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sábado, 23 de marzo de 2013

La Red y los horizontes de la Democracia


Por Sergio Octavio Contreras, 19/03/2013

En las últimas tres décadas, la emergencia de las llamadas nuevas Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) construyen nuevos escenarios de interacción dentro del campo político y social, al convertir a los ciudadanos en sus propios canales de comunicación y fragmentar la concentración de información dentro de los medios de comunicación tradicionales.

En la estructura social actual el uso de las TIC parece modificar las formas de participación civil dentro de la llamada “esfera pública” (Habermas, 1968). Hoy en día, a través de Internet y sus innovaciones, la tecnología permite a los usuarios conectarse a comunidades afines, emitir juicios, críticas y opiniones a través de distintas plataformas de expresión: blogs, foros, salas de charla, redes sociales, etcétera.

La participación civil en política a través de Internet está reconfigurando las fuerzas de poder entre el sistema tradicional del Estado-Nación y el modelo de democracia representativa en América Latina. Los movimientos sociales y de organizaciones no gubernamentales se registran dentro del marco jurídico establecido por el propio poder estatal y pueden llegar a desempeñar un rol importante en la defensa de los derechos que sostienen a las propias instituciones (Arato, 1996).

El conflicto que surge entre ambas fuerzas está determinado por un lado por la autonomía que genera el Estado a partir de su propia legitimación y la libertad que tiene el individuo como parte de una colectividad determinada (Beitz, 1999). El activismo a través de Internet (ciberactivismo) emerge de distintas formas y bajo determinadas circunstancias que deben ser comprendidas bajo la Teoría Política, las Teorías de la Comunicación y la Teoría de la Sociedad Red, a fin de establecer desde el trabajo científico cuáles son los cambios profundos que pueden o no existir en las estructuras políticas a partir de las demandas de la Sociedad Red.

La Sociedad Red o Network Society es un concepto utilizado dentro de la sociología para caracterizar a los fenómenos tecnológicos y sus impactos sobre la actividad humana, política, cultural, etcétera. Desde su apertura al uso social en 1993, Internet se convirtió en la columna vertebral de este cambio tecnológico. La definición del concepto abarca el uso de redes de comunicación por dispositivos tecnológicos para cambiar las estructuras sociales (Hiltz y Turoff, 1993), la generación de nueves estructuras y actividades humanas a partir de la electricidad (Castells, 1996, 2004) y la creación de comunidades digitales de convivencia laboral y personal (Wellman, 2001).

¿Hasta qué punto el desarrollo científico, generador de las nuevas tecnologías digitales que existen en la actualidad, está transformando la base cultural de la producción humana? ¿Es Internet la tecnología que proporciona en la actualidad a los usuarios el mayor grado de libertad en materia de opinión pública?

El origen de la red debe comprenderse como resultado de la aplicación de la ciencia. Tuvo como base la información y el conocimiento compartido por especialistas para desarrollar mejoras a las invenciones. Desde el Valle del Silicón hasta los laboratorios universitarios, el conocimiento abierto fue la semilla que permitió el nacimiento de Internet y sus innovaciones. La llamada “cultura hacker” es el principio de libertad que engendró la red (Himanen, 2002).

El liberalismo económico y el mismo Estado capitalista generó en parte el nacimiento del paradigma de la “Sociedad de la Información” o “Sociedad de la Información y el conocimiento”, donde el código abierto (open source), los programas libres (free software) y el intercambio sin lucro de las invenciones (Open content) permitió la construcción de Internet (Castells, 2001).

El uso tecnológico a través de la participación social dentro de los sistemas democráticos en América Latina y en parte del mundo, parece abrir nuevas posibilidades de investigación social sobre las transformaciones sociales que hoy vivimos.

El término democracia puede ser conceptualizado de diversas formas, desde el Contrato Social entre los ciudadanos y el Estado, de Thomas Hobbes hasta las nuevas nociones que conceptualizan a la igualdad como un fin ético de toda acción humana. En el mundo antiguo, un rasgo que caracterizó a la democracia fue la inclusión de las opiniones civiles en los espacios públicos y de decisión.

Dentro de la concepción del Estado libre, la democracia brinda a los ciudadanos la posibilidad de ser libres y participar en las decisiones que al ser aprobadas y convertidas en normas regularán las conductas de las mayorías. En esta libertad democrática, las decisiones de la mayoría no siempre son las correctas y pueden llegar a amenazar la libertad (Berlin, 1967). Por tal motivo en un Estado libre el individuo tiene la posibilidad de expresar sus opiniones políticas, asistir a reuniones colectivas o participar en cultos religiosos. El sistema político debe otorgar a los ciudadanos el poder de ejercicio político para el propio control del Estado.

Sin embargo, durante el último siglo, la presencia de los medios de comunicación de masas precipitó nuevas definiciones para el término democracia. Desde los primeros estudios funcionalistas sobre la comunicación que fueron realizados por la escuela norteamericana (Lasswell 1948; Katz y Lazarsfeld, 1955), se consideró a los medios de comunicación de masas como mecanismos que ejercían determinada influencia sobre las audiencias. Tal influencia también implica la construcción de ideologías y hábitos sociales.

A diferencia de la participación comunicativa en espacios físicos y comunitarios que caracterizaron la relación tradicional entre sociedad y Estado, los medios de comunicación de masas trasladaron la esfera pública a las pantallas, a las bocinas y a los medios impresos. Para Habermas el ciudadano mediatizado se convirtió en un consumidor de información y no en un actor participativo en los asuntos públicos. Las campañas para construir acuerdos -como ocurre en la mayor parte de los países durante los periodos electorales- parecen evitar la discusión de los temas de interés púbico.

Desde que en 1993 la tecnología de Internet fue liberada por su uso social, la red ha sido utilizada para todo tipo de fines individuales y grupales, incluyendo el uso político. Sin embargo, desde el año 2004 la red ofrece nuevas herramientas a los cibernautas que les permite construir sus propios contenidos, compartirlos en comunicación interpersonal, grupal o masificada.

Para leer mas:
https://docs.google.com/file/d/0BxL32FcKZlVrZXg3NGYtZnFJNGc/edit

Tomado de:
http://www.etcetera.com.mx/articulo.php?articulo=18104&pag=3

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