GUILLERMO D. OLMO 15 de mayo de 2017
Francisco
Poleo, vicepresidente del «Nuevo País», es uno de los muchos venezolanos que
han tenido que exiliarse en Miami a causa de la situación política en su país.
Miembro de una conocida familia de periodistas que edita diversos medios, sigue
con creciente preocupación la crisis en la República Bolivariana.
-¿Cree que a Maduro no le
gusta la prensa?
-Por
supuesto que no. Estos días, sin ir más lejos, a los pocos canales de
televisión abierta que quedan los tiene censurados y les impide retransmitir
las marchas de la oposición. Las radios son todas de ellos. Chávez ya empezó
con esta política, pero ahora se está agravando.
-¿Existe algún modo de sortear
estas restricciones?
-Los
periodistas se han empezado a refugiar en las redes sociales. Es lo único que queda.
-Las movilizaciones en
Venezuela son permanentes y masivas. Pero Maduro, sin embargo, resiste.
-Cada
vez tiene más gente en contra. El Gobierno es muy débil. La gran marcha de hace
unas semanas no tiene precedentes, porque no solo fue una manifestación
multitudinaria, sino que además prendió en los sectores populares de Caracas,
que hasta hace nada eran feudo chavista. Toda esa gente estaba en la calle
contra el presidente. No eran las zonas de clase media y clase alta, eran los
barrios de las zonas más empobrecidas, que tradicionalmente habían sido leales
a Chávez. El Gobierno tuvo que reprimir muy fuertemente las protestas.
-¿Cómo saber entonces lo que
pasa realmente en Venezuela?
-Otro
problema es que los periodistas allí están acostumbrados a cubrir información
urbana, no periodistas de guerra. Y lo que se encuentran allí son situaciones
de guerra.
-¿Estamos asistiendo al
preludio del final de Maduro?
-Es
muy sintomático que en una de las últimas marchas, pasada la medianoche, Freddy
Bernal, hombre fuerte del chavismo que controla todo el aparato policial y
paramilitar, y también la distribución de alimentos, empezó a transmitir por
Periscope desde su casa que el país estaba en orden y que el Gobierno tenía la
situación bajo control. ¿Para qué empieza un dirigente a lanzar ese mensaje a
esas horas? También se inventaron un «noticiero patriótico» en la cadena
nacional asegurando que la situación estaba estabilizada. Que digan esas cosas
quiere decir exactamente lo contrario. En realidad, el Gobierno está totalmente
descoordinado. Además, es un Gobierno muy amplio, como es propio de las
dictaduras, y no ha perdido las riendas.
-Pero hace mucho tiempo que vemos
protestas contra Maduro y también hubo muchas contra Chávez.
-Últimamente
se ha alzado uno de los barrios más chavistas, el de El Valle, en el Gran
Caracas. La oposición ya ganó allí en las últimas elecciones parlamentarias,
pero es que en las últimas manifestaciones todos sus habitantes marcharon
contra el Fuerte Tiuna, una de las instalaciones militares claves. ¿Qué habría
ocurrido si la muchedumbre hubiera intentado asaltar el fuerte? El Ejército se
hubiera negado a reprimir a toda esa gente.
-Da la impresión,
efectivamente, de que solo el Ejército puede desbloquear la situación
-Es
una situación muy complicada. Al contrario que la Policía y la Guardia
Nacional, el Ejército se niega a reprimir a la gente. Hay muchos conflictos
internos.
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