Maduro desprecia a los pensionados, por Cristian Silva Potellá

Cristian Silva Potellá 09 de noviembre de 2019

Desayunaba en paz cuando en forma intrusa alguien invadió mi espacio pisoteando el derecho a la inviolabilidad del hogar y tranquilidad ciudadana.

Era el Presidente venezolano quien desde el lejano país de Azerbaiyán defendía al dirigente de los cocaleros Evo Morales, en su intención de no entregar la presidencia de la hija predilecta del Libertador: Bolivia.

Desde el Foro de “Los Países No Alineados”, llamados así por no adaptarse a sistemas demócratas, alternos y plurales de gobernabilidad, Nicolás invitaba sus pares a defender resultados electorales, supuestamente favorecedores a Morales, pero cuestionados por organismos multilaterales como la OEA (Organización de Estados Americanos).

Yo solo quería llegar al banco para estrenar mi pensión. En medio de tanta información llego a la entidad bancaria, pero un cajero me alerta: ¡detente Cristian, no hay línea! ¿Cómo que no hay línea, teniendo Venezuela tres satélites de comunicaciones?

“Sí, pero esos satélites representan el soporte tecnológico del canal Telesur y el ruso RT. No son para agilizar ningún sistema informático bancario facilitando transacciones, entre ellas, el pago a tiempo de las pensiones”; replicó otro ciudadano en cola.

A través de estas televisoras se siembra el comunismo en los pueblos de América Latina utilizando el dinero de todos los venezolanos. Pero cuando anuncian pagos para pensionados “se va la línea”, siendo afortunados quienes cobran algún efectivo.

No pude cobrar nada en efectivo. Por punto compré medio cartón de huevos, un kilo de queso, dos paquetes de harina artesanal y un kilo de azúcar. Ese es el poder de mi nueva pensión –con retroactivo y todo- que en opinión del diputado y Secretario General del partido político Unidad Visión Venezuela, Omar Ávila, “solo cubre el 8,06 % de la Canasta Básica Familiar estimándose su costo actual en 5 millones de bolívares por mes”.

Igualmente resalta a Bolivia como una de las mejores economías en Latinoamérica. Chile, con apenas 2% de inflación, 8% de pobreza y un sueldo mensual de 428 dólares. “Dada la crisis del país, Guaidó debería convocar a un Encuentro Nacional de toda la Oposición Venezolana, a todos los factores que nos oponemos a este régimen”, señala Ávila.

Añoro aquellas décadas de los 70-80 e incluso los años 90 cuando producto de mi trabajo pude adquirir mi apartamento, dos vehículos; mis hijos estudiaban en colegio privado ubicado en Las Acacias con transporte particular. Compraba quincenalmente hasta dos carritos “full” de comida en los desaparecidos supermercados Cada. Verduras, frutas y hortalizas frescas en el mercado mayor de Coche. Me quedaba tiempo para estudiar Ciencias Políticas en la Universidad Central de Venezuela ¡Y hasta ahorraba algo mensualmente!

Sin embargo, los auténticos responsables del actual desastre venezolano, que, tras 40 años en el poder, se creyeron eternos. Abusaron del poder, amasaron grandes fortunas –como los chavistas/maduristas de ahora– no dando paso a otras personas con mejor visión del país; lo cual empujó a las masas a seguir “un hombre a caballo” que se presentó como su mesías.

Para diciembre el valor de las cajas CLAP estará cercano a los 100.000 bolívares. Con la pensión de 150.000 se comprará una, y el resto se usará para pagar la renta de teléfonos y poder recibir llamadas de los seis millones de nietos e hijos de pensionados que Maduro envió a pasar trabajo al extranjero.

A todo esto, la Vice Presidenta Delcy viajó a la India a observar como usan la energía solar para producir electricidad. Como con el Arco Minero están destruyendo el río Caroní, presienten un colapso total del sistema eléctrico dado que esas aguas impulsan las turbinas del Guri.

Deberá ponerse en alerta roja la Organización Internacional de la Energía. Pues, el planeta Tierra está en riesgo de quedar sin la potencia del Astro Rey, porque los socialistas venezolanos pulverizan y desaparecen -con todo respeto- todo lo tocado por sus corruptas, sucias y asquerosas manos.

Cristian Silva Potellá