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domingo, 28 de junio de 2020

Latinoamérica y el Caribe: un camino de desafíos por @polis360



Por Piero Trepiccione


Políticamente hablando y con consecuencias sociales y económicas para toda la región, tenemos en el epicentro del continente a Venezuela. Más allá, existe paralelamente una convergencias de crisis y desafíos que recorren cada uno de los países que integran esta vasta región del planeta.

Tuve la oportunidad de estar en un encuentro virtual de la Red de Centros Sociales de los Jesuitas en América Latina y el Caribe. Allí compartí tribuna virtual con Ismael Moreno. Él, un sacerdote jesuita, defensor de derechos humanos, director de Radio Progreso y del centro de investigaciones sociales Eric de Tegucigalpa, en Honduras. Moreno compartió durante su exposición una explicación sobre las crisis y desafíos que afrontamos en este tiempo de complejidades profundas. Explicaciones que tomo para compartir en este artículo. 

Decía Moreno que América Latina y el Caribe están inmersos en la actualidad en tres crisis. La primera de ellas tiene que ver con “la profundización de las desigualdades”. No es mentira que nuestro continente es el que mayor desigualdad tiene entre pobres y ricos. La brecha ha ido creciendo a un ritmo inusitado, especialmente durante las últimas décadas. Cifras del Banco Mundial, el Banco Interamericano de Desarrollo, la Comisión Económica para América Latina (Cepal) entre otros organismos, así lo han venido reflejando en sus informes anuales.

Esta particular situación trastoca la convivencia. La segunda se relaciona con la “profundización del deterioro y degradación ambiental-ecológica” que genera consecuencias terribles en nuestro entorno. El abuso indiscriminado del extracción minera sigue provocando enormes daños en nuestros pulmones de vida vegetal. Y una tercera crisis asociada a la “profundización del deterioro y degradación de las democracias y el estado de derecho”, que acentúan las violaciones a los derechos humanos y la devaluación institucional que padecemos. 

Estas tres crisis, explica Moreno, abren tres enormes desafíos sobre los cuales debemos articularnos para trascender durante los próximos años.
Desafíos que enfrenta la región


El primer desafío se relaciona con “tocar la llaga de los modelos de desarrollo que tenemos, los cuales vienen produciendo la desigualdad en términos industriales”. Estos modelos han estado orientados a favorecer los intereses de pequeños grupos que acechan los recursos públicos para beneficio propio.

El siguiente desafío está asociado al compromiso “con la protección del ambiente y los derechos de la naturaleza y con las comunidades amenazadas o desplazadas” que es vital si queremos contrarrestar rápidamente los efectos perversos del calentamiento global que afectan a todas y todos, pero con más fuerza a las poblaciones más pobres o vulnerables.

Y el último desafío tiene que ver con “la identificación de los factores responsables del deterioro de la institucionalidad” que en las últimas décadas, reiteradamente han ido dando al traste el balance de pesos y contrapesos necesarios para mantener vivo el concepto de democracia. Culminó señalando Moreno que “hay que tocar de frente el problema del poder”. Y es que, la forma de procesar los conflictos por el poder se han ido violentando con mucha fuerza en los últimos tiempos haciéndonos retroceder a estadios ya superados de la edad media y el absolutismo. Con la aparición de los “neo-autoritarismos” y el fenómeno del “híperliderazgo”, el poder ahora regresa a estar por encima de la ley y sin límites institucionales que valgan para regularlo. 

Adquirir conciencia cuanto antes de estas tres crisis nos permitirá abordar los desafíos que nos plantea el Padre Moreno para nuestra región. Visualizar los problemas nacionales para abordarlos de manera articulada regionalmente, sin duda, será una metodología que tendrá mucho que ver con nuestro futuro.

28-06-20





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