María José Navarrete 30 de noviembre de 2018
Esta joven modelo de apenas 18 años salió
en los diarios en su país con sus icónica imagen, mientras enfrentaba a la
policía y militares del régimen. "Yo luché, salimos a la calle,
protestamos, pero a medida que pasó el tiempo todo fue empeorando cada día más.
Llegué al punto que ya no pude más”, reconoce.
Esta
mañana, Angie Estrada (18) se prepara en su casa en el barrio República antes
de ir a grabar la publicidad de una marca de jeans. No recuerda cuál, pero ya
está acostumbrada. En Venezuela, pese a su corta edad ya era modelo
profesional: desfilaba en pasarelas, grababa comerciales de televisión y la
gente la reconocía en la calle. Aquí en Chile, aunque lleva casi un año, cuenta
con una sonrisa que a veces también le piden tomarse selfies con ella.
En Venezuela
era una más entre cientos de jóvenes que se tomaron las calles para protestar
contra el régimen de Nicolás Maduro. Con apenas 17 años salía junto a su mamá a
enfrentar a policías y soldados, a los paramilitares del régimen y a veces tuvo
que escapar de helicópteros desde los que les disparaban bombas lacrimógenas.
“En
Venezuela la estaba pasando muy mal y ya sentía el impulso de salir del país.
Yo luché, salimos a la calle, protestamos, pero a medida que fue pasando el
tiempo todo fue empeorando cada día más. Llegué al punto que ya no pude más”,
reconoce.
“Había
días que no podía ni siquiera llegar a mi casa desde el colegio por ese motivo.
Tenía que dormir en la casa de una amiga”, recuerda. Agrega que “entonces mi
mamá y yo empezamos a salir y nos cayeron un montón de bombas lacrimógenas. Mi
mamá recibió el impacto de una en la cabeza. Hubo un momento en que el gobierno
las empezó a lanzar desde helicópteros,
imagínate”.
Cuenta
que ambas salían a las calles todos los días con la bandera de Venezuela, “y
con todas las ganas de sacar al gobierno, sin representar obviamente ningún
partido político, pero sí defendiendo mi país”.
Angie
dice que tuvo que congelar sus estudios en comunicación social y, como millones
de sus compatriotas, debió dejar toda una vida atrás. Desde hace tres meses su
mamá, “su primera guerrera”, como la describe, la acompaña en Santiago.
Durante
las protestas, Angie Estrada fue retratada por el fotógrafo Isaac Paniza,
reconocido por capturar los momentos más crudos de las protestas en dicho país.
Varias de esas imágenes fueron registradas por medios en Venezuela y otros
países, y también en redes sociales.
– ¿Me
puedes contar la historia de las fotos?
-Esas
fotos dieron la vuelta al mundo, fueron tomadas en la manifestación de la
“protesta de la mujer”. En esta marcha se supone que iban a salir todas las
mujeres. Salí con mi mamá también. Llegamos hasta un muro en que había muchos
militares, que estaban encima de las tanquetas y ahí estábamos todos
protestando. Entre tanta rabia y tanta impotencia que sentí en ese momento, me
salió del alma, del corazón, de todo mi cuerpo, gritarles a los militares que
basta ya.
Es
súper injusto que los venezolanos trabajen por un solo dólar. Es súper injusto
de que yo no pueda salir de mi casa porque solo con eso ya estoy gastando una
cantidad de dinero que no alcanza para absolutamente nada. Es súper injusto que
las calles estén rotas, es súper injusto que la educación no sirva. Me parecía
todo muy injusto en Venezuela. Todo eso yo se lo grité a los militares que
estaban allí y ahí fue cuando Isaac Paniza me capturó. Era lo que realmente
sentía, porque esta situación es dramática: tu ves todos los días a niños
comiendo basura de la calle.
-¿Por
qué elegiste Chile?
-Porque
vi información de todos los países y vi que este es un país en el que te dan
muchas oportunidades, además de que tiene las puertas abiertas a los
venezolanos. Nunca me he llevado una mala experiencia con un chileno, jamás.
Para mí es genial, porque como extranjera a uno le toca pasar por situaciones
difíciles, e imagínate estar en un país en el que te rechacen. Pero aquí me han
dado muchas oportunidades.
-Este
sábado será el concurso Miss Venezuela en Chile. ¿Por qué decidiste postular?
-Desde
pequeña mis papás siempre me inculcaron lo artístico. He hecho cursos de canto,
de actuación, de locución, y todos los años en Venezuela he estado en concursos
de belleza. A parte de eso, también he trabajado como actriz. Cuando me vine ya
obviamente las puertas se me habían cerrado allá.
Lo que
pasó fue que, de repente, mis seguidores en redes sociales me empezaron a
etiquetar en una foto, que decía casting abierto para el Miss Venezuela en
Chile. Yo me quedé boquiabierta y pensé: “Esta es mi oportunidad”. Exactamente
el año que yo me vine, el año del primer miss Venezuela en Chile, yo dije ‘esto
es lo mío’. Entonces fui al casting y quedé”.
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