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domingo, 3 de julio de 2016

¿Quién no sabe sumar en el PSUV?


Por Alberto Lovera


El oficialismo está aterrorizado con la posibilidad de verse obligado a medirse en unas votaciones, sea un referéndum revocatorio, las elecciones regionales o una eventual elección presidencial. Se jactaba de su apoyo electoral mayoritario, que lo tuvo, pero ahora que los números no le dan pretende evadir el veredicto popular haciendo un uso abusivo de los resortes de poder que le quedan, que no son pocos, pero al alto costo de violar flagrantemente la Constitución y colocar a nuestro país al borde de un estallido si se bloquea la ruta constitucional, electoral y pacífica para destrancar el impase en que se encuentra, dado que el modelo político y económico que emprendieron a partir de 1999 está haciendo aguas por todas partes.


Cuando se llega a la situación crítica que vive y sufre la sociedad venezolana y la camarilla en el poder ya no puede (o no quiere) rectificar el rumbo, lo sensato es apelar al soberano para que se pronuncie. Negarse a ello para intentar perpetuarse en el poder a cualquier costo es absolutamente irresponsable.

Empeñarse en la insensatez de ignorar que la correlación de fuerzas políticas y sociales cambió y pretender prolongar un mandato cuya fragilidad es más que evidente, no sólo una afrenta a la expresión  mayoritaria que exige cambio, sino un suicidio político si quieren perdurar como opción eventual de cara al futuro.

A menos que esta actitud sólo busque proteger los intereses crematísticos de los nuevos ricos a la sombra del Estado, dejando de lado como sólo una retórica el beneficio de las grandes mayorías que decían defender.

Intentar bloquear la convocatoria de un referéndum revocatorio es una tarea que ignora los datos duros del cambio de la correlación de fuerzas. Cómo si la MUD logró más de siete millones setecientos mil votos en las elecciones parlamentarias, no puede lograr (como logró, doblando la cifra) más de 200.000 adherentes, cómo con ese apoyo electoral no puede lograr 4 millones para obligar a su siguiente etapa que se active dicho evento electoral.

Si en verdad creen en el veredicto popular, deberían estar dispuestos a lograr que en el referéndum revocatorio no se pueda rebasar los votos con los que fue electo Maduro. Estos cálculos los mostró un chavista, pero parece que en la cúpula gobernante no fueron leídos, algunos en el PSUV como que no saben sumar.

Pretender que con triquiñuelas institucionales pueden evadir la demanda de someter al veredicto popular la continuidad del actual régimen es insensato e irresponsable. Ya vimos que la ciudadanía protagonizó una jornada épica, venciendo obstáculos inimaginables reclamando que se produzca un evento electoral donde su ausculte la opinión del pueblo.

La gente está optando por un mecanismo constitucional, pacífico y electoral para salir de este atolladero en que se encuentra nuestro país. Es un signo auspicioso. El oficialismo debería entender que esta es oportunidad para un desenlace pacífico de un ciclo político que está llegando a su fin. Bloquearla, como viene haciendo, nos conduce a una calle ciega a la cual no queremos llegar porque todavía hay tiempo para canalizar el descontento y la demanda de cambio, si se es capaz de interpretar lo que le está diciendo el pueblo venezolano a los inquilinos del poder.

Fueron mayoría y ahora no lo son. Saquen cuentas y dejen que el pueblo soberano decida. De otro modo como alternativa política sólo podrán recoger despojos. No habrá manera de sobrevivir políticamente si pretenden sacrificar al pueblo por el empeño de perpetuarse en el poder de manera ilegítima, o si por su insensatez siguen empeñados en violentar el orden constitucional.

Todavía estamos a tiempo de salir en paz de esta situación. Aprendan a sumar y entender que en política los apoyos, como la marea, suben y bajan. Y en un entorno democrático, hay que someterse al veredicto popular, nos guste o no.


01-07-16




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