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martes, 20 de octubre de 2015

Ampliación de la autopista Valle-Coche burla leyes ambientales (II)


Por Lorena Meléndez G.


La construcción privilegia a los vehículos particulares y no a los sistemas de movilidad que ayudan a “preservar la vida del planeta”, como se establece en el Plan de la Patria 2013-2019


Los miembros del Grupo Ecológico San Pedro han sido testigos de todo. Desde el vivero que tienen en un pequeño espacio de la avenida Francisco Pimentel de Santa Mónica, han visto cómo se enumeraron y talaron árboles, cómo el cauce del río Valle se hizo más chico, cómo los taludes se llenaron y vaciaron de sacos de arena que se llevaron la corriente y los aguaceros, cómo frente a sus ojos, a través de la tela metálica que los separa del curso fluvial, se ha cambiado el bosque urbano por ese coloso de columnas y concreto que es el viaducto de la autopista Valle-Coche que actualmente se construye.

“Aquí ahora hay que hablar gritado”, comentó la vocera del grupo, Irama Capote, mientras estaba en el vivero. La ausencia del follaje que rodeaba el río ha hecho que hasta allí se cuele todo el ruido de los vehículos que transitan por la vía rápida y también el de la maquinaria que trabaja en la edificación. Ella sabe que cuando la obra acabe, la situación empeorará: los carros pasarán más cerca y los vecinos de los edificios más cercanos a la pista sufrirán las consecuencias del tránsito a toda hora.

Para la construcción del viaducto se marcaron más de 400 árboles, caobos en su mayoría, distribuidos a lo largo de la cuenca hidrográfica urbana, aunque según cifras oficiales menos de 200 fueron sacados de su sitio. Según el Ministerio de Transporte y Obras Públicas, estos fueron trasplantados y llevados a otras zonas de Caracas. Los ambientalistas, sin embargo, aseguraron que la tala fue indiscriminada. A través de la cerca ven todavía los restos de los troncos que allí quedaron. Los dejaron así por temor a que al extraer las raíces se terminara por socavar el talud.

Haiman El Troudi, quien hasta septiembre llevó las riendas de la cartera encargada de la obra, fue interrogado al respecto porContrapunto, pero eludió el asunto que meses atrás, en abril, le costó al menos tres protestas de vecinos que reclamaban que los árboles afectados eran un bien patrimonial. Así lo estableció una medida precautelativa de índole ambiental, emanada por el Ministerio Público en 2010, que ordenaba que cualquier tala o poda debía ser notificada a la junta parroquial con un mínimo de 48 horas previas a la acción. Esto no ocurrió. Fuentes del consejo comunal de la zona afirmaron que se habían enterado de los trabajos a través de los medios de comunicación.

“Yo creo que reeditar un tema que intentó manipularse en principio y que después nosotros aclaramos, es reiterar una diatriba que yo doy por superada. Esas críticas, que siempre las respetamos, fueron atendidas. Nosotros tenemos un principio básico en el Plan de la Patria que es la preservación de la especie y el ecosocialismo y mal pudiéramos nosotros atentar contra un principio, contra un postulado programático que da la esencia del revolucionario. De tal manera que se actuó conforme lo establece la Ley Penal del Ambiente: se trasplantaron las especies protegidas. Tú puedes ir a la Valle-Coche y ver cómo está reverdecida, los árboles se sembraron en La Pirámide, La Carlota, Montalbán y el Waraira Repano”, señaló el exministro en agosto pasado, semanas antes de separarse de su cargo para aspirar a un curul en la Asamblea Nacional.


No eran de adorno

Contó Eduardo Cudisevich, ingeniero agrónomo y miembro del Grupo Ecológico San Pedro, que cuando se arrasó con la vegetación del río Valle, la fauna huyó despavorida hacia los bordes. Así como salieron rabipelaos e iguanas, también aparecieron ratas. La construcción obstruyó -y lo sigue haciendo- los desagües provenientes del suroeste de Caracas, en donde la edificación de urbanismos de la Misión Vivienda, como Ciudad Tiuna, hicieron que se incrementara la cantidad de aguas servidas que allí son vertidas.

Pero no sólo los animales rastreros se vieron afectados. “Ese bosque era el corredor ecológico de las garzas que venían del Círculo Militar y que se desplazaban hacia el Parque del Este e iban siguiendo el río y descansando en los árboles”, explicó el geógrafo Jesús Delgado, miembro del Centro de Estudios Integrales del Ambiente (Cenamb) de la Universidad Central de Venezuela. El ciclo biológico de estas aves quedó alterado y, según el experto, ahora vuelan dispersas o de noche.

Los árboles talados, continuó Delgado, conformaban un paisajismo que quedó completamente perdido y que había tardado, al menos, 30 años en formarse. También eran reguladores de las temperaturas urbanas, porque funcionaban como controladores de la humedad. Al acabar con una franja vegetal de varios kilómetros, se acabó con un microclima que contribuía a refrescar la ciudad.

Si bien El Troudi afirmó haber cumplido los preceptos relacionados con la siembra de áreas verdes a cambio de la deforestación impuesta, no queda claro si el estudio de impacto ambiental de la ampliación de la autopista Valle-Coche contempló todas estas aristas y si aún teniéndolas en cuenta fue revisado y aprobado por el Ministerio de Ecosocialismo y Aguas.Contrapunto solicitó el documento a este despacho a principios de septiembre, pero no obtuvo respuesta.

La Ley Penal del Ambiente establece en su articulado una serie de sanciones para los funcionarios que autoricen “la construcción de obras y desarrollo de actividades no permitidas, de acuerdo a los planes de ordenación del territorio o las normas técnicas, en los lechos, vegas y planicies inundables de los ríos u otros cuerpos de agua” (36), así como penas para “la persona natural o jurídica que construya” este tipo de edificaciones en los lugares ya expuestos (37).

Lo citado va de la mano con un comentario de Ecudisevich, quien advirtió que el carácter sedimentario y aluvional del talud del río en donde hoy se levantan las columnas que sostendrán el viaducto, no es el idóneo para llevar a cabo unos trabajos de esta magnitud. Por ello, los obreros han debido rellenar el suelo con toneladas de arena de diversos espesores que permitan sostener los pilares en cuestión y varias de estas se han perdido porque las ha arrastrado la corriente y las lluvias de las últimas semanas. Con todo esto, podría haber riesgo de socavación de otros terrenos cercanos. “¿Dónde están los estudios de suelo?, ¿dónde está la contraloría?”, cuestionó.

                                    Foto: Grupo Ecológico San Pedro

Más adelante, el artículo 56 de la Ley Penal del Ambiente se refiere a las intervenciones que se hacen directamente en el cauce de los ríos, como la que ocurre en el tramo de Los Chaguaramos, justo al lado del barrio del mismo nombre.

“La persona natural o jurídica que modifique el sistema de control o las escorrentías de las aguas, obstruya el flujo o el lecho natural de los ríos, o provoque su sedimentación en contravención a las normas técnicas vigentes y sin la autorización correspondiente, será sancionada con prisión de uno a cinco años o multa de un mil unidades tributarias (1.000 U.T.) a cinco mil unidades tributarias (5.000 U.T.)”.

Esquivar el Plan de la Patria

El quinto objetivo del plan de Desarrollo Económico y Social del gobierno de Nicolás Maduro, conocido también como Plan de la Patria, está enfocado en la “necesidad de construir un modelo económico productivo ecosocialista, basado en una relación armónica entre el hombre y la naturaleza, que garantice el uso y aprovechamiento racional y óptimo de los recursos naturales, respetando los procesos y ciclos de la naturaleza” . A través del documento se insta a sumar esfuerzos para que se combata el cambio climático, que es “consecuencia del modelo capitalista depredador”.

Pero la solución vial de El Troudi no beneficia los sistemas de movilidad ecológicos y sustentables, sino todo lo contrario. Con el viaducto de la Valle-Coche se privilegia a quienes se trasladan en vehículos particulares, es decir, a 23% de la población que se desplaza en la capital venezolana, de acuerdo con cifras de la Alcaldía Metropolitana que datan de 2011.

La urbanista Zulma Bolívar, presidenta del Instituto Metropolitano de Urbanismo Taller Caracas, cuestionó la concepción de movilidad que se tiene desde el Ejecutivo y de las desconexión que existe entre estas nuevas soluciones viales y “la ciudad que ya funciona”.

“Ha habido en todo el programa una visión muy cerrada en cuanto a la movilidad porque sólo han pensado en la movilidad motorizada, en el carro particular. ¿No han pensado en que esa obra gigantesca hace, de alguna manera, una barrera entre la UCV y la Universidad Bolivariana? ¿Y una barrera entre la Bolivariana y la estación del Metro? Y luego de hacer esas columnotas y todo aquello, ¿qué va a pasar abajo? Arriba van a pasar los carros, pero, ¿qué va a pasar en el nivel del peatón?¿Cuál es la mejora que le está dando al vecino de Los Chaguaramos, al estudiante? No hay una visión integral”, apuntó


Miembros de la Asamblea de Ciclismo Urbano reclamaron que las obras no den importancia a quien va a pie. “Nosotros estamos trabajando todo el tiempo en que Caracas no tiene que ser una ciudad para los carros, sino para la gente (....) El caraqueño no se identifica con su ciudad porque no la vive, no la camina, no la pedalea como nosotros. Todos estos desarrollos en pro del carro está dejando a la ciudad sin peatones y sin ciudadanos”, afirmó Dimas Pineda.

Para Manuel Valera, otro de los voceros del grupo, este tipo de proyectos sólo contribuye a que el vehículo particular se convierta en un indispensable, pues poco a poco se hace más difícil moverse sino se le tiene.

“Hacerle más vías al carro es crear más demanda para el uso del carro. Hay que desincentivar su uso. Más vías no es la vía, esa es la tendencia mundial y eso es lo que tiene que entender el ministro Haiman El Troudi”, criticó.

Fotos: Rafael Briceño.

06-10-15




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