MIGUEL BAHACHILLE 10 de septiembre de 2018
@MiguelBM29
Mientras
el régimen persiste en atacar cualquier forma de economía productiva mediante
la represión franca o velada, el llamado bloque opositor (por citarlo de algún
modo) se disuelve en la más recóndita penumbra. No basta con análisis pasivos
zafrales de algún dirigente a través de medios de comunicación “elásticos” para
descorrer la farsa socialista. Algunos(as) con mínima nominación pública y
partidista, sin más nada, ya forman parte de la larga lista de simples
opinantes. Sin embargo, se sienten sobradamente reputados(as) pero desde las
gradas como un o una espectadora más. ¿Oposición?
La macolla oficial
Mientras
el infortunio del venezolano se incrementa día tras día, el régimen guiado por
“doctos” cubanos insiste en recalcar la vacuidad espiritual de los
capitalistas. Esos “bichos” se hubiesen multiplicado de no haber nacido el
nuevo quijote de la izquierda mundial. Chávez gana las elecciones (1999)
convenciendo a parte del pueblo de cómo el empresariado lo había empobrecido y
frenado su nato “humanismo popular”. Hoy todo es peor pues el mandato de Maduro
ni siquiera se circunscribe en la izquierda clásica que dice encarnar, sino en
el más profundo desarreglo y corrupción de nuestra historia.
Millones de víctimas
No hay
que ser analista sagaz ni tener especial astucia para describir lo que sucede
en el país. Inflación, carestía, inseguridad, represión, carencia de servicios
públicos, son penurias que padecen 30 millones de personas. El que está desde
la madrugada buscando transporte, en cola de algún banco para retirar algo de
su dinero, esperando la caja de CLAP, mientras algún familiar se querella con
sus vecinos para obtener una bombona de gas, no requiere de análisis
reiterativos de “especialistas” para concebir su miseria; él la padece.
El escrutinio gubernativo
Gracias
a la revolución chavista nuestros jóvenes fueron rescatados de la iniquidad
orgánica de la economía de mercado. Menos mal que más del millón de millones de
dólares ingresados por el maligno marketing del petróleo en los últimos 20
años, no fueron a parar a manos del pueblo, pues éste es “muy gastador”. La
gente está feliz y agradecida con el socialismo por haberla librado del
hedonismo capitalista. No importa que ahora esté sumida en una “miseria
temporal”. Vale el sacrificio, si éste nos ayuda a recuperar la sensibilidad
social perdida en “los cuarenta años”. ¡Gracias!
¿Y la oposición?
Mientras
la dirigencia política, que había logrado un extraordinario triunfo en las
elecciones parlamentarias en diciembre del 2015, se acomoda pasivamente en los
asientos de las gradas viendo el juego del afligido pueblo, la carencia de
regentes dentro del campo facilita el avance de “esto” que nadie ha podido
precisar con efectivo rigor. La nación vive un tiempo de miedo y zozobra
mientras la oposición se esfuma en la ficción. Entretanto, la suma de protestas
espontáneas se incrementan a diario sin dirigencia ni itinerario político.
¿Nada pasa?
Cuesta
entender por qué no hay pronunciamientos formales y públicos de la oposición
política unida, muy unida, para presentar “itinerarios de Estado” frente a los
remiendos del gobierno respecto de serios conflictos como escasez de billetes,
cortes de luz y agua, derrumbe del transporte público, así como de la masiva
migración de venezolanos. No se trata de exposiciones individuales de algún
experto a través de artículos de prensa o de fugaces entrevistas
radioeléctricas o digitales que mueren luego de cada entrevista.
La
trama es de mayor envergadura. El régimen acrecienta la afrenta contra la
prensa libre buscando que la noticia se expanda por “fuentes no confiables”.
Así es más fácil que el pueblo “siga acomodándose” al despotismo. Entretanto,
individualidades opositoras, “ocupadas en su batalla privada”, siguen hocicando
con protagonismo de salón absolutamente inservible para quien a diario remueve
la basura para comer. ¿Dónde está la exposición de Estado formal, no ocasional,
de los demócratas unidos? ¡No existe! Así el régimen tiene “cancha libre” para
seguir con su cruel juego frente la miseria y contra la esperanza del pueblo
que hoy se siente huérfano y desorientado.
MIGUEL
BAHACHILLE
@MiguelBM29
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