Por Ángel Cacique
Con paños calientes, sin
consenso nacional, perdida su base de sustento electoral. Maduro se arrastra a ciegas
buscando desesperadamente un milagro que le permita sobrevivir.
Con una ignorancia supina la
cúpula que rodea fanáticamente a Maduro actuando cual aprendices de brujo
improvisan diariamente ante las cámara y en cadena nacional su palabrería de
demencial e ignorante odio, desesperados convocan y desatan los demonios, el
pranato y la violencia campean con una impunidad vergonzosa,
las imprentas
generadoras de billetes sin respaldo y cada día con menos valor funcionan
aceleradamente como única manera de saciar el apetito voraz de una economía
desquiciada a las puertas de un hiperinflación y como única manera de calmar la
dólar-dependencia de una corrupción insaciable.
En su desacertado accionar,
los seguidores del legado tal cual elefantes en una cristalería destrozan las
frágiles instituciones que en medio de tal descomunal desacierto intentan
inútilmente detener la caída del fofo y gigante macro cefálico estado, parar la
destrucción de una moribunda Pdvsa y detener la sangría de las ya escasas reservas
de oro.
Maduro y sus
séquitos cegados por sus deseos febriles de conservar el poder abren la
caja de pandora, aspirando que el terror generado aglutine alrededor de
ellos los menguados desechos del legado. Incapaces de convocar a alguien
distinto a ellos para enfrentar las fuerzas desatadas por tan monumental
fracaso, entre gallos y medianoche improvisan con una tozudez asombrosa
medidas, acciones, nombramientos y decisiones que cada día los hunde más en las
cenagosas arenas movedizas generadas por las ondas telúricas de una aguda
crisis fiscal, económica, política y social.
Constituidos en una especie de
estado mayor para librar sus históricas guerras imaginarias, acuden diariamente
al oráculo de la montaña, esperando que desde la ultratumba el venerado líder
les envié las señales que los guie ante la oscuridad generada por tan
monumental fracaso.
Los ministros entran y salen
vertiginosa y desvergonzadamente de sus altos cargos, cada cual más parlanchín
e improvisado que el otro, apenas alcanzan a raspar por poco tiempo la menguada
olla, a otros, con el manido y viejo recurso de los chinos de Recadi, los sacan
esposados de las cuevas de Alí Baba y sus cuarenta ladrones, para distraer a la
gente que desesperada en las colas intenta conseguir algo de lo poco que queda
de alimentos.
Organizada la mafia para la
defensa a trocha y mocha del pesado legado del agrietado jarrón Chino,
escudriñan inútilmente en los viejos y desteñidos manuales marxistoides, apelan
a al viejo y senil Fidel, invocan astutamente a los fantasmas de Stalin, Mao,
no porque crean ya en sus periclitadas ideas sino para saciar
la babosearía de la galería, mientras exprimen con fuerza las
menguadas ubres del cada más secas del BCV.
La cofradía de los países
petróleo-dependientes anuncian la vasectomía de los pozos petroleros, ansiando
que los despreciados dólares llenen sus insaciables cuentas secretas y les
permitan lanzar algunos mendrugos a la plebe desesperada, necesitada y
hambrienta, para así continuar con el circo y alargar lo más que se pueda sus
permanencia en el poder. Lo más terrible es que ante tan profunda y posible
crisis terminal, son incapaces de convocar a otros que verdaderamente aspiren
la continuación con mejores rumbos de la sufrida Venezuela, cierran todas las
puertas y solo convocan reuniones bufas para cumplir la formalidad e intentar
mantener indefinidamente la farsa.
Saben que se necesitan medidas
heroicas y fuertes, que habrá que recurrirse al apoyo de instituciones sólidas
en el mundo, de la conveniencia aplicar planes serios y capaces de sacar de la
terapia intensiva en que se encuentra la economía y la producción nacional,
pero lo más dolorosa es que están consiente que es posible recuperar el país si
se produce un inteligente viraje, pero igualmente están claros que al
destaparse la inmensa pústula, los fétidos olores y el pus derramado los
marcara indeleblemente y la justicia nacional e internacional los condenara
irremediablemente.
Estamos en presencia de una
estrategia para ganar tiempo, para intentar comprar voluntades, el estado
forajido en que nos hemos convertido es así, sin escrúpulos, implacable e
incapaz de apostar al futuro, porque saben que ellos viven al día solo
pendiente de sus bacanales y orgías. Pero, no todo está perdido, el pasado
6 de diciembre el pueblo venezolano decidió que esta rochela debe acabar
por los caminos de la paz, la constitución y perfección de la democracia.
19-02-16
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