miércoles, 27 de julio de 2016

Los motores de Maduro se fundieron, @carlosvalero08



Carlos E. Valero 27 de julio de 2016

El 19 de enero de este año como respuesta a la crisis económica más profunda que ha vivido el país, Maduro presenta como la gran solución un plan de reactivación de catorce motores que en teoría debían sustituir el modelo rentista que ha caracterizado al país por uno productivo.


Los ámbitos de acción van desde la salud, a través del motor farmacéutico, pasando por diversos sectores productivos como el industrial, hidrocarburos, construcción, banca, economía social/comunal, minería, forestal, turismo.

Con todo lo que uno pueda estar de acuerdo en la urgente necesidad que tiene el país de resolver los graves desequilibrios económicos y sociales que agobian a los venezolanos, uno no puede dejar de sonreír con desolación ante la inutilidad de este plan, al igual que los anteriores. La reactivación de estos motores se supone milagrosa pues pretende obviar una realidad que afecta a todos los sectores económicos transversalmente. Es imposible hablar de recuperación de la actividad económica si seguimos atados de manos, y cada vez con más fuerza gracias, a la presencia militar de controles.

Se cree absurdamente que con orden y obediencia van a saldarse las deudas comerciales que mantienen los anaqueles de farmacias y supermercados vacíos. Y que los sables y las ametralladoras de quienes vigilan colas y centros de producción harán que por arte de magia aparezcan materias primas, insumos y repuestos de maquinarias necesarios para de verdad reactivar sectores que solían ser productivos en el país. Es que ni cemento y cabillas hay para impulsar la construcción que bien podría ser punta de lanza de una reactivación económica.

La verdad es que esos motores nacieron fundidos, como fiel reflejo del modelo económico que los engendra. El plan económico que se ha venido aplicando ha sido el de reducir drásticamente las importaciones, declarar a “sottovoce” un default comercial y monetizar el déficit fiscal.

Un plan económico que además de serio sea eficiente tiene que comenzar por reconocer que lo hecho hasta ahora en materia económica no ha resultado y debe empezar por corregir los desequilibrios que se han venido profundizando como los controles de precios y de divisas. Pero en respuesta lo que recibimos es una economía de guerra y cada vez más militarizada que lo único que es capaz de ofrecer es un supuesto “orden” en las cadenas de distribución. Como si el problema fuera de distribución y a punta de bolsas Clap se va a resolver.

Después del boom petrolero de los últimos años nos encontramos quebrados, endeudas, sin crédito externo y con hambre y miseria, y lo peor de todo es que estamos siendo gobernados por un equipo liderado por un señor que pareciera que no se entera de la realidad que padecen los venezolanos, que en sus cadenas nos relata un país que no es este.

Sin lugar a dudas el principal cambio que requiere la economía venezolana es político. Es imposible pensar que este gobierno tendrá la capacidad de reactivar algún motor económico. No hay voluntad, capacidad, ni un mínimo de ética pues les mienten al pueblo diariamente. A quién se le ocurre ofrecer hallacas, cuando ni siquiera hay harina para una arepa?

Esta desgracia que por momentos ahoga nos debe fortalecer e impulsar a seguir luchando por hacer cumplir nuestros derechos consagrados en la Constitución.

Maduro el pueblo venezolano te va a revocar a ti y a tu nefasto equipo y de nada servirán los espejitos ni las amenazas. Venezuela se prepara para un cambio.

Carlos E. Valero

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