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sábado, 31 de julio de 2021

La guagua va en reversa, por Marisa Iturriza


Marisa Iturriza 30 de julio de 2021

Ingresar a la estación por la única entrada abierta. La escalera mecánica no funciona. Cuatro voluntarios, el acompañante y ningún funcionario llevan a un inválido en silla de ruedas por cuarentipico peldaños de una escalera sin luz hasta el andén y, ¡ay!, el metro acaba de marcharse.

Por escasez de gasolina que, «como sea», debe enviarse a la isla-madre, más lo reducido y obsoleto del transporte —incluyendo taxis y mototaxis— no son recomendables los atestados y lentos autobuses porque, a pesar de la pandemia, la distancia entre enmascarillados pasajeros es cinco centímetros, si acaso, en vez de metro y medio de distancia física anticontagio. En cambio, los parques públicos para desahogo al aire libre son inaccesibles durante la restricción por covid-19, y a veces ni en la que no.


Junto al afiche «Logros que solo son posibles gracias a un gobierno socialista» un usuario dice que el metro era limpio cuando lo inauguraron en 1983 y pasaba cada tres o cuatro minutos. Tras ¡27 minutos! lo abordamos, desalojándolo rápidamente porque la luz se apagó dentro del vagón.

Empleados a la carrera, uno comiéndose —quéséyo— en servilleta. Aprovechar para ver la cabina. Es estrecha. Mejor ubicarse lejos, por si acaso. Arreglaron algo, y tosiendo, el metro avanza en dirección Propatria. Si se sobrevive un choque, en vez de estampida con aplastamiento, aferrarse a la barra.

Estación Parque CaraboboAfuera un hombre vende ropa usada y un par de zapatos, todo supergastado. Al frente destaca por feo y ruinoso un edificio perteneciente al cuerpo policial. Debería ser más decoroso en vista de su función, aunque en algunos procesos Ética ni estética no importan mucho.

A falta de productividad o empleo: rebusque callejero, buhonería, baratijas, celulares, estuches, accesorios, lentes, ropa, reparación de calzado, todo tipo de comida, hortalizas, frutas, carnicería en plena calle.

Al iniciar el proceso el consumo de carne por persona era 65 Kg/año, ahora 1.8 Kg. Leche la mitad de lo debido según la FAO y si en 1999 alarmaban Bs. 600 x dólar ahorita son más de 4.000.000,oo mientras cientos de santamarías bajan, llevándose quién sabe cuántos salarios para «retrotraernos a etapas ya superadas», como diría un demócrata fallecido años ha.

«Ojalá caiga café en el campo», como solicita Juan Luis Guerra, aparte de todo lo demás, y que la «guagua» sea lo único en reversa porque la humanidad tiene el deber, y el derecho, de avanzar positivamente por un presente de paz y libertad.

AMÉN

Marisa Iturriza

  

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