El economista y profesor del
IESA, José Manuel Puente, asegura que el plan anunciado por el presidente de la
República “llega tarde” y no ataca los “problemas de fondo”. Advierte, además,
que tal y como fue planteado tendrá un impacto “inflacionario y recesivo”. Ni
la devaluación de 58,7% que sufrirá la moneda, ni el ajuste del precio de la
gasolina de hasta 6.085% corrigen las distorsiones de la economía.
Nicolás Maduro anunció el
paquete de medidas con las que el Gobierno pretende enfrentar la crisis económica.
Tras meses de incertidumbre y expectativa, así como de una agudización del
deterioro, el mandatario confirmó una nueva devaluación de la moneda, el alza
en el precio de la gasolina, un ajuste del salario mínimo y un plan para evitar
la evasión fiscal, entre las decisiones más importantes.
El nuevo esquema cambiario
tendrá dos tasas. La primera de ellas pasó de 6,30 bolívares por dólar a 10
bolívares por cada billete verde, una devaluación de 58,7%. La segunda paridad
será la del Sistema Marginal de Divisas (Simadi), que actualmente ronda los 200
bolívares por dólar, pero con algunas modificaciones en su funcionamiento,
según anunció Maduro. “Vamos a transformar el sistema Simadi en un sistema
complementario flotante (…) Arranca en el nivel que se encuentra actualmente”,
explicó el presidente de la República.
Con el precio de la gasolina
los ajustes son mayores. A partir del 19 de febrero la de 91 octanos costará 1
bolívar por litro, un incremento de 1.328% con respecto al valor de 0,007
bolívares por litro con que se comercializaba desde hace casi 20 años. La
gasolina de 95 octanos se venderá a 6 bolívares por litro, un alza de 6.085%.
“Vamos a cobrarla porque estábamos pagando para echarla”, afirmó Maduro y
adelantó que los ingresos recaudados se destinarán al Fondo Nacional de
Misiones. “Va a recibir todos los recursos extraordinarios”, aseveró.
Maduro también anunció un
incremento del salario mínimo de 20% a partir del 1 de marzo, así como un
ajuste en el cálculo del beneficio del cestaticket al llevar a 2,5% la base del
cálculo. De esta forma el “salario integral” de los trabajadores pasará de
16.399 bolívares a 24.853 bolívares, distribuido en 11.578 bolívares de sueldo
y 13.275 del beneficio de alimentación. “Haciendo de tripas corazón (…) Sacando
los recursos de los nuevos impuestos, del nuevo sistema de la gasolina, del
nuevo sistema de divisas”, argumentó el jefe de Estado.
En materia tributaria, la
decisión del Ejecutivo nacional es profundizar la “revolución tributaria” para
reducir la “evasión, elusión y el fraude”. “Para eso vamos a instalar un
sistema muy exitoso electrónico de facturación electrónica digital (…) ¡Cuánto
podemos captar! Es sorprendente, nos da para sostener las misiones, para
mantener los logros sociales, cuidar salarios”, justificó Maduro.
¿Estas medidas resuelven la
crisis económica?
Para el economista y profesor
del IESA, José Manuel Puente, el ajuste económico anunciado por Maduro “llega
muy tarde”, es “tibio” y tampoco ataca los “problemas de fondo”. “No los ataca
con la profundidad necesaria y te quedas con el costo inflacionario y
recesivo”, aseguró Puente.
Explicó que el presidente de
la República “no especificó” qué bienes trabajarán con la tasa de cambio de 10
bolívares por dólar y que la devaluación en esa tasa “es un ajuste muy pequeño”
que no resuelve distorsiones como el estímulo a la demanda de dólares baratos,
ni el flujo de caja en Pdvsa, al obligarla a venderle al Banco Central de
Venezuela (BCV) las divisas por venta de petróleo a esa paridad. “El problema fiscal
y el problema de Pdvsa casi sigue intacto, todos los incentivos negativos
siguen presentes”, manifestó el economista.
Adicionalmente, señaló que el
ajuste cambiario tendrá un impacto “inflacionario y recesivo” en una economía
que acumula 9 trimestres consecutivos de contracción y que tiene la inflación
más alta del mundo.
Sobre el aumento de la
gasolina, el economista indicó que es una medida racional desde el punto de
vista económico, aunque está lejos de ser una solución definitiva y tendrá
repercusiones en el comportamiento de los precios. “Es un ajuste duro que va a
tener un impacto en los precios, pero todavía el precio está por debajo del
costo de producción. El problema fiscal sigue estando ahí y Pdvsa no mejorará
porque los recursos van a las misiones”.
Puente, incluso, apuntó que el
ajuste salarial es una medida que fiscalmente supondrá que el Gobierno deba
gastará más de lo que está recaudando con las otras medidas, por lo cual podría
agravarse el déficit fiscal, que ya equivale a un 20% del Producto Interno
Bruto (PIB). “Presiona más ese déficit fiscal”, acotó.
A juicio del economista,
ninguna de las decisiones anunciadas por Maduro aborda una de las dificultades
centrales que tiene hoy la economía venezolana, que es el déficit de dólares en
su flujo de caja. “El problema externo sigue intacto porque ninguna medida lo
modifica”, aseveró. Recordó que este año las exportaciones petroleras
venezolanas oscilarán entre 30 mil y 35 mil millones de dólares, pero los
requerimientos en divisas rondan los 55 mil millones de dólares.
“Ninguna medida ataca este
problema. El nivel de desabastecimiento en 2016 va a ser abrumador, no va a
haber dólares para prácticamente nada”, insistió Puente.
Desde el sector privado habían
propuesto al Gobierno nacional evaluar mecanismos de financiamiento
internacional, así como la “titularización de la deuda” por concepto de
importaciones no liquidadas, pero Maduro no planteó soluciones al respecto.
El ajuste anunciado por el
presidente de la República, planteó Puente, no evitará que en el “corto y
mediano plazo” tengan que venir “medidas de fondo” y que el año 2016 luzca como
“perdido” en términos económicos, profundizando la contracción de la actividad
económica y acelerando aún más el ritmo con el que suben los precios.
18-02-16
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