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sábado, 11 de febrero de 2017

Elegidos a dedo por @DiarioTalCual


Por Alberto Lovera


Ya van, por ahora, cinco estados donde se han cambiado a los gobernadores oficialistas y sustituidos sin que medien elecciones. Esto es solo una pieza de una operación política que se está ejecutando con el objetivo de perpetuar en el poder a una camarilla que ha perdido el favor popular, pero sigue teniendo nada desestimables herramientas de poder.

Desde sus inicios el régimen chavista estigmatizó la democracia representativa, aunque hacía uso de la mayoría electoral que tuvo durante largos años para legitimarse nacional e internacionalmente, y para fortalecer su hegemonía, haciendo uso de modificaciones legales y de hecho para intentar bloquear la posibilidad de la alternabilidad, buscó desde tiempo atrás reducir el ámbito sometido a la elección universal, directa y secreta.

En la propuesta de reforma constitucional del 2007, que fue rechazada en referéndum, ya se postulaba que los Consejos Comunales no surgirían del sufragio ni elección alguna, sino de un proceso poco definido de deliberación comunitaria. Haciendo caso omiso del veredicto popular adverso, muchas de las propuestas fueron convertidas en leyes. Una de esas leyes fue la del Poder Público Municipal que eliminó en 2010 las Juntas Parroquiales, hasta entonces de elección popular.

En ocasiones anteriores se ha pretendido escamotear o retrasar elecciones. Así fue en las elecciones parlamentarias, que sólo después de mucha presión, se logró una fecha cierta. Ya conocemos el resultado adverso para el régimen.
En el pasado año no solo se negó el derecho constitucional a convocar un referéndum revocatorio presidencial, sino que se pospusieron las elecciones regionales.

Le ha seguido el saboteo sistemático a la gestión de la Asamblea Nacional, tratando de anularla mediante un TSJ al servicio de una bandera política. Y pende una espada de Damocles sobre la gestión parlamentaria, que nos obliga a defender la legitimidad de los diputados electos por el soberano y de la propia AN.


Ahora nos encontramos con una operación que pretende no sólo obstaculizar las elecciones de gobernadores y alcaldes, sino conculcar el derecho de las organizaciones políticas mediante un proceso de registro que lo haga prácticamente imposible, mientras se sigue amenazando con ilegalizar a la MUD. Un intento de borrar toda posibilidad de organización política que no esté tutelada por el régimen. Y sigue sin definirse la fecha de las elecciones regionales.

Se pretende arrebatar el derecho al voto a la ciudadanía. Como han perdido el apoyo popular, ahora quieren elegir a dedo. No se atreven a someterse a la voluntad popular. O quieren un simulacro de elecciones en el momento que les convenga, sin opositores, lo cual es inaceptable para cualquier demócrata.


10-02-17




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