Freddy Paz 06 de febrero de 2016
Tenemos 17 años viviendo en la
conclusión de un modelo político fracasado que nos puso a los venezolanos a
vivir en una de las mayores crisis en la historia de nuestra patria.
Venezuela comenzó a transitar la
dramática ruta del desastre que hoy nos golpea con cruda realidad y brutal
contundencia. Diecisiete años de malos manejos, políticas erradas, gerencia
caprichosa, enaltecimiento de la mediocridad, populismo sin medida,
financiamiento para la exportación de un proyecto político caduco dispendiando
por la vía del regalo a “países amigos” las riquezas de nuestra patria, a la
sombra de la mayor bonanza petrolera de nuestra historia, la suma que arroja
los resultados catastróficos que hoy padecemos los venezolanos.
Casi dos billones de dólares solo de
la renta petrolera se despilfarraron en proyectos e ideas descabelladas y
regalos a otros países. A la voz de “exprópiese!” fueron cayendo una a una,
fabricas, industrias, fincas productivas, torrefactoras del café, centrales
azucareras. El nepotismo, el compadrazgo y la corrupción fueron sustituyendo a
nuestros gerentes y profesionales por comisarios políticos escogidos a dedo
para ocupar puestos claves, para los que no estaban preparados, en de las
industrias del estado y aquellas que fueron confiscadas quebrando a unas y
saqueando vilmente a las otras al punto de que en nuestro país se dejó de
producir hasta lo más elemental para la subsistencia de sus habitantes.
Sin producción, la agricultura y la
manufactura migraron a los puertos del país. Aquí se importa desde un alfiler
hasta la carne que llega a nuestras mesas, cuando llega. La caída abrupta de
los precios del petróleo deja a la nación sin las divisas necesarias para pagar
en el exterior lo que ya no se produce en nuestro suelo y entonces la escasez
acorrala y ahorca sin distinción de ningún tipo a todos los venezolanos. Es
simple, no hace falta ser economista para saber que cuando la demanda es mayor
que la oferta, los precios se disparan, haciendo inalcanzable lo poco que se
consigue, y si aunado a esto se exprime a los pocos que aun luchan para
producir en esta tierra con controles y más controles, pues nace algo que
históricamente se ha conocido como mercado negro y que en estos tiempos en ese
afán de cambiar de nombre todo le dio por llamar “bachaqueo”.
Podríamos estar horas y llenar resmas
de papel haciendo listas de los errores cometidos por este gobierno en las
políticas para regir los diferentes ámbitos de competencia en el país, pero lo
cierto es que la cosa esta fea y pinta peor y desde el Gobierno Nacional, que
es el único responsable de esta crítica situación, política, económica y social
que sufrimos y padecemos los venezolanos no pareciera querer dar la más mínima
muestra de voluntad política para rectificar y encaminar al país hacia nuevos
derroteros de paz, bienestar y prosperidad, llamando al concurso de todos para
el trabajo como si de uno solo nos tratásemos. La culpa no es del imperio, ni
de la cuarta que ya hace 17 años dejó de existir, ni de la guerra económica ni
de los pelucones. Aquí hay un gobierno que tiene 17 años en ejercicio, con
todos los poderes a su servicio y con la mayor cantidad de dinero que jamás
habían percibido juntos todos sus predecesores y tienen que responder ante el
pueblo que los eligió porque lo han defraudado.
Los problemas de nuestro país no se
resuelven nombrando estados mayores, ni cambiándole el nombre a las
instituciones ni creando ministerios sin cartera ni viceministerios a granel.
Aquí hay que dialogar, llegar a acuerdos y ponerse a trabajar con las ideas
claras de hacia donde queremos ir los venezolanos. Y los venezolanos queremos
vivir bien, queremos tener comida y que el dinero nos alcance para comprarla,
queremos tener medicinas para tratar nuestras dolencias, queremos seguridad y
que no nos maten en las calles por motivos tan banales como un par de zapatos o
un teléfono, queremos ser propietarios de lo que podamos comprar según nuestras
posibilidades, queremos que nuestro hijos estudien, se formen y se queden en
Venezuela porque son sabedores de que adentro de nuestras fronteras tienen un
futuro prometedor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Para comentar usted debe colocar una dirección de correo electrónico