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lunes, 10 de diciembre de 2012

Marcela va a la OIT


Por Mario Villegas, 09/12/2012
Columna de Puño y Letra

En marzo de 2007 escribí sobre lo que entonces llamé el “chimbicalismo del siglo XXI”, aquella caricatura indigna en que el presidente Hugo Chávez pretendía convertir al movimiento sindical. Cuestionaba el Jefe del Estado la autonomía de las organizaciones de los trabajadores y hasta se quejaba de que éstas introdujesen sus pliegos conflictivos ante el Ministerio del Trabajo sin el conocimiento previo de las autoridades de los respectivos organismos públicos.

Por desgracia, una porción significativa de las cúpulas sindicales chavistas aceptó sacrificar los intereses de los trabajadores y ponerse al servicio exclusivo del gobierno, lo que equivale a decir al servicio del más poderoso patrono de la República. Sindicatos convertidos en “chimbicatos” y sindicalistas domesticados y trocados en “chimbicalistas”.

Un importante sector del movimiento sindical de orientación chavista se enfrentó a semejante propósito y, aunque mantuvo su adhesión al liderazgo de Chávez, se negó a arriar sus propias banderas y a disolverse en la nueva Central Bolivariana Socialista de Trabajadores, creada al particular gusto del Jefe del Estado. Este es el caso de la Unión Nacional de Trabajadores (UNETE), liderada por la rebelde Marcela Máspero, una militante del Partido Socialista Unido de Venezuela, cuya central sindical y objetivos programáticos han contado con el apoyo del Partido Comunista de Venezuela y de otras corrientes que activan en el movimiento obrero.

Marcela, férrea crítica de la “tecnoburocracia” enquistada en el sector público (a la que señala de violar derechos de los trabajadores y libertades sindicales), siempre se opuso, sin embargo, a quienes desde la vieja Confederación de Trabajadores de Venezuela (CTV) y el nuevo Frente Autónomo por la Defensa del Empleo, el Salario y el Sindicato (FADESS) pedían que la Organización Internacional del Trabajo examinara rigurosamente la real situación de las libertades y los derechos laborales en Venezuela. Según ella, los trabajadores pueden resolver sus problemas mediante las movilizaciones y demás mecanismos propios de las luchas obreras. En una ocasión declaró que la OIT “ha sido utilizada como se usa a la Corte Interamericana de los Derechos Humanos para tratar de atentar contra el gobierno nacional”.

Pero, como bien decía mi papá, a cada cochino le llega su sábado. Y a Marcela le llegó su lunes. El 3 de diciembre, cuando protagonizaba en Valencia una acción de solidaridad con los trabajadores en huelga de la empresa Galletera Carabobo, fue detenida y atropellada por oficiales de la Guardia Nacional que la esposaron, ofendieron y vejaron junto a otros cuatro dirigentes sindicales que reivindicaban la vigencia del derecho de huelga. Según la dirigente, en la refriega se le disparó el fusil a un guardia, mientras que otro roció gas mostaza en pleno rostro a un sindicalista.

La denuncia fue presentada ante el Ministerio Público a la espera de que la fiscal Luisa Ortega Díaz proceda a las investigaciones y al enjuiciamiento de quienes ordenaron y ejecutaron las graves agresiones contra los sindicalistas. Pero además, ¡Oh, sorpresa!, Marcela recurrirá ante la OIT, esta vez no a defender al gobierno sino a denunciar la inconstitucionalidad de varios artículos de la Ley del Trabajo que cercenan el derecho de huelga, así como a corroborar la sistemática violación de las libertades sindicales y derechos laborales en Venezuela.

BREVES
lEste miércoles 12, del mes 12 del año 12, el pintor José Luis Poleo inaugurará su exposición “Dos tiempos” en la Galería Espacios Libres, en el Centro de Arte El Hatillo. La cita es a las 7:00 de la noche. La muestra se extenderá hasta el 20 de diciembre, de martes a domingo de 2:00 a 6:00 de la tarde. La recomiendo.

Publicado en la Edición impresa del Diario 2001

Twitter: @mario_villegas

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