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jueves, 26 de junio de 2014

La punta del iceberg, @JuanAndresMejia


Por Juan Andres Mejía, 25/06/2014

Las denuncias que realizó Giordani la semana pasada, luego de su renuncia (o despido), deben ser analizadas con cautela. No se trata de defender a quien, sin lugar a dudas, es responsable de muchos desastres que él mismo señala, se trata de entender lo que estas críticas han traído como consecuencia. Para quienes nos gusta analizar al contrincante, la semana pasada hubo críticas y denuncias que no deben pasar por debajo de la mesa.

Entre algunos señalamientos están los de Nicmer Evans, caracterizado por su apoyo a la revolución, y aunque sus criticas son frecuentes, en esta oportunidad hay algunas que son bastantes acertadas. El politólogo sugiere un conjunto de medidas que deberían ser tomadas dentro del oficialismo, entre las cuales destacan: suprimir privilegios de la revolución tales como escoltas, motos, vehículos blindados; sacar a los medios públicos de la fantasía de país que transmiten, en donde nunca pasa nada y la denuncia popular no existe; y dejar a un lado el discurso contra la corrupción y actuar de manera quirúrgica, no empezando por los pendejos, sino por los grandes funcionarios del Estado que facilitan procesos de acumulación de capital. En este sentido, otro artículo en el portal digital aporrea.org le exigía a Maduro que en vez de atacar a Giordani, publicara la lista de Cadivi.

Las emisoras de radio también reflejaron parte del debate. Aunque algunas optaron por ignorar el hecho, otras alzaron voces críticas y pidieron revisión interna. El clamor más común es que no se criminalice la crítica (algo que por cierto tiene tiempo pidiendo la oposición). Pero la línea oficial es la que viene dada por AN Radio, que se dedicó durante varios días a retransmitir viejos discursos de Chávez sobre la lealtad y la traición, los cuales me hicieron recordar una de las frases más importantes de la carta escrita por el exministro de Planificación: "resulta doloroso y alarmante ver una Presidencia que no transmite liderazgo, y que parece querer afirmarlo en la repetición, sin la debida coherencia, de los planteamientos como los formulaba el Comandante".

Durante las últimas semanas he tenido conversaciones con algunos líderes comunitarios que apoyan al oficialismo. Estoy convencido de que las críticas que hoy afloran en algunos medios de comunicación son solo la punta del iceberg de un problema mucho más profundo. El descontento más grande es el que sienten quienes viven en las comunidades más humildes y han visto cómo la corrupción ha alcanzado niveles sin precedentes en todas las instancias de este gobierno.

El oficialismo como lo conocemos está destinado al fracaso, la pregunta importante no es solo cuándo sino qué vendrá después. La respuesta está, en buena medida, en manos de la oposición. Quienes a lo largo de los últimos años se han ido dando cuenta de la necesidad de un cambio necesitan saber que existe una mejor alternativa. Con esto no quiero decir que la oposición debe salir a vender un conjunto de políticas públicas, tampoco el problema puede ser resumido a una falta de estrategia u hoja de ruta. Cualquiera que sea el camino que se decida tomar, debe venir acompañado de una visión de sociedad alternativa en donde liderazgos de base y las comunidades, que han sido pisoteadas por tanto tiempo, finalmente vean la posibilidad de construir un país donde todos los derechos sean para todas las personas.


Juan Andres Mejía
@juanandresmejia
jam_mejia@hotmail.com

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