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lunes, 30 de octubre de 2017

Entre zancadillas convivió la MUD, así se selló su fractura (y II) por @EfectoCocuyo


Por Ascensión Reyes


No hubo cambio en seis meses, pero si costó una vida más de la MUD, la tercera. En 2016, por acuerdos internos de la alianza, Ramos Allup fue el primer presidente de la Asamblea Nacional. Pero para llegar a ese acuerdo hubo que limar las fricciones entre AD y Primero Justicia. Ambas organizaciones pujaban por coronar en la presidencia del Parlamento.

En ese momento, Ramos Allup afirmó que el cambio de Gobierno sería en un plazo de seis meses. Las opciones para lograr el objetivo eran cuatro: Constituyente, juicio al Presidente, declarar el abandono del cargo y la enmienda constitucional.

En otro lado de la oposición se trabajaba en el referendo revocatorio y el 2 de agosto se solicitó formalmente al Consejo Nacional Electoral que diera paso a la recolección del 20% de las firmas para la consulta popular.

Pero en octubre, siete tribunales penales de varios estados anularon la primera fase la recolección del 1% de las firmas para la promoción de la consulta popular y el CNE suspende la recolección del 20% de las rúbricas que estaba pautada en tres días.



Tras la cancelación, la MUD convocó la Toma de Venezuela realizada el 1 de septiembre de 2016. Una de las demostraciones de fuerza más importantes de la historia de la oposición. De acuerdo con cálculos que se hicieron en Caracas participaron más de un millón de personas y en todo el país la cifra superó los cinco millones.

El 3 de noviembre se convocó una marcha hacia Miraflores para notificarle al presidente Nicolás Maduro que la Asamblea Nacional había determinado su responsabilidad política y el abandono del cargo y le exigían restituir el hilo constitucional. La movilización fue suspendida. La decisión la tomaron AD, Primero Justicia y UNT lo que causó malestar en Henrique Capriles, Voluntad Popular y Vente Venezuela. La suspensión fue para complacer una petición del Vaticano puesto que se había instalado una mesa de diálogo con la oposición y el Gobierno y los expresidentes José Luis Rodríguez Zapatero, Leonel Fernández y Martín Torrijos fungían también como mediadores.

La Constituyente y las regionales se llevaron la cuarta vida

Luego del descalabro de 2016 con la pérdida de la consulta popular, la MUD anunció en enero de este año su reestructuración. Sale Jesús, Chúo, Torrealba de la secretaría general y se pasó a la creación del Congreso de la Sociedad Democrática. Sería la máxima instancia para el debate y estaría integrada por los partidos y organizaciones civiles.

Se nombró además un denominado G-9  integrado solo por Acción Democrática, Primero Justicia, Voluntad Popular, La Causa R, Avanzada Progresista, Alianza Bravo Pueblo, Movimiento Progresista de Venezuela, Un Nuevo Tiempo y Vente Venezuela.

La secretaría ejecutiva dio paso a tres equipos de operación y un coordinador general: apoyo técnico, dirigido por Roberto Picón; apoyo político, dirigido por Ángel Oropeza y apoyo social, dirigido por Alfredo Padilla y Tinedo Guía. La figura del coordinador general recayó sobre José Luis Cartaya. Y la vocería recayó en los partidos.

Con esta estructura, la hoja de ruta avanzó hacia las protestas de calle debido a que las sentencias 155 y 156 del Tribunal Supremo de Justicia menoscababan facultades del Parlamento.

La fuerza de la calle demostró que la oposición era mayoría y también, salió a flote nuevamente la cara de la represión del Gobierno. En julio la calle se apagó entre maniobras políticas, miles de detenidos y un balance de más 120 muertos y más de un millar de heridos. El 16 de julio se efectuó la consulta popular convocada por la MUDpara desconocer la Constituyente y proceder a la renovación de los Poderes Públicos así como realización de elecciones libres y transparentes.


La consulta fue un éxito, participaron más de 7 millones de personas, pero pese al rechazo expresado a la Constituyente, el 30 del mismo mes se hizo la elección de la ANC. Así que la consigna: La Constituyente no va, cayó por su propio peso y la MUD, sin la fuerza de calle de meses anteriores, no pudo detenerla.

En el ínterin Voluntad Popular y Vente Venezuela, sobre todo el primero, jugaron adelantado al convocar a una huelga general y una Hora Cero. No era la primera vez, que asumían ese tipo de iniciativas.

El fracaso de las acciones para lograr el cambio de Gobierno fue uno de los puntos de mayor decepción y desilusión de la militancia opositora. Y de ahí en adelante fue aumentando la desconfianza hacia el liderazgo de la MUD.

El mismo 30 de julio Maduro le propuso la papa caliente de la elección de gobernadores a la MUD. El primero en decir que participaría fue AD en la voz de Ramos Allup. Desde ese momento comenzó un encarnizado debate en las filas de la alianza entre quienes querían participar y quienes no. Del denominado “grupo radical”, VP aceptó ir a la contienda mientras que Vente Venezuela y ABP dejaron en claro su disgusto y decisión de no concurrir a la celebración de los comicios. El partido de Antonio Ledezma también aclaró que no haría campaña por la abstención, mientras que María Corina Machado, un día antes de la elección, informó públicamente que no votaría.

Esas desavenencias también se presentaron con la nueva convocatoria al diálogo. Los más radicales VV y ABP se oponían a nuevas conversaciones con el Gobierno. Ante el anuncio de Francia de que en República Dominica se instalaría la mesa de negociación, AD planteó no ir porque eso los afectaba para las regionales y en una maniobra propuso ceder a su lugar a Henrique Capriles, “porque se la daba de arrecho y reclama a los que van a negociar que nunca consiguen nada”. Por esa razón, a Santo Domingo solo llegaron los representantes de PJ, Julio Borges; de VP, Luis Florido y de UNT, Manuel Rosales.

Desde julio hasta octubre, Maduro sembró la sombra de la duda entre partidos y militancia de la MUD cada vez que afirmaba que se estaba próximo a un acuerdo. Con el diálogo y las denuncias sobre las violaciones a los derechos humanos gravitaban tres grupos: Mitzy de Ledezma y Lilian Tintori; Luis Florido y Carlos Vecchio y la MUD y UNT. Florido, al ser presidente de la Comisión de Política Exterior, montó tienda aparte y realizaba acciones sin tomar en cuenta a la alianza.

QEP Otro momento de tensión se creó con las elecciones primarias para la escogencia de candidatos. Hubo acercamientos entre VP y PJ, que trataron de aislar a los adecos, pero luego se tuvieron que extender hacia AD dada la fuerza que tenía en algunas regiones. Con ello, excluyeron a otras organizaciones como UNT, Avanzada Progresista de Henry Falcón y al Movimiento Progresista de Liborio Guarulla, quien sentenció: La MUD murió en Amazonas porque no aceptamos imposición de cogollos de Caracas.

Luego del descalabro electoral, el corolario de las disputas fue la juramentación de los cuatro gobernadores adecos ante la Constituyente. La acción prácticamente le pone el QEPD a la MUD.

Aunque la historia no termina, es apenas el trayecto previo de lo que podría ser la nueva oposición. ¿La reestructuración será posible? ¿En qué forma? ¿cuándo? Un balance, con la ruta completa sobre la mesa, pueden dar la última palabra.

29-10-17




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