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sábado, 23 de marzo de 2013

Nicolás Cova


Miguel Méndez Rodulfo Caracas 22 de marzo de 2013

De coberos está llena la fauna de los personajes de este régimen, sólo que ya llegó la hora de decir las cosas por su nombre y desnudar las mentiras en la búsqueda de la verdad. Cierto es que quién se oculta a la sombra de un personaje, quién anula su personalidad para fingir ser otro, quién imita la gestualidad ajena, siempre termina siendo un mentiroso. Resulta grotesco, por lo demás, vestirse de verde oliva, con símbolos equívocos de un uniforme militar, ponerse un brazalete, utilizar un lenguaje de guapetón de barrio, proferir amenazas y ser el albacea de un culto. La autenticidad reside en ser quienes somos, actuar conforme a nuestro carácter y opinar según nuestro particular punto de vista. Cuando sacrificamos esto no solamente se nos ven las costuras, sino que trasmitimos una imagen falsa, poco creíble de uno mismo y por añadidura corremos el riesgo de disfrazarnos y encarnar una imagen que representa lo contrario de lo que somos, tal como el típico “fascio” que simboliza Nicolás, vestido de oscuro con ese brazalete.

Ya en el artículo anterior mencionamos que constituye una gran mentira de Nicolás la promesa de construir 380.000 viviendas en este año 2013, pero igualmente calificamos de inverosímil la cifra de 358.000 viviendas construidas en 2011 y 2012. Para ponernos en contexto, según cifras del BCV, en 2009 se construyeron en el país casi 100.000 viviendas, de ellas 75.000 correspondieron al sector privado. Para 2010, la cifra total bajó a 60.000 unidades habitacionales, de ellas el gobierno apenas hizo 15.000 viviendas, pero es significativo como el privado disminuyó su aporte en 30.000 unidades. Esto se explica por la exclusión y persecución del gobierno, el cerco legal y las expropiaciones efectuadas bajo la excusa de la estafa inmobiliaria. Con todo este marco de referencia y una clara tendencia a la baja, nadie podría creer que el sector privado en 2011 hizo casi las mismas 45.000 viviendas que el año anterior. La realidad es que el sector privado siguió cayendo en su participación en el total de viviendas construidas en el país, al edificar alrededor de 30.000 viviendas en ese año preelectoral, mientras que a pesar de la enorme inyección de recursos financieros que hubo con motivo del lanzamiento en abril de la Gran Misión Vivienda Venezuela, el gobierno apenas pudo construir un total de 30.000 soluciones habitacionales, con lo cual por segundo año consecutivo, en el país se construyeron en total 60.000 viviendas.

Para 2012, se mantuvo el total de viviendas construidas y entregadas (no estamos hablando de viviendas en proceso de construcción, o sea no terminadas): alrededor de 60.000 viviendas; pero ahora se invirtieron los términos: el sector privado hizo 15.000 viviendas y el público 45.000. De manera que en los últimos tres años, a pesar de la alharaca, se han construido 180.000 viviendas. Cabe aclarar que en la cifra de los totales se incluyen tanto las viviendas nuevas como la sustitución de ranchos por viviendas.

Aquí vale la pena recordar que el último boletín trimestral veraz que dio el BCV fue al término del mes de marzo de 2011 porque después no cumplió con su obligación los siguientes trimestres, sino que a comienzos de 2012, avaló las cifras que pregonaba el gobierno y en esa tónica ha seguido hasta ahora. Los propios técnicos del BCV confesaron que mientras auditan las cifras del sector privado, toman de buena fé lo que dice el gobierno, sin verificar la data. Así que denunciemos las mentiras de Nicolás sobre construcción de viviendas y cuestionemos la parcialidad del BCV. La incapacidad del gobierno es tal que contando con ingentes recursos no puede construir una cantidad significativa de viviendas para paliar las necesidades de los más pobres del país. ¡Nicolás no hará lo que su mentor no pudo!

 
Miguel Méndez Rodulfo
Caracas 22 de marzo de 2013

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