Julio César Arreaza B. 01 de septiembre de 2019
@JulioCArreaza
El
régimen presidido por el usurpador representa la debilidad de todo dictador.
Parecen muy fuertes, pero siempre están en la cuerda floja. El mundo de hoy los
rechaza y aísla. No tienen futuro y su destino será perennemente aciago. Ante
los demás tienen que demostrar una fortaleza que no tienen y consideran falta
de autoridad cualquier muestra de sindéresis.
A
contrapelo, la sociedad democrática conforma una clara mayoría y es reconocida
por la comunidad internacional, tiene el apoyo de la voluntad popular pero está
constreñida por una cúpula militar que destruyó a la Fuerza Armada como
institución y sirve hoy de soporte al dictador por medio de una menguada pero
feroz escolta pretoriana, represiva, junto con los cuerpos policiales.
En
la jaula autoritaria en que los forajidos pretenden subyugar a un país, los
demócratas sabemos de sobra que solos no podemos y por eso no cabe sino
manifestar meridianamente la disposición de activar todos los resortes legales
para exigirle al mundo la perentoria intervención de una fuerza internacional
de paz para rescatar la democracia confiscada por el régimen.
El
mandato popular es la conformación de una coalición liberadora de nuestro país
que pueda enfrentar y derrotar a las fuerzas de ocupación que hoy existen sobre
Venezuela y que constituyen una amenaza para toda la región. Todos debemos
activarnos con la urgencia del momento histórico para lograr la salida de la
corporación criminal integrada también por esperpénticas mafias foráneas. Ahora
agravado por el relanzamiento de la disidencia de las FARC.
El
estatuto de la transición es un instrumento legal para la recuperación de la
república y le sigue en rango a la Constitución. El camino diseñado es muy
claro y lo primero de lo primero es el cese de la usurpación y lo demás vendrá
por añadidura. Guaidó es el presidente interino. Pero ni él ni Maduro deben
participar en las venideras elecciones libres.
Grandeza
demanda el momento nacional y cada quien tiene su papel con un peso importante
y las medidas que se tomen deben vislumbrar desde ya su acoplamiento a las
formas republicanas que trabajamos por rescatar e implantar. Las actuaciones de
la oposición con arreglo a los usos republicanos, descartando los ventajismos y
juegos políticos menores. El momento no da para eso, aspiramos a un cambio
verdadero.
A
pesar del ataque duro que soportamos, no cejaremos ni nos dejaremos abatir, no
nos cansáremos de resistir. Sabemos que Dios nunca nos abandona, aunque estemos
en el pozo más profundo, aunque nos sintamos acosados por la vida. Él nos anima
a seguir luchando, a no dejarnos llevar por el desánimo, porque vale la pena
aguantar hasta el final. Es imposible para los hombres pero Dios lo puede todo.
¡No
más prisioneros políticos, torturados, asesinados ni exiliados!
Julio
César Arreaza B.
@JulioCArreaza
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