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viernes, 21 de septiembre de 2018

Actos heroicos, por @camilodeasis




Juan Guerrero 20 de septiembre de 2018
@camilodeasis

La gesta heroica que libra el ciudadano venezolano, desde hace 20 años, contra el Crimen Organizado instalado en el poder del Estado, no viene protagonizada por militares ni políticos de utilería con charreteras en el cerebro. Somos los ciudadanos comunes. Gente anónima que vive sus 5 minutos de protagonismo y después desaparece del escenario de la gran pantalla de esta carnicería que sobrepasa las 20 mil víctimas cada año. La gran mayoría de ellas, por falta de alimentos, mal nutrición, inseguridad, escasez de medicinas. Todas prevenibles, permitidas, por acción u omisión, por el régimen totalitario del Crimen Organizado que es poder en Venezuela.

Atrás han quedado los protagonismos militares de épocas pasadas. Ahora solo son jarrones de plástico tapa amarilla para servir de comodines en ministerios o como muestras exóticas en salones de ferias donde se exhiben ellos y sus juguetes, en medio de grandes comilonas.

La sociedad venezolana mantiene una confrontación diaria y permanente contra un régimen que se auxilia permitiendo la injerencia de cientos de miles de militares cubanos, nicaragüenses, iraníes, paramilitares del ELN-FARC colombianos y terroristas del Hezbolá, además de las megabandas en los centros penitenciarios. Todos, disfrazados de asesores culturales, deportivos, fisioterapeutas, médicos comunitarios, hasta de choferes de taxis. Anclados en puertos, notarías, gobernaciones, alcaldías, centros de comunicaciones y cuanto espacio estratégico exista en Venezuela.

Semejante ejército de ocupación junto con la FANB sometida a control total y estado de corrupción y chantaje, impiden que la población venezolana pueda superar el atropello y la diaria humillación a la que es sometida.

Todo ello se ejecuta por una distorsión de los objetivos en una oposición de partidos políticos que no tiene claridad histórica de semejante y gigantesco peligro a que está expuesta la república y la misma sobrevivencia de la sociedad venezolana.
Es dramático el infantilismo de la dirigencia opositora, como globalidad, donde solo un puñado de ellos podría decirse que mantienen claridad de criterios en la emergencia humanitaria que vive la población venezolana.

Si se observa por cualquier ciudad o pueblo venezolano, somos civiles quienes mantenemos viva la llama de la libertad y necesidad de salir de este laberinto rojo-rojito que clara y notoriamente, se ha trazado una perversa y obscena estrategia de eliminar físicamente a todo ciudadano que se le oponga.

Porque esto que está ocurriendo ya no es un simple asunto de partidos políticos que se oponen, por reclamos de elecciones, a un poder político que controla el Estado. Tampoco es asunto económico donde se reclaman derechos sobre sueldos dignos. No. Esto que se vive por estos meses es algo más grave y urgente. Se trata de preservar la vida. Rescatar una población infantil que sobrepasa el 65% en situación de subalimentación. De ello, el 45% está en desnutrición severa/aguda.

El ahora es de alerta internacional para indicar que el venezolano promedio se encuentra en una pérdida de peso corporal, de 18 kilos para el segundo semestre 2017 y primeros meses de este 2018.

El ahora, de este septiembre de 2018, nos indica que los migrantes venezolanos sobrepasan, ya, los 3 millones de venezolanos. Con sus historias de dolor a cuestas. Como cruces que se van clavando en las carreteras andinas colombianas con nombres, días, meses y año de muerte.

Los actos de heroísmo que se ven en la cotidianidad son los de venezolanos que ya no tienen capacidad de resistencia física y solo les queda la resistencia pasiva como último recurso. Son las miradas de angustia y desesperación que vemos por las calles. Los murmullos de quienes apenas se les escuchan maldiciones contra el régimen.

Son las manos envejecidas, sudorosas y huesudas que se aferran a las estacas de los improvisados camiones que sirven de transporte. Los llamados ruta chivo, chirrincheras o perreras que llevan su carga de valientes ciudadanos que son la resistencia que lucha, trabaja, ama y no se resigna a la humillación ni al silencio de esta Organización Criminal.

La valentía de esta sociedad enfrentada en su cotidianidad contra el régimen totalitario de Maduro y su pandilla resistirá hasta triunfar. De ello tenemos la absoluta certeza. Lo indican todos los análisis de estrategia sociopolítica, económica y la misma historia universal contra el odio de las tiranías.

Cuando se haga el balance de estos años de humillación contra la sociedad venezolana, habrá que dedicar un grueso y denso libro de historia para afirmar que la resistencia civil, de mujeres y hombres, niños y ancianos, fue determinante en la caída del régimen. Anónimos ciudadanos venezolanos que jamás dudaron en defender su nación, su república. Que tercamente decidieron quedarse en su país para defender su tierra, su herencia de inquebrantables principios de solidaridad y amor por sus hermanos.

Juan Guerrero
@camilodeasis

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