Estudiantes de la primaria Bethesda, en Llandewey, St.Thomas, Jamaica, se lavan las manos en un baño construido con fondos de Petrocaribe. |
Ezequiel Minaya lunes, 8 de diciembre de 2014
KINGSTON, Jamaica—Algunos países de
Centroamérica y el Caribe se preparan para recibir menos cargamentos del
petróleo barato que les vende Venezuela, a medida que Caracas lidia con la
caída de los precios del crudo y una profunda crisis económica.
Durante una década, los 13 beneficiarios
de la generosidad de Venezuela han dependido en gran medida de su crudo para
financiar gastos sociales y proyectos de infraestructura, y a cambio le han
dado su apoyo en el escenario internacional, dijeron diplomáticos de la región
en entrevistas.
Pese a que Venezuela promete continuar
el programa, sus exportaciones petroleras a estos países cayeron cerca de 20%
entre enero y octubre comparado con el mismo período del año pasado, según la
firma de datos comerciales ClipperData LLC, de Nueva York. En 2013, los envíos
de crudo habían bajaron 15% frente a 2012, señala el Fondo Monetario
Internacional.
Varios participantes del programa,
llamado Petrocaribe, se alistan para mayores reducciones, lo que afectaría sus
planes de gasto y conduciría a algunas economías a la recesión, indicaron los
diplomáticos.
“Si Petrocaribe se retira de Jamaica, no
sé cómo nos las arreglaremos”, dice Verona Barrett-Brown, directora de una
escuela primaria del área de Kingston que lleva el nombre de la petrolera
estatal venezolana, Petróleos de Venezuela, o PDVSA, en la pared. “Será un día
oscuro”.
En la pequeña Granada, el petróleo con
descuento de Venezuela financia 40% de los programas sociales, desde los libros
de texto y almuerzos gratuitos para niños hasta la construcción de carreteras y
la compra de autobuses. Haití bautizó un aeropuerto en honor al fallecido
presidente venezolano Hugo Chávez, quien fundó Petrocaribe en 2005, y usa el
dinero para financiar programas de distribución de alimentos y prestaciones
mensuales para los pobres. República Dominicana ha utilizado el programa para
llenar una brecha fiscal.
En tanto, aquí en la capital jamaiquina,
proyectos respaldados por el crudo venezolano han provisto ayuda a pequeños
agricultores y empresas, remodelado un zoológico y reemplazado letrinas en
escuelas con inodoros.
Ahora, sin embargo, el FMI está
advirtiendo a los gobiernos de la región “que hay la probabilidad de un
trastorno es más alta porque Venezuela está bajo mayor presión”, dice Adrienne
Cheasty, subdirectora del organismo para el Hemisferio Occidental.
Los precios del crudo venezolano han
caído en cerca de un tercio desde mediados de año, a cerca de US$62 el barril,
que según Deutsche Bank DBK.XE -1.23% es
la mitad de lo que se necesita para cubrir el presupuesto del gobierno. Ante el
brote inflacionario y las preocupaciones de Wall Street sobre una cesación de
pagos de Venezuela, el presidente Nicolás Maduro anunció la semana pasada en un
discurso televisado que recortará el gasto en 20%.
Los funcionarios venezolanos no han
hablado en público sobre posibles recortes en Petrocaribe u otros programas de
ayuda petrolera, como el acuerdo para enviar 99.000 barriles diarios a Cuba a
cambio de doctores que trabajan en los barrios marginales. El ministro de
Relaciones Exteriores, Rafael Ramírez, reiteró hace poco su “más firme
compromiso de continuar con la iniciativa de Petrocaribe bajo cualquier
circunstancia”.
Sin embargo, se está produciendo un
cambio discreto.
Honduras y Guatemala actualmente no
participan en el programa después de que Caracas endureció las condiciones,
según los diplomáticos.
Otros países fuera de Petrocaribe pero
que reciben acuerdos petroleros preferenciales de Venezuela, también han
observado una reducción de los envíos. Bolivia y Paraguay no recibieron ningún
cargamento de crudo con descuento, mientras que la cuota de Argentina ha caído
a la mitad, de acuerdo con datos de PDVSA.
“Cada barril de petróleo que PDVSA envía
a un país de Petrocaribe bajo términos preferenciales es un barril menos del
que Venezuela puede obtener inmediatamente un precio más alto basado en el
mercado para apoyar a su atribulada economía”, asevera Cory Gill, analista de
la firma de investigación energética Goldwyn Global Strategies y coautor de un
informe sobre Petrocaribe para el centro de estudios Atlantic Council, de
Washington.
El FMI calcula que los países de
Petrocaribe reciben unos 100.000 barriles diarios de Venezuela y agrega que, en
promedio, sufrirán una reducción de 1,6% en su producción económica si Caracas
les cerrara el grifo. Los países altamente dependientes del programa, como
Haití, enfrentarían las mayores dificultades.
Brian Wynter, gobernador del banco
central de Jamaica, afirma que su gobierno se está ajustando. “Estamos siendo
muy cautos usando proyecciones de lo que usaremos de Petrocaribe que son mucho
más bajas de lo que permite el programa”, explica.
Durante años, Petrocaribe fue mutuamente
beneficioso. Los países participantes pagaban por adelantado sólo una fracción
del precio de mercado del petróleo y postergaban el costo total mediante
préstamos a largo plazo con vencimientos a 25 años y tasas de interés tan bajas
como 1%.
Algunos gobiernos vendían el crudo a su
precio normal o simplemente destinaban los ahorros a programas sociales y
proyectos de infraestructura. Venezuela era resarcida con arroz, pollo,
frijoles, jeans y otros productos que según Jorge Piñón, director del Programa
de Energía de América Latina y el Caribe en la Universidad de Texas en Austin,
eran vendidos a precios artificialmente altos.
El programa le ha costado US$22.100
millones a Venezuela, y los países de Petrocaribe acumulaban más de US$11.000
millones en deuda hasta 2013, calcula Piñón basado en datos de PDVSA.
A cambio, Venezuela consiguió aliados
que votaban a la par de Venezuela en las Naciones Unidas, la Organización de
los Estados Americanos y otros organismos regionales, dijeron diplomáticos y
funcionarios de cuatro países.
En marzo, por ejemplo, los aliados de
Venezuela, entre ellos países de Petrocaribe, bloquearon la transmisión pública
de un discurso de un prominente líder de la oposición de ese país en la OEA,
según los diplomáticos.
“No se provee petróleo a todos estos
países bajo términos tan buenos y sin esperar respaldo en la ONU o la OEA”,
dijo un alto funcionario de un país caribeño. “Esa es la forma en que funciona.
Es simplemente realpolitik”.
No obstante, países de América Central y
el Caribe, que desde hace mucho han estado preocupados por su alta dependencia
de un solo cultivo, como el azúcar, el banano y el tabaco, o sector, como el
turismo, ahora temen por su adicción al petróleo económico de Venezuela.
“Hay acuerdo entre nosotros de que no
queremos ser demasiado dependientes de una fuente”, afirma el embajador de un
país de Petrocaribe en Caracas. “No queremos poner todos nuestros huevos en una
canasta y luego quedar sin nada cuando la realidad nos golpee”.
—Kejal Vyas contribuyó a este artículo.
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