Marta de la Vega 03 de junio de 2024
La
fábula del escorpión y la rana, del escritor griego del siglo VI antes de
Cristo, Esopo, nos enseña lecciones para hoy en ética, política, relaciones
internacionales, finanzas y el comportamiento de ciertos líderes, dirigentes,
gobiernos o ciudadanos.
En la
fábula, el escorpión pide a la rana que lo lleve al otro lado del río. La rana
duda, temerosa de ser picada con el aguijón ponzoñoso que la mataría, pero el escorpión
argumenta que eso no tendría lógica pues si la pica, se ahogarían los dos. La
rana, finalmente convencida, accede, pero a mitad de la travesía el escorpión
la pica, propiciando su propia destrucción y la de la rana. Agonizantes ambos,
la rana le pregunta por qué lo hizo; el escorpión responde que no lo pudo
evitar, que era su naturaleza.
Podemos interpretar la fábula desde el enfrentamiento entre la autocracia de Maduro y las fuerzas democráticas que buscan nuevo gobierno y cambio de modelo económico, social y político.
1) El
escorpión representa al régimen que, pese a las consecuencias negativas para el
país y para sí mismo, sigue adoptando políticas y acciones que perpetúan su
control y poder. La naturaleza autocrática y represiva del régimen es
comparable a la del escorpión de la fábula. Incluso cuando es autodestructivo,
le es imposible modificar su comportamiento indisociable de dominación y
represión.
2) La
rana representa las fuerzas democráticas y a la población venezolana que aspira
a una transición hacia la democracia. A pesar de conocer los riesgos y
traiciones pasadas, han intentado negociar o comprometerse con el régimen,
esperando una transición pacífica y un cambio positivo.
3) El
viaje por el río para pasar a la otra orilla, representa el tránsito de un régimen
usurpador a un proceso de rescate de la esperanza y la vuelta a la
democracia. Simboliza el intento de mover el país hacia un sistema
democrático que no sea ni complaciente ni populista sino exigente y
comprometido con los principios básicos que lo han definido y transformarlo en
un modo ético de coexistencia pacífica, recomponer las instituciones, afianzar
las virtudes cívicas y consolidar los valores que harán de Venezuela un país de
oportunidades para todos, de justicia y respeto a los derechos humanos.
El
viaje es peligroso y está lleno de incertidumbres, similar al cruce del río en
la fábula. La moraleja del relato sugiere que el régimen de Maduro, como el
escorpión, no puede evitar actuar conforme a su naturaleza, incluso si esto
resulta en su propia ruina y en la del país.
En
conclusión, las fuerzas democráticas deben tener cuidado y no confiar
ciegamente en el régimen, ya que sus acciones están dictadas por su
naturaleza autocrática y represiva, difícil de cambiar. La fábula es una
advertencia sobre la necesidad de estrategias cuidadosas y realistas para
lidiar con el régimen, entendiendo que sus acciones serán consistentes con su
naturaleza, aun si son perjudiciales para el país y para ellos mismos.
La
astucia del Consejo Nacional Electoral (CNE) de Venezuela, controlado por el
régimen chavista, es una de las facetas del escorpión. Al diseñar el
tarjetón electoral con nombres de partidos políticos y símbolos o colores que
pueden confundir al elector, busca engañar.
De las
tres tarjetas de José Brito, “Venezuela Unidad” utiliza un azul pálido en
la parte inferior, con letras negras, muy parecido a primera vista con la
tarjeta de la manito, de la Unidad democrática. “Primero Venezuela” y “Primero
Justicia” con los colores de este partido que le fue despojado a sus legítimos
representantes a favor de Brito, fácilmente pueden desorientar a un
elector desprevenido e inducirlo a votar por una de ellas.
Este
ardid gráfico es una estrategia deliberada para dificultar el voto de la
oposición. Hay manipulación electoral; generar intencionalmente
confusión en el votante divide y diluye el voto opositor. Al fragmentar el voto
de la oposición entre múltiples opciones similares, se reduce la probabilidad
de que el candidato de las fuerzas democráticas obtenga una mayoría clara.
El
régimen mantiene ventaja al dispersarse el voto opositor entre varios
candidatos. Hay manipulación de la percepción, al aparentar una
legitimidad que no es tal. Con una supuesta variedad de opciones, el régimen
puede argumentar que ofrece elecciones plurales y democráticas, cuando en
realidad está manipulando el proceso para asegurar su victoria. Y proyecta una
imagen de legitimidad tanto a escala interna como internacional.
Hay
desmoralización del electorado. La confusión y manipulación
pueden desmoralizar a los votantes opositores, frustrados y desencantados con
el proceso electoral. Esto puede disminuir la participación electoral de la
oposición, lo cual favorece al régimen.
Hay
fortalecimiento del control social y político. Mediante el control
del diseño del tarjetón y otros aspectos del proceso electoral, el régimen de
Maduro busca impedir cualquier cambio significativo en el poder político.
Volviendo a la fábula de Esopo, así como el escorpión actúa conforme a su
naturaleza, el régimen de Maduro utiliza estrategias de manipulación electoral
inherentes a su naturaleza autocrática. La necesidad de mantener el poder a
toda costa impulsa estas tácticas, incluso si socavan la confianza en el
proceso electoral.
La
rana, que simboliza el electorado opositor, debe navegar cuidadosamente por el
proceso electoral, consciente de las trampas y manipulaciones diseñadas por el
escorpión (el régimen). Debe estar atenta y educada para evitar ser engañada
por las tácticas del escorpión. La trácala del CNE en el diseño del tarjetón
electoral es una manifestación de la dictadura madurista, que utiliza todas las
herramientas a su disposición para mantener el control y debilitar las fuerzas
democráticas. Los votantes debemos estar bien informados y alertas para
contrarrestar estas maniobras y trabajar por la transformación estructural de
Venezuela.
Marta
de la Vega
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