral de la música callejera en España.
Hace apenas un mes, tres músicos venezolanos que cantaban
por su cuenta en la calle, en el metro y en los bares de Madrid decidieron
unirse para tocar temas con un resultado final más exitoso. Dos
cantantes, Joseph Benhamu y Rammar Rivero, y el percusionista Óscar
Araujo (mejor conocido como Oscarcito), acumulaban varios
tropiezos con sus anteriores compañeros musicales. A veces estos se
presentaban, a veces no. Así es la vida de los grupos callejeros: sin horarios
y sin rutinas, se toca cuando se puede o cuando la necesidad apremia.
Pero Rammar, Joseph y Oscarcito no son los músicos
callejeros que cantan de forma precaria a capela o con una flauta en una
esquina. El trío venezolano aún sin nombre instala sus micrófonos, altavoces,
guitarra y batería (además del recipiente para el dinero y la bandera venezolana)
en la calle Preciados, a pocos metros de la Puerta del Sol,
eje neurálgico de Madrid. Montan toda una infraestructura para ofrecer su
espectáculo musical al público. Los peatones y turistas, con sus bolsas de las
compras, se detienen ante un concierto de altísima calidad en plena calle.
Los muchachos conectan con los venezolanos, españoles,
chinos y turistas de todas las procedencias que improvisan bailes y corean las
canciones como si estuvieran en un concierto de sus artistas favoritos en vivo.
El público entregado aplaude, corea y pide otra. Algunos se sientan en plena
calle para disfrutar de todas sus canciones hasta que termina la función.
Llevan un mes tocando todas las noches y fines de semana en la calle Preciados
y ya se han convertido en un auténtico fenómeno viral en Instagram,
donde han comenzado a circular sus vídeos.
El gran éxito de los venezolanos no es fruto de la
improvisación ni la suerte. Eligieron la vía más transitada de España,
analizaron un repertorio con un importante componente venezolano, pero muy
internacional. Canciones recientes que conectan con la juventud y que hacen
bailar hasta a los muñecos de la Puerta del Sol como Mickey Mouse que
también se acercan como espectadores a disfrutar de la música de los
venezolanos.
Allí tocan canciones como Felices los cuatro (del
colombiano Maluma), Cómo te atreves (de los
españoles Morat), Voce partiu meu coração (de los
brasileños Annita y Wesley Safadão) o Andas en mi cabeza,
de los venezolanos Chino y Nacho, un tema que tiene casi 1.500
millones de reproducciones en YouYube.
Y
los integrantes del grupo recién nacido no tienen una trayectoria convencional.
Rammar Rivero, de 29 años, obtuvo el reconocimiento del Grammy Latino en
2017 por haber compuesto una de las canciones con las que el grupo
venezolano Guaco ganó el premio de mejor álbum latino del año.
Rammar compuso la canción Si me das, del álbum Bidimensional.
Se trata tal vez de uno de los reconocimientos con mayor prestigio que atesora
un músico callejero en España.
“La respuesta del público ha sido increíble. Los días
de semana o los fines de semana. Llenamos la calle. Nunca habíamos visto un
grupo con tanta gente en la calle. Es una cantidad enorme de público que nos
graba y que nos ha convertido en virales. Tenemos una gran preparación musical
y nos lo estamos tomando en serio. Hemos tocado en orquestas en Venezuela desde
muy jóvenes. Ahora vamos a hacer un álbum para venderlo en salas y discotecas”,
explica Rammar Rivero, cantante del grupo que llegó a España después de probar
suerte en Bolivia y que ya supera los 15.000 seguidores en
Instagram.
El percusionista Óscar Araujo llegó hace tres meses a
España como solicitante de asilo político. Sin permiso de trabajo, tocar en la
calle es su único medio de sustento. “En Venezuela tuve 30 años de carrera
musical. Toqué con Gran Coquivacoa, Ángel Carrullo y Sixto Rein. Lo único que
puedo hacer ahora aquí es tocar en la calle Preciados”, explica Araujo con más
de 30.000 seguidores en Instagram.
Y el más joven del grupo, con apenas 19 años, Joseph,
también es un experimentado tras presentarse en grupos musicales desde los 12
años en Venezuela, donde ganó diez veces el premio de la mejor voz en los
concursos colegiales de música de todo el país.
Por ahora, el dinero que ganan de las donaciones del
público les alcanza para pagar las cuentas. Tras el éxito en la calle, ya han
sido contratados para cantar en vivo en locales y bares en Madrid y ahora
trabajan en un álbum-tributo a los hermanos Servando y Florentino
Primera. Quieren comenzar a elaborar sus propios productos musicales
mientras esperan la oportunidad en alguna gran discográfica.
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