Por Roberto Patiño
Hace un año, estuvimos en las
calles defendiendo la democracia y la constitución, ejerciendo nuestro derecho
a protestar y a manifestar nuestro repudio al régimen y su modelo destructivo.
En las calles, fuimos víctimas de una represión brutal, que violó nuestros
derechos humanos. Estuvimos en la primera línea, junto a miles de personas que
manifestaban su descontento, luchando contra la dictadura de Nicolás Maduro.
Ahora el escenario es otro,
pero los líderes políticos y sociales que resistimos los embates en las
calles continuamos firmes en nuestra determinación de lograr un cambio de
gobierno y recuperar la democracia. En días recientes, a través de los voceros
Juan Andrés Mejía, Stalin González y Juan Requesens, le explicamos al país
nuestra posición respecto a los fraudulentos comicios que el régimen planea
realizar el próximo 20 de mayo.
Lo que ocurrirá en esa fecha
no será una elección, sino un proceso absolutamente pervertido, en el que no
existen las condiciones mínimas que garanticen la transparencia y credibilidad,
y con instituciones como el Consejo Nacional Electoral secuestradas por el
régimen y dispuestas a fomentar las irregularidades que sean necesarias
para asegurar la continuidad en el poder de Nicolás Maduro.
Al día de hoy no existe
transparencia en el sorteo de los miembros de mesa y en los organismos
subalternos, mientras que Smartmatic ya no prestará el servicio de la
plataforma tecnológica para votar, después de que denunciara la manipulación de
los resultados por parte del CNE en la elección anticonstitucional de la
Asamblea Nacional Constituyente. En ese sentido, hay un desconocimiento
respecto a qué empresa se prestará para realizar los fraudulentos comicios, en
los que tampoco habrá una observación internacional calificada e independiente.
A esto se suma el hecho de que en el exterior del país se encuentran más
de dos millones de venezolanos sin garantía alguna de que podrán votar.
No se puede llamar elección a
un proceso hecho bajo estas condiciones. Así lo entiende gran parte de la
comunidad internacional. Argentina, Perú, Brasil, México, Colombia, Chile,
Canadá, Costa Rica, Guatemala, Guyana, Panamá, Paraguay, Honduras, Santa Lucía,
Estados Unidos, así como la comunidad europea, no reconocerán a quien sea
electo: unos comicios ilegítimos solo producirán a un presidente ilegitimo. Es
por eso que un importante sector de la oposición democrática no postula un
candidato, porque hacerlo significaría validar este fraude. En este
sentido, exhortamos a todo el que esté participando o quiera participar en la
falsa contienda contra Nicolás Maduro a que entienda que hacerlo es ayudar a la
dictadura en sus intenciones de perpetuarse en el poder.
Es importante que entendamos
esto en todos los sectores del país, especialmente en las zonas populares, en
las que el gobierno afinca su estrategia de control social a través del
CLAP y del carnet de la patria. Con este mínimo beneficio social chantajea
a personas que apenas pueden hacer una comida y media al día, amenazándolas con
que si no votan y no muestran el carnet de la patria al hacerlo, perderán el
CLAP que reciben y los pocos, escuetos y limitados bonos que el gobierno
sortea.
El bloqueo de vías electorales
por parte del gobierno ha trastocado formas tradicionales de expresión popular.
Durante años, la inconformidad de los venezolanos se manifestaba a través de
las urnas y era ahí donde las personas sentían que podían marcar la diferencia
y expresar su voluntad. Aún hoy, a pesar de las muestras evidentes del actual
sistema electoral, muchas personas en las comunidades populares del área
metropolitana me expresan que quieren votar para manifestar su
descontento. Votarían por cualquier candidato que no sea Nicolás Maduro,
pero parecen decididos a votar.
Esta tendencia constituye un
reto, especialmente para el Frente Amplio, cuya misión es denunciar la maniobra
del 20 de mayo que se está fraguando desde el poder. Deben producirse puntos de
encuentro entre las diferentes partes de la Venezuela que busca la superación
del régimen y su modelo de colapso y caos. Articular a ese 80% de
venezolanos que repudian al gobierno, y en el que se entrecruzan diversas
ideas, posturas y puntos de vista.
Desde el movimiento Mi Convive
venimos trabajando en este sentido. En días pasados realizamos una asamblea
entre líderes de las comunidades del sector de La Vega y dirigentes jóvenes de
partidos como Primero Justicia, Voluntad Popular y un Nuevo Tiempo en la que se
produjo un intercambio de visiones en torno a la situación de crisis y deriva
dictatorial del país. Con la intervención de los diputados Miguel Pizarro, José
Manuel Olivares, Juan Andrés Mejía, Marialbert Barrios, Stalin González, más la
asistencia aproximada de 280 personas, a lo largo del encuentro empezaron
a tejerse lazos entre las comunidades, los líderes comunitarios y los líderes
políticos. Lazos que deberán estrecharse y profundizarse de cara a
afrontar la crisis y a recuperar condiciones democráticas.
En esta asamblea, Elba Ramos,
una de las madres de la comunidad, hizo la siguiente intervención: “El cambio
tiene que partir de uno mismo, de nuestro pensamiento y de la forma de actuar
de cada uno de nosotros. Si seguimos pensando y actuando de la misma forma,
nada puede cambiar. Tenemos que transformar nuestro pensamiento. No debemos
esperar que los políticos nos solucionen todos los problemas, debemos nosotros
ser parte de las soluciones y del cambio”
Cada uno de nosotros tiene una
pieza del rompecabezas que nos ayudará a superar la crisis. Y solo con la
participación de todos será posible completarlo.
10-04-18
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