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domingo, 16 de diciembre de 2012

Zamuros rojo-rojitos


Por Mario Villegas, 16/12/2012
Columna de Puño y Letra

“Por allá fumea”, podría decírsele perfectamente al vicepresidente Nicolás Maduro y demás voceros del oficialismo que han pretendido imputarle a la oposición una supuesta campaña de odio y de burla contra el presidente Hugo Chávez y sus seguidores, a propósito del nuevo y muy delicado cuadro de salud que éste padece.

Muchas y categóricas son las muestras de consideración y respeto que hacia el acongojado pueblo chavista ha venido dando el liderazgo político y la militancia opositora, ganada como está cada vez más a la idea de la tolerancia y la conciliación nacional. Las expresiones de odio y de resentimiento que algunos ciudadanos hayan podido hacer a través de las redes sociales, en ningún caso son atribuibles a una política o a una directriz, ya sea abierta o solapada, de la Mesa de la Unidad Democrática o de los partidos que la integran. No es difícil descubrir que esas expresiones son resultado de la dinámica de confrontación y discriminación política que todos estos años el propio presidente Chávez ha propiciado, alimentado y exacerbado explícitamente.

Hay que suponer, sin hipocresías ni demagogias, que en el campo opositor puede haber quienes se sientan complacidos tal vez no con la enfermedad del Presidente pero sí con la posibilidad de que éste se vea forzado a salir de la Jefatura del Estado y del juego político. En ese caso habría operado una sorpresiva solución biológica después de que resultara frustrada la solución político electoral intentada el 7-O. Pero me atrevo a asegurar que no es precisamente en los mandos de la oposición donde se está apostando a la muerte del Presidente.

La designación de Maduro como delfín oficial de Chávez para unas probables elecciones presidenciales en 2013 no sólo debe ser leída en términos de quién es la persona elegida por el Presidente, sino también, y muy especialmente, en términos de quién o de quiénes no resultaron los merecedores de la confianza suprema del Comandante. Es precisamente en esos despechos y reconcomios que le rodean donde el vicepresidente Maduro puede encontrar algunas almas apostando a la muerte de su gran elector.

Vivo y consciente Chávez, tal vez esas almas falsarias no se atrevan a desconocer, aunque tal vez sí a sabotear soterradamente, el cabal y feliz cumplimiento del testamento político del Presidente. De allí que semejantes infieles pudiesen ver con simpatía un pronto descenso al sepulcro de su venerado líder.

Si tal cosa ocurriera, esos zamuros rojo-rojitos podrían poner en torcida ejecución la parte final de aquella consigna creada por la ya fallecida Lina Ron: “Con Chávez todo, sin Chávez nada”. Ausente definitivamente el Comandante, no se sentirían obligados a nada ni con nadie.

Es por eso que Nicolás, cuyos agresivos discursos de estos días lucen cautivos del qué dirán y de las presiones y chantajes de los radicalismos y del exacerbado sectarismo pesuvista, debería cuidarse mucho más de aquellos que tiene a los lados o detrás y no de quienes, desde la acera del frente, le adversan políticamente, democráticamente, legalmente y, sobre todo, franca y sinceramente.

BREVES
-En entrevista para Noticias 24, Elías Eljuri me comentó que los empresarios europeos se conforman con ganancias del diez o doce por ciento, mientras que los venezolanos pretenden ganar el cien o doscientos por ciento. La pregunta obligada  no se hizo esperar: “¿Los empresarios socialistas de Venezuela se conforman con ganancias del diez o doce por ciento?”. El presidente del Instituto Nacional de Estadísticas dio una respuesta categórica: “Un empresario socialista que no se conforma con ganar el doce o quince por ciento no es socialista nada”.

Twitter: @mario_villegas

Publicado en la Edición Impresa del Diario 2001

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