Jorge Alejandro Rodríguez M. 03 de diciembre de 2024
Querida
Colette,
Hoy,
con pesar, debo volver a dirigirme a ti como en 2020 cuando pedías cuentas del
financiamiento de las acciones legales que iniciábamos en defensa de Venezuela.
Tu nombre, que tanto respeto me inspiró a lo largo de dos décadas de amistad y
luchas compartidas, se encuentra ahora asociado a una causa que contradice todo
aquello que nos hizo aliados: la defensa de Venezuela frente a un régimen que
ha saqueado, destruido y humillado al país.
La noticia de que el Foro Cívico, la organización a la que perteneces y cuyas iniciativas encabezas, ha lanzado una campaña internacional para legitimar a Nicolás Maduro como presidente, es un golpe a quienes creímos en los principios que compartimos. Es imposible no recordar la carta que te dirigí en 2020, donde defendí con orgullo y transparencia la forma en que financiamos un recurso legal en la corte de Delaware para proteger los activos de Citgo frente a los tentáculos del chavismo y de un sector oportunista y corrupto de la oposición. En ese momento, escribí para responder a tus dudas legítimas, motivadas por tu compromiso con la rendición de cuentas. Hoy, sin embargo, tus acciones parecen un eco cruel de aquello que criticábamos: la complicidad disfrazada de diálogo.
Tu participación
en esta campaña para reconocer a Maduro como presidente no es solo un error; es
una traición a las luchas democráticas. ¿Cómo puedes Colette alinearte con un
esfuerzo que busca legitimar a quienes han sido responsables de la destrucción
de nuestra nación?
El
precio de la negociación
En
2020, te dije que el financiamiento de nuestras luchas se hacía «con el
corazón.» Hoy me pregunto, ¿con qué se financia una campaña para legitimar a
Maduro? ¿Con qué se sostiene un esfuerzo que ignora el dolor de millones de
exiliados, presos políticos y familias separadas?
¿Con
qué argumentos se defiende una narrativa que exculpa al régimen y culpabiliza a
quienes han alzado la voz contra él?
Los
nombres de los que financian tu campaña no estarán en las tablas transparentes
que ofrecí hace tres años. Tampoco serán mencionados en cartas abiertas como
esta. Pero sabemos que los recursos de quienes buscan apuntalar a Maduro no
nacen del sacrificio personal ni del compromiso moral. Provienen de los mismos
pozos contaminados por la corrupción, de las mismas manos que alimentan el
saqueo y la represión.
El
Foro Cívico y la traición de los valores democráticos
El
Foro Cívico, esa organización que hoy promueve la causa de Maduro en el
extranjero, es el reflejo de una oposición que ha perdido su brújula ética.
Dices que dialogar es necesario, que negociar es inevitable. Pero, ¿a qué
precio? ¿A cambio de la legitimidad de un régimen que sigue encarcelando,
torturando y asesinando?
En
2020, recordé las luchas que compartimos, las iniciativas que financiamos con
esfuerzo, desde las campañas por el «No» en 1998 hasta la defensa de los presos
políticos. Hoy, sin embargo, te veo junto a quienes han cambiado de bando,
justificando lo injustificable bajo el pretexto de la «reconciliación.»
No me
opongo al diálogo, Colette, pero el diálogo no puede ser una rendición. No
puede ser el blanqueo de un régimen responsable de crímenes de lesa humanidad.
No puede ser la excusa para borrar los sacrificios de miles de venezolanos que
han dado su vida por la libertad.
En
2020, te dije que nuestras luchas se financiaban «con el corazón.» Hoy, sólo
cabe tristeza al verte unida a quienes han dado la espalda a Venezuela. Pero
también está lleno de esperanza, porque sé que hay quienes, dentro y fuera del
país, continúan luchando con dignidad y coherencia.
Te
escribo nuevamente, no como amigo, sino como un venezolano que no está
dispuesto a renunciar a sus principios. Espero que encuentres el camino de
regreso. Que recuerdes por qué se hace esta lucha y para qué se hace.
Te
saluda,
Jorge
Alejandro Rodríguez M.
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