Luis Ochoa Terán 02 de julio de 2016
El
Consejo Permanente de la OEA del 23 de junio pasado no solo fue histórico sino
que el Secretario General, Luis Almagro, rompió hitos inimaginables para ese
organismo interamericano, a parte, de que le dio un aire de frescura a un
organismo que se había convertido en un verdadero paquidermo olvidadizo de sus
principios, de los derechos humanos y los valores de la democracia en su afán
de defensa, a toda costa, de los gobiernos de la región. Por primera vez, es
invocado el artículo 20 de la Carta Democrática por un Secretario General, pero
además, en contra de la voluntad del propio país, que uso todas las artimañas y
presiones indebidas para evitarlo, fracasando en su intento y desnudándose ante
la Comunidad Internacional ratificando con su aptitud absurda, “la ruptura del
orden constitucional” por parte de la barbarie del régimen bolivariano.
Muchas
son las interpretaciones que se dan a este histórico Consejo Permanente por
parte de los políticos y los analistas internacionales. La verdad es que
podemos deducir claramente algunas conclusiones que nos pudieran conducir a
éxitos y fracasos por parte del gobierno y la oposición. En este sentido,
diríamos que la aplicación de la Carta Democrática solicitada por una parte de
la oposición no fue aplicada como el propio Luis Almagro lo señalaba días antes
en una entrevista aclarando que lo que se estaba solicitando era la invocación
del artículo 20 de la Carta Democrática para plantear el tema de la crisis
venezolana, con lo cual fracasamos de antemano; en otro sentido, triunfamos
porque se logro después de 17 años de silencio cómplice del organismo se tocara
el tema de la crisis venezolana y se expusiera al régimen ante la Comunidad
Internacional. Fracaso el gobierno porque no pudo impedir que se invocara el
Artículo 20 de la Carta por parte del Secretario General. Fracaso el gobierno porque
no logro la resolución sancionatoria contra el Secretario General y nuevamente
fracaso, porque no pudo impedir que Almagro públicamente expusiera al mundo
como el régimen de Maduro produce esa “alteración del orden constitucional que
afecta gravemente el orden constitucional”. La oposición ganó porque logro que
los pueblos de la región, el mundo y la opinión pública en general oyeran como
los bolivarianos violentan la constitución y someten a los venezolanos, que a
su vez, pasa por una crisis humanitaria inducida por la incompetencia y la
corrupción del propio gobierno bolivariano.
Maduro
y su gobierno, conociendo mas el mundo internacional, puso sus barbas en remojo
y paralelamente convoco a un diálogo con la oposición, aún cuando él no cree en
el diálogo, pero lo hizo para exponer a la oposición ante la Comunidad
Internacional y señalarla como radical que busca una solución violenta y
golpista. La oposición al principio no cayó en la trampa e inició los primeros
contactos con los ex-presidentes para armar una agenda política, económica y
social que nos saque de la crisis y crear un ambiente favorable no solo que
garantice el Referéndum Revocatorio sino la salida de los presos políticos, y
en especial, el resolver de inmediato las graves dificultades que nuestro
pueblo sufre por la escases de alimentos y de medicinas por culpa de la
incompetencia de un gobierno que se aferrar a negarlo a toda costa, para no
tener que reconocer ante el mundo su fracaso. Ganó Maduro porque el Consejo
Permanente como la Comunidad Internacional en pleno nos exhortó al diálogo del
cual la oposición hizo un novato alto para esperar si la OEA aplicaba la Carta
Democrática que definitivamente había nacido muerta, sin embargo, persisten
erróneamente en insistir públicamente en no sentarse al diálogo y ahora lo
condicionan.
Pierde
la oposición porque inexplicablemente después de hacer una campaña
internacional haciendo giras por toda América y Europa solicitando solidaridad,
esta la ofreció pero exhortándonos al Diálogo Enmarcado en la Constitución y
resulta que esos voceros de la oposición hacen lo contrario. ¿Quién puede
entender eso? Será posible que no hayan entendido el mensaje diplomático? Pues
lo que significaba en realidad es apoyo al Referéndum Revocatorio que ellos por
razones de neutralidad y de no ser acusados de injerencia en asuntos internos,
no lo pueden decir específicamente. Solo lo han dicho con nombre y apellido el
Canciller del Paraguay y el Secretario de Estado del “imperio”.
Ganó
el gobierno porque melindrosamente nos indujo a que los facilitadores fueran
los tres ex-presidentes que de inmediato le cayeron encima los radicales y un
sector de la Mesa Democrática que no se dieron cuenta que fueron los mismos que
aceptamos para las elecciones legislativas del 6 de diciembres pasado y que
neutralmente desempeñaron su papel defendiendo el triunfo de la oposición que
el gobierno quería rebanar. El gobierno gana porque mientras la Comunidad
Internacional y el Consejo Permanente de la OEA, que la propia oposición solicitó
no solo respaldó al Presidente Zapatero sino los mandó a quienes lo
solicitaron, a que se sentarán en la Mesa de Diálogo. Ante tanta incongruencia
y contradicciones puede el mundo internacional creer en la seriedad de nuestro
liderazgo? Pensarán ellos que somos interlocutores válidos?.
Terminará
ganando la oposición aunque parezca contradictorio, después de todo, porque
ante el fracaso de lo de la Carta Democrática, (¡aunque se diga que está en
proceso¡) y del propio gobierno, ahora solo nos queda regresar al diálogo al
que nos envió también la OEA y la Comunidad Internacional, habiendo perdido un
mes irrecuperable y una crisis a punto de explotarnos en la cara. Al final de
todo esto, el gran ganador no solo es el diálogo sino el pueblo porque a lo inmediato
se le paliará la grave crisis de las medicinas y la alimentación previsto en el
propio diálogo y porque lograremos lo que el 80% de los venezolanos queremos
¡Revocar a Maduro!.
Luis
Ochoa Terán
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Para comentar usted debe colocar una dirección de correo electrónico