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martes, 23 de enero de 2018

Historias paralelas, por @JulioCArreaza



Julio César Arreaza B 22 de enero de 2018

Encuentro un paralelismo entre dos satrapías asesinas, la de chapita Trujillo en RD que consumió 31 años y la que sufrimos aquí desde hace 20 años.

El pálpito no me falló desde la primera vez que vi por TV, en la malhadada madrugada del 4F, las imágenes espantosas de unos tanques trepándose por las escalinatas de Miraflores y del Palacio Blanco, por órdenes de unos delincuentes matachines que hollaron el honor de las Fuerzas Armadas democráticas, quienes buscaban asesinar y deponer al valiente presidente Carlos André Perez.

Desde la primera volada, esos pájaros difuminaron en su oscura estela la moral de atracadores de banco que los envuelve en todos sus actos. Por Dios, qué cosas buenas podíamos esperar de un narco régimen degenerado y depravado. No nos bastaron las torturas de los presos políticos; el asalto inmisericorde a la gallina de los huevos de oro, Pdvsa; el envilecimiento de la clase trabajadora reducida a recibir una bolsa de comida y la entrega criminal de la soberanía del país a los Castro. El robo descarado del oro y tesoro nacional y la quiebra dolosa del aparato productivo El palo cochinero a la educación con niños desnutridos sin futuro; los enfermos muriendo de mengua por falta de medicinas y atención medica. Y el pueblo hurgando en los basureros.

Quiero rendir honores a los héroes incomprendidos que insurgieron contra la inmunda estructura de dominación, que se sublevaron ante el rompimiento del hilo constitucional. Pongo en mayúscula los nombres de quienes arriesgaron todo por la causa de la democracia: OSCAR PEREZ, DANIEL ENRIQUE SOTO TORRES, ABRAHÁN ISRAEL AGOSTINI, JOSE ALEJANDRO DÍAZ PIMENTEL, JAIRO LUGO RAMOS, ABRAHÁN LUGO RAMOS. Y la JOVEN EMBARAZADA. Fueron asesinados a la vista de todos los que seguimos las incidencias en vivo y directo, y testigos también como la Fuerza Armada rompió, con consecuencias impredecibles, el honor militar de defender y respetar la vida de quienes se rindieron. En contraste en sus valientes operaciones Oscar Pérez no cobró ni una vida humana.

Volvemos a República Dominicana y la historia paralela de los héroes que acabaron con la era sanguinaria de Trujillo, quien venía segando la vida de hombres, mujeres y jóvenes con vocación libertaria. El Nuncio Apostólico, luego de escuchar los planes de conspiración había expresado: “benditos sean los que para salvar un pueblo, exponen sus vidas eliminando al monstruo”.

Cobardemente fueron masacrados los dominicanos. Camino a la muerte a la Hacienda María, el 18 de noviembre de 1961, marchan los libertadores MODESTO DÍAZ, SALVADOR ESTRELLA, TUNTI CÁCERES, ROBERTO PASTORIZA, PEDRO LIVIO CEDEÑO Y HUÁSCAR TEJADA. Colocados en el patio de la casa al alcance del carnicero hijo de la bestia, Ramfis Trujillo, (papi papi), y dos amigotes. Los tres tenían fusiles de largo alcance, sin quitarles las esposas los fusilaron uno a uno. La muerte de los valientes héroes benefició políticamente al ambicioso presidente títere Joaquín Balaguer, quien pudo evitarlas.

No podemos permitir que el narco régimen disuelva la República para convertir a Venezuela en su guarida, puesto que sus capitostes están conscientes que por sus fechorías son parias del mundo y nadie los recibe en su territorio. El emporio del narcotráfico hay que destruirlo puesto que sentencia a muerte y envilece a nuestras juventudes.

Qué le quede claro al régimen asesino que no podrá demoler la Dignidad que abrazamos los demócratas en nuestra alma.

¡No más prisioneros políticos, asesinados, torturados ni exiliados!

Julio Cesar Arreaza

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