LUDMILA VINOGRADOFF 09 de diciembre de 2014
El presidente venezolano
asegura que Christine Lagarde tiene «un espagueti en el cerebro»
El presidente venezolano Nicolás Maduro cargó ayer contra la jefa del
Fondo Monetario Internacional, Christine Lagarde, al ofenderla diciendo que ella «tiene
un espagueti en el cerebro» y acusó al FMI de ser el «responsable
del hambre de los pueblos en el mundo y del saqueo financiero».
Entrevistado por la cadena Telesur,
Maduro, que tiene ciertos arranques curiosos como los de hablar con el espíritu
de su antecesor Hugo Chávez transmutado en un pajarito, debe
haberse sentido aludido por las declaraciones que dio la directora del FMI hace seis
días en Chile en su gira por América Latina.
Lagarde no mencionó a Maduro ni
personalizó sus opiniones financieras de la región. Simplemente comparó la
serie de instancias de integración existentes en la región con un «spaghetti
bowl» o «una lasaña» con muchas capas o barreras que
obstaculizan el comercio intrarregional.
Pero el mandatario venezolano parece que
se picó con el comentario tanto que insultó a Lagarde, olvidándose de la
diplomacia y del necesario tacto con una dama. «Es una falta de respeto
–espetó- Ella es una francesa con mentalidad gringa (estadounidense);
es lamentable. No se podía esperar menos» de quien dirige una instancia
«responsable del hambre de los pueblos del mundo, del saqueo financiero (...),
de las masacres y matanzas de la década perdida de los años 90», añadió.
El FMI «ahora está destruyendo a Europa» con la «imposición de sus paquetes
económicos neoliberales», dijo Maduro. También señaló que «España está
destrozada». Entonces, "quien tiene un espagueti en el cerebro es la
propia señora Lagarde», insistió.
Desde su inicio hace 14 años el
presidente difunto Chávez rompió las relaciones con el FMI pero
después de su muerte y vistas las dificultades financieras por las que
atraviesa Venezuela, Lagarde ha querido tender un puente con el país. En el
pasado abril dijo que esperaba «poder volver a una relación normal» con el país
y que aceptaría una invitación para revisar su economía.
Sin embargo, después de los insultos de
Maduro las posibilidades de una reconciliación con el FMI para acordar un
auxilio financiero parecen alejarse.
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